El presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, en una imagen de archivo.

El presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, en una imagen de archivo. EFE

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Antonio Fernández-Galiano, cesado como presidente ejecutivo de Unidad Editorial

RCS ya ha comunicado el cese argumentando que el grupo debe buscar nuevos derroteros.

4 mayo, 2021 14:47

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Antonio Fernández-Galiano dejará de ser presidente ejecutivo de Unidad Editorial, según ha podido confirmar Invertia. El hasta ahora número uno del grupo editor de El Mundo, Marca y Expansión ha recibido este martes una carta del dueño de la compañía, RCS, comunicándole que ya no cuentan con él en el futuro.

Las fuentes consultadas por este diario indican que ahora se abre una etapa en la que se negociarán los términos de su salida y que lo más probable es que abandone Unidad Editorial en las próximas semanas.

RCS ha aprovechado que tocaba renovar el contrato de Galiano para confirmarle que no continuará en su cargo. Las fuentes consultadas por este diario indican que el directivo ya ha comunicado a sus más cercanos la decisión y que ha manifestado su descontento con las formas del grupo italiano para anunciarle su cese.

Las informaciones confirmadas indican que la ratificación se hará oficial este viernes tras la reunión del consejo de Unidad Editorial.

La salida de Fernández-Galiano de Unidad Editorial se produce después de treinta años en la compañía. Fichó por Unedisa (la antigua Unidad Editorial) a comienzos de los años noventa como director gerente.

Trayectoria de Galiano

A partir de ahí comenzaría una carrera hasta la cima que le llevó a ser nombrado director general de la editora de El Mundo en 2004, y un año más tarde ser designado consejero delegado de Unidad Editorial tras la compra de Recoletos.

En 2011 fue nombrado presidente ejecutivo de Unidad Editorial en sustitución de Carmen Iglesias, cargo que ha desempeñado hasta la fecha y en el que se ha ocupado de las relaciones institucionales, con políticos, empresas y anunciantes.

El Mundo fue fundado por Alfonso de Salas, Pedro J. Ramírez y Balbino Fraga en 1989 y 32 años después ha tenido cinco directores: Pedro J. Ramírez (durante casi 25 años), Casimiro García Abadillo, David Jiménez, Pedro García Cuartango y Francisco Rosell.

Precisamente la continuidad de Rosell queda en duda tras la salida de Fernández-Galiano. El director de El Mundo era una apuesta personal del hasta ahora presidente ejecutivo, quien le situó al frente de la joya de la corona para tener un mayor control del periódico.

En cuanto al sustituto de Fernández-Galiano, todo apunta a que RCS situará a un directivo de su confianza, probablemente italiano. En octubre de 2017, la matriz situó a Nicola Speroni como director general de Negocio y a Stefania Bedogni, como directora general Corporativa.

Sustituto de Galiano

Desde esa fecha fue Speroni el que se hizo con los mandos de la filial española controlando todos los movimientos. Las fuentes consultadas indican que el directivo italiano es el mejor situado para ser el número uno en España.

Para conocer la génesis de la salida de Fernández-Galiano debemos remontarnos a mediados de 2016, cuando Urbano Cairo se impuso a Andrea Bonomi en la pugna por controlar RCS Mediagroup, dueña de Unidad Editorial.

Cairo asumió la presidencia y la gestión de la editora y solo un año después nombró un equipo (Speroni y Bedogni) para que tutelara a Fernández-Galiano en España. De hecho, Cairo nunca estuvo cómodo con la gestión del actual presidente ejecutivo al que recortó funciones de manera paulatina en los últimos tres años.

Las fuentes consultadas indican que en los últimos meses la relación entre Italia y Fernández-Galiano era inexistente y que sus poderes eran mínimos en favor del tándem italiano que ya de facto controlaba todos los resortes de Unidad Editorial.

Respecto al futuro más inmediato, en la plantilla hay mucha incertidumbre sobre lo que vendrá. Muchas fuentes consultadas indican que se podría abrir una etapa con nuevos recortes y posibles despidos masivos o que incluso se abriría la puerta a que Unidad Editorial se trocee para vender negocios y rentabilizar inversiones.