Tras el fin de la sesión, el Dow Jones sumó un 0,04 % y terminó en 23.548,42 puntos, el S&P 500 progresó un 0,13 % hasta 2.591,13 unidades y el índice Nasdaq subió un 0,33 % hasta 6.786,44 enteros, los tres en niveles nunca vistos. De esta forma, las tres principales referencias del parqué neoyorquino empezaron la semana siguiendo la misma senda alcista de los últimos días, impulsados por una fuerte subida del petróleo y una multimillonaria oferta empresarial en el sector tecnológico. El fabricante de chips Broadcom anunció este lunes una oferta no solicitada para comprar a su rival Qualcomm en una operación valorada en unos 130.000 millones de dólares, que anticipa una dura batalla en el sector de los semiconductores. Los inversores también celebraron una fuerte subida del precio del petróleo en los mercados internacionales, donde el barril de Texas subió en Nueva York un 3,05 % hasta 57,35 dólares y el crudo Brent se incrementó en Londres un 3,5 % hasta 64,27 dólares. Los sectores cerraron divididos entre los avances del energético (2,32 %), el de materias primas (0,95 %), el tecnológico (0,50 %), el financiero (0,13 %) o el industrial (0,04 %) y los descensos del de telecomunicaciones (-0,65 %) o el sanitario (-0,37 %). Walt Disney lideró las ganancias en el Dow Jones y cerró con una fuerte subida del 2,03 % tras publicarse en la prensa que en las últimas semanas ha mantenido contactos para comprar la mayor parte del negocio del grupo de medios 21st Century Fox. También cerraron con subidas de más de medio punto porcentual Chevron (1,78 %), Intel (1,37 %), Apple (1,01 %), Boeing (0,89 %), McDonald's (0,84 %), Caterpillar (0.79 %), Exxon Mobil (0,69 %) y Nike (0,59 %). Al otro lado de la tabla encabezó las pérdidas Verizon, con un fuerte retroceso del 3,99 %, por delante de Walmart (-1,09 %), Coca-Cola (-1,09 %), 3M (-0,82 %), Pfizer (-0,65 %), JPMorgan (-0,62 %) o Procter & Gamble (-0,61 %). Al cierre de la sesión bursátil, el petróleo de Texas subía a 57,35 dólares, el oro avanzaba a 1.282 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años bajaba al 2,318 % y el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,1610 dólares.