Las bolsas europeas se tomaron un respiro para digerir los fuertes avances vividos en la víspera. Los mercados vivieron una jornada de transición, una vez disipados los temores sobre el futuro político de Francia y a la espera de la avalancha de resultados corporativos de mañana. Los principales índices del continente cerraron con ligeros avances, mientras que el Ibex 35 chocó con la resistencia de los 10.800 puntos y cerró prácticamente plano.

Una vez capeados los comicios galos, la incertidumbre política pasó a un segundo plano. Francia ha dejado de preocupar a los inversores, que ya dan por sentado que el candidato centrista Macron se hará con la presidencia. Corea del Norte también dio una tregua, pese a que hoy se conmemoraba la fundación de su ejército. Y en EE. UU. se espera que el miércoles Trump anuncie las líneas maestras de su reforma tributaria, que los mercados llevan tiempo esperando, si bien puede encontrar la oposición tanto del partido Republicano como del Demócrata.

En este escenario, los inversores siguen rotando sus carteras, desde las posiciones defensivas (eléctricas) hacia los valores cíclicos (bancos y materias primas). El mejor reflejo del creciente apetito por el riesgo de los inversores, que necesitan batir a una inflación al alza, fue el desplome de ayer del índice de volatilidad VIX, conocido popularmente como el índice del miedo. Este selectivo se desplomó el lunes un 26%, la cuarta mayor caída desde su creación en 1990.

De hecho, muchos analistas aún creen que el Ibex 35 tiene recorrido alcista, pese a vivir un rally del 15% en el año. Desde Link Securities destacan que la Bolsa española es ¿una de las más atractivas en términos de valoración¿. Los analistas sostienen que la fortaleza económica, la mejora de los beneficios empresariales y el apoyo incondicional del BCE ¿deben servir para impulsar al alza a la renta variable europea, al menos en el corto/medio plazo¿.

Sin novedades en los frentes políticos, el mercado centró su atención en los fundamentales. En el plano macro, la cita más importante de la semana es la reunión del jueves del BCE, para la que no se esperan novedades; así como el PIB preliminar de EEUU, que se publicará el viernes.

En el terreno empresarial, los mercados conocieron un nuevo goteo de resultados, entre ellos los de Enagás (-0,5x%), que no se salvó del castigo de los valores defensivos, pese a anunciar una mejora de su beneficio neto del 54%, gracias a la integración de GNL Quintero.

Sin embargo, la verdadera avalancha se producirá mañana, cuando se publicarán las cuentas de Iberdrola, Santander, Abertis, Red Eléctrica, Aena, Ence, Ebro Foods y Europac, así como las de otros gigantes internacionales. También están previstas varias juntas de accionistas.

A la espera de estos datos y sin grandes referencias con las que guiarse, los principales índices del Viejo Continente se movieron a la deriva durante gran parte de la jornada. Ni siquiera el impulso de Wall Street, con el Nasdaq rompiendo la barrera histórica de los 6.000 puntos, bastó para sacar de su sopor a Europa.

El Ibex 35 cerró con un tímido avance del 0,15%, hasta los 10.783 puntos. Un día más, la banca y las acereras lideraron las subidas, mientras que los valores de perfil defensivo ¿especialmente eléctricas y empresas gasistas- sufrieron recogidas de beneficios.

Acerinox (+3,44%) encabezó los avances del selectivo. La compañía, que se había quedado rezagada en las últimas jornadas, cuenta con dos claros catalizadores a corto plazo: la subida de los precios de las materias primas y la posible reforma fiscal en Estados Unidos, su principal mercado.

Sin embargo, la gran protagonista volvió a ser la banca. El Popular (+1,89%) logró reconquistar los 0,7 euros, impulsado por la posible venta de su filial estadounidense por 500 millones de dólares (465 millones de euros). La entidad también fue noticia por las presiones de la AEMEC, que pide a la CNMV que se investigue si se produjeron filtraciones interesadas para manipular el precio de la acción.

El resto de los bancos cerraron en positivo, con la excepción de Bankinter (-0,19%). Santander prolongó sus avances por encima de los 6 euros, conquistados en la víspera. Por su parte, BBVA (0,21%) siguió aproximándose lentamente hacia los 8 euros.

Por su parte, Grifols (+1,22%) contó con el apoyo de Oddo Securities, que elevó su recomendación a "comprar". El grupo farmacéutico se consolidó así como uno de los valores más alcistas del Ibex 35 en 2017, con una subida del 27,75% en el año. 

En cambio, las eléctricas se posicionaron entre los peores valores del día. Red Eléctrica (-1,74%) fue el farolillo rojo de la jornada, lastrado además por los analistas de Deutsche Bank, que rebajaron su recomendación desde "comprar" hasta "neutral".

En el mercado continuo, Prosegur Cash (+7,37%) se disparó con el respaldo de Goldman Sachs, Citigroup y HSBC, que emitieron recomendaciones de compra. Por el contrario, Abengoa volvió a destacar entre los valores más volátiles, con una caída del 3,23% en el caso de sus acciones A.

La apatía de la renta variable se trasladó a la mayoría de los mercados. En el caso de la renta fija, la prima de riesgo española se mantuvo estable en los 128 puntos básicos, mientras que la rentabilidad del bono a 10 años alcanzó el 1,66%.

Por su parte, el euro subió un 0,63%, consolidándose en los 1,09 dólares. 

En cambio, el petróleo volvió a sufrir por las dudas sobre la capacidad de la OPEP para solventar la sobreproducción de crudo que ha inundado al mercado y tumbado los precios. Así, el barril de crudo brent bajaba al cierre de las bolsas europeas un 0,1%, hasta los 51,55 dólares.