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Adiós a los tipos bajos: el bono español se acerca al 2% y marca máximos de 2015

Los gobiernos europeos están comenzando a despedirse de la financiación barata. La rentabilidad del bono español a 10 años sigue disparándose y hoy alcanza máximos de 2015, impulsado por las incertidumbres políticas, las presiones inflacionistas, el endurecimiento de las políticas monetarias y el fin de la burbuja de deuda.

14 marzo, 2017 09:11

La renta fija está viviendo una fuga de inversores. Desde septiembre del pasado año la burbuja de la deuda ha comenzado a desinflarse y buen reflejo de ello es la rentabilidad del bono español a 10 años, que hoy ha alcanzado el 1,92%, su nivel más alto desde septiembre de 2015.

La renta fija entró en una burbuja en 2015, impulsado por las políticas expansivas del BCE y el Banco de Japón. El punto álgido de esta burbuja se alcanzó el pasado mes de septiembre, cuando el valor de la deuda con rentabilidades negativas alcanzó los 13 billones de dólares, una cifra cercana al PIB de EEUU. Pero desde entonces, la burbuja ha comenzado a desinflarse, a medida que los ahorradores afrontaban el dilema de tener que reinvertir su dinero -tras el vencimiento de sus letras o bonos- en deuda con rentabilidades negativas o inferiores a las de un depósito.

El desplome de los precios (inversos a la rentabilidad) se aceleró tras la inesperada victoria de Donald Trump en noviembre y ante el rápido crecimiento de la inflación a ambos lados del Atlántico. El alza de los precios está colocando en una situación comprometida al BCE, que afronta presiones de Alemania para retirar sus estímulos; y ha forzado la mano de la Fed, que previsiblemente hoy anunciará una subida de tipos.

La incertidumbre política también está pasando factura a la deuda europea. Los mercados están pendientes de las negociaciones sobre el brexit, que hoy han dado un paso definitivo tras la aprobación por parte del Parlamento británico, que deja las manos libres a la primera ministra, Theresa May, para anunciar la invocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.

A esto se suma una intensa agenda electoral, con las votaciones de mañana en Holanda, los comicios en Francia entre finales de abril y comienzos de mayo; y las elecciones de septiembre en Alemania.

Los gobiernos europeos aún se están financiado con rentabilidades históricamente bajas. De hecho, el 21 de febrero el Tesoro español colocó letras a tres meses con un interés del -0,402% y letras a 9 meses al -0,33%. Hoy intentará colocar entre 2.500 y 3.500 millones de euros en emisiones al mismo periodo. Por su parte, Alemania aún sigue financiándose en negativo a tres meses, con una rentabilidad del -0,66%.

Sin embargo, la fuga de inversores se está reflejando en los plazos largos y, en especial, en los países que afrontan procesos electorales. Desde octubre, el bono español a 10 años se ha duplicado desde el 0,88% hasta el 1,92%; el alemán ha pasado del -0,13% al 0,48%; y el francés se ha multiplicado por seis, desde el 0,18% hasta el 1,10%.