Logo de la BBC en la sede principal de la cadena pública británica en Londres.

Logo de la BBC en la sede principal de la cadena pública británica en Londres. Jack Taylor Reuters

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La crisis tras la dimisión del director general de la BBC expone las divisiones dentro de la Junta Directiva de la cadena

La salida tanto de Tim Davie como de Deborah Turness, jefa de informativos, ha destapado la fuerte división que existe en la cadena británica.

Más información: Lo que va de la BBC a TVE: las denuncias internas por el sesgo a favor de Sánchez se acumulan sin consecuencias.

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Las dimisiones del director general de la BBC, Tim Davie, y la consejera delegada de informativos, Deborah Turness, tras publicarse informes que señalaban a la radiotelevisión pública británica de “sesgo sistémico” siguen dejando consecuencias. La crisis ha expuesto las fuertes fracturas internas que existen en la cadena británica.

Davie señalaba en su comunicado que se marchaba por “decisión propia”. Sin embargo, está relacionada con la publicación de un informe en el que se denunciaba un “grave sesgo” en la cobertura del asalto al Capitolio en enero de 2021 y cómo se ha gestionado la guerra en Gaza.

Estas situaciones han mostrado que las tensiones en la Corporación británica son más graves de lo que aparentaban. Las dimisiones no han calmado los ánimos, sino que los han encendido y han sumido a la BBC en la mayor crisis interna de su historia.

Por otro lado, la cadena se enfrenta a una revisión de su carta fundacional que determinará su financiación en el futuro. El gobierno de Starmer está realizando una revisión a fondo sobre cómo debe financiarse la cadena británica.

La carta fundacional de la BBC está vigente hasta 2027 y el ejecutivo laborista busca alternativas al actual canon audiovisual, dada la notable caída de espectadores en la televisión tradicional.

Tanto este cambio de financiación como las dimisiones en la cúpula directiva han sido las causantes de que esta fractura interna, que ya existía previamente, se haya acentuado.

Entre los partidarios de la línea actual de la BBC se ha reconocido que la actual manera de financiar a la cadena pública está cada vez más desfasada.

El director general de la BBC, Tim Davie.

El director general de la BBC, Tim Davie. Reuters Reuters

Son conscientes de que la televisión tradicional ha perdido posiciones frente a plataformas como Netflix o portales como YouTube, donde los espectadores pueden informarse y entretenerse.

De ahí que la crisis desatada por los informes de “sesgo sistémico” haya acentuado las divisiones dentro de la cadena.

El activo más importante que tiene la BBC es la confianza. Su reputación se basa en el hecho de que su oferta informativa es imparcial, objetiva, con fuentes adecuadas y verificadas”, ha expresado John Whittingdale, legislador conservador y exministro de Medios de Comunicación, a la agencia Reuters.

Si la audiencia ya no puede confiar en la BBC, eso perjudica enormemente a la cadena pública”, advierte.

Relevo rápido

Expertos en medios consideran que la BBC debe encontrar rápidamente al relevo de Davie. Así como también elegir lo antes posible a un nuevo consejero delegado de informativos.

Hay que restaurar la confianza en la institución. La BBC tiene que lograr sobrevivir a su carta fundacional [y a un nuevo modelo de financiación]”, expresa Claire Enders, fundadora de Enders Analysis, sobre la crisis que vive la Corporación británica.

Fundada en 1922, la BBC es uno de los grupos de comunicación más antiguos que existen en el mundo. Su labor de servicio público y su manera de realizar periodismo le ha hecho ganarse el respeto internacional. Actualmente, la cadena retransmite en 42 idiomas.

De Trump a Gaza

La crisis se ha desatado tras la publicación en The Telegraph de un informe escrito por uno de los asesores que fue miembro del Comité de Normas y Estándares Editoriales (EGSC), Michael Prescott.

Entre las acusaciones más graves está la de la emisión de un documental sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre de 2024 dentro de su programa Panorama.

Sede de la BBC.

Sede de la BBC. EFE

En este documental, se unieron dos partes de un discurso de Donald Trump en las que parecía que estaba alentando los disturbios del Capitolio el 6 de enero de 2021. El presidente republicano ya ha anunciado que estudia emprender acciones legales contra la BBC.

En el mismo rotativo, así como en Deadline, se hicieron públicos otros informes que señalaban que hubo “manipulación informativa” en la cobertura de la guerra en Gaza por parte de la edición en árabe de la cadena británica.

Los informes, firmados tanto por Prescott como por otro exasesor del EGSC, David Grossman, apuntaron a una serie de “problemas sistémicos en BBC Arabic”. Se ha señalado un sesgo claramente antiisraelí, con comentarios antisemitas.

Todos estos informes y las posteriores dimisiones han llevado a un enfrentamiento también dentro de la cúpula directiva de la BBC, donde se discute cómo actuar.

La corresponsal de Medios del ente, Katie Razzall, y uno de sus principales presentadores del área de política, Nick Robinson, afirmaron que les habían dicho que había un conflicto en la Junta Directiva.

Tal ha sido la polémica, que el presidente de la Corporación, Samir Shah, ha tenido que desmentir que no ha habido ningún bloqueo para emitir una disculpa pública por parte del ente.

Shah ha declarado a Reuters que los miembros de la Junta tenían puntos de vista distintos y que está habiendo debates sólidos. De la misma manera, ha rechazado las informaciones que han apuntado a un “golpe de Estado” con las dimisiones de Davie y Turness.

Imagen de la sede de la BBC con el logro de la BBC News.

Imagen de la sede de la BBC con el logro de la BBC News. Andy Rain EFE

El presidente de la BBC sí que se ha disculpado por el documental editado de Trump, pero ha señalado que “el ADN y la cultura de BBC News es la imparcialidad”.

“Campaña de desprestigio”

Por otro lado, han surgido voces que acusan a las filtraciones de los informes como una “campaña de desprestigio orquestada por la derecha”. Así lo han señalado periodistas de The Guardian, The Financial Times y antiguos empleados de la BBC.

“Esta es una crisis creada por opositores políticos y comerciales a la radiotelevisión de servicio público”, ha declarado Diane Coyle, economista y antigua vicepresidenta de la BBC, a la misma agencia de noticias.

La propia Junta no está realmente en buena posición para tomar decisiones editoriales acertadas”, declaraba en la misma entrevista Alan Rusbridger, exeditor de The Guardian y actual director de la revista Prospect.

Rusbridger señala que varios miembros de la actual junta directiva de la BBC provienen del mundo de las finanzas y los negocios. El comunicador expone también que ninguno de ellos había trabajado en periodismo durante mucho tiempo.

Cualquier director general que llegue querrá saber quién lo respalda y si hay personas que puedan tomar las decisiones adecuadas y defender el periodismo cuando sea necesario”, ha advertido.