"Fascista es el que señala al que piensa distinto. Eso no es democrático. Señor Iglesias, usted es un fascista". "Y los demás somos comunicadores, tenemos información, contamos lo que ocurre. Aquí hay un punto de inflexión: estamos quejándonos de las cosas que nos ocurren y estamos señalando a personas concretas. Oiga, que yo no tengo 26 guardaespaldas, que yo vivo en Madrid, en una casa normal con mis hijos, y me está señalando. Y esto sí que es fascismo". Acto seguido reconocía haber votado a Ciudadanos y al PSOE. 

Ana Rosa Quintana no se calló nada este lunes tras ser acusada públicamente por Pablo Iglesias de ser la "portavoz mediática de la ultraderecha". "Había que haber reaccionado antes. Cuando nosotros decimos que lo grave no es que Ayuso difunda un bulo, sino que Ana Rosa Quintana lo repita en un programa de máxima audiencia. Tenemos a un portavoz mediático de la ultraderecha difundiendo mentiras como si eso fuera normal", dijo en Cadena Ser el candidato y líder de Unidas Podemos.

Pablo Iglesias acusó a Ana Rosa en Hoy por Hoy de Cadena Ser a primera hora de la mañana del lunes y la periodista le contestó en El Programa de AR a mediodía. En menos de cuatro horas el líder de Podemos fue protagonista del programa líder de las mañanas radiofónicas y del líder de las mañanas de la televisión.

Iglesias habló en un programa que escuchan tres millones de personas y le contestaron en otro que tiene 800.000 espectadores. Nada es casual. Pablo Iglesias, que sabe que la repercusión en los medios es clave para remontar una campaña que le es adversa, lanzó otro órdago por la tarde acusando a Ana Rosa de estar detrás de las amenazas recibidas hacia él en los últimos días.

Pablo Iglesias solicitó formalmente a Ana Rosa Quintana que desmienta que él era el responsable de las residencias madrileñas durante la pandemia, un "bulo" que ha considerado que "está detrás de las amenazas recibidas en los últimos días". Palabras que quizás podrían tener otra respuesta este martes por Ana Rosa... ante sus 800.000 espectadores. Contactada por este diario, Ana Rosa Quintana ha declinado hacer declaraciones para no dar más "visibilidad" a esta polémica.

Pablo Iglesias se rinde a los pies de Ana Rosa Quintana

No obstante, e independientemente de estas declaraciones, parece claro que Iglesias se ha cebado con Ana Rosa Quintana para convertirla en el altavoz que le haga llegar a los 800.000 espectadores de la presentadora. Una "guerra" que el propio Iglesias no ha dudado en emprender durante la campaña contra los periodistas que más audiencia tienen en radio y televisión.

Hace unas semanas cargó contra Carlos Herrera, el segundo locutor más escuchado de las ondas con 2,5 millones de oyentes y antes también lo hizo contra Vicente Vallés, que suele tener entre 1,5 y dos millones de telespectadores.

No obstante, en el caso de Ana Rosa Quintana, la historia de amor y odio, parece tener más recorrido. Ana Rosa no se ha callado nada en estos últimos meses transformándose en un verdadero dolor de cabeza para el Ejecutivo de coalición y para el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

Líder de las mañanas televisivas, dice lo que piensa y cree firmemente que hay que pedir explicaciones a las autoridades, independientemente de su color político. Un cóctel explosivo para el Gobierno y sus socios, acostumbrados a tratos favorables de la mayoría de las televisiones y a programas informativos que solo fiscalizan a la oposición. 

Gracias a una serie de polémicas, cientos de los 'bots' de Unidas Podemos han cargado contra Ana Rosa intentando desestabilizarla y pidiendo el fin de El Programa de AR. El proceder de estos bots es siempre el mismo: centenares de cuentas coordinadas, muchas de ellas simples zombis digitales que no tienen dueño, se unen con el único propósito de callar las críticas contra el partido y sus líderes.

Ocasionalmente algún líder de Unidas Podemos apoya sus cruzadas con un altavoz de miles de seguidores, lo que multiplica la campaña de acoso digital a quien ha osado a criticar al partido.

Pablo Iglesias y Ana Rosa Quintana en 2015.

En el entorno de Ana Rosa se reconoce que la situación no es nueva para la presentadora y que lleva varios meses produciéndose al hilo de cualquier comentario mínimamente crítico con el partido, aunque sí advierten de que esta semana el acoso ha sido particularmente intenso.

Una situación que contrasta con lo que pasó hace seis años. Y es que mucho ha llovido desde que en 2015 la presentadora pasara 24 horas con Iglesias. En ese momento realizó una entrevista distendida saliendo a hacer deporte juntos y desayunando en la casa del político. Eran otros tiempos cuando Iglesias quería darse a conocer entre el público de la presentadora y no era vicepresidente del Gobierno, ni candidato a la Comunidad de Madrid.

Incluso Iglesias intentó la reconciliación en septiembre de 2018. El líder de Unidas Podemos visitó el plató de El Programa de AR para hablar sobre la situación política de ese entonces, marcada por la subida de la luz y la situación de los pensionistas. Además de charlar con Ana Rosa Quintana, Iglesias respondió a ciudadanos anónimos que le habían preguntado en el plató y en las redes sociales. Pero no salió bien.

En cambio, hoy Iglesias tiene entre sus obsesiones a la propia presentadora y no duda en cargar contra ella buscando la mayor repercusión mediática posible. Unas disputas que van de la mano con la elevada audiencia de la presentadora. Sus espectadores fluctúan entre los 850.000 y los 650.000, de media diaria.

En todos los casos siendo líder destacado de su franja y con su más cercano perseguidor, Espejo Público, a una distancia de entre 300.000 y 200.000 espectadores de media diaria.

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