La pacificación de Prisa avanza por buen camino, pero no está completa del todo. Este viernes se conoció la entrada de Vivendi con el 7,6% del capital que todavía poseía HSBC, una operación que refuerza a Amber Capital y su alianza con Telefónica para controlar accionarialmente al editor de El País.

Invertia también informó de que Vivendi prepara más compras de acciones en Prisa hasta superar el 10% del capital y en las próximas semanas se formalizará su entrada con un sillón en el Consejo de Administración de la compañía.

Movimientos que son la antesala de cambios de mayor calado y que pasan por un Consejo de Administración pivotando sobre el nuevo eje Amber-Telefónica-Vivendi que espera dar tranquilidad accionarial a la compañía después de tres años de disputas del fondo inversor con Javier Monzón y el Banco Santander.

Según ha podido confirmar este diario, tras la ratificación de la entrada de Vivendi en el Consejo, el siguiente paso será la confirmación de Joseph Oughourlian como presidente no ejecutivo de Prisa dejando atrás la interinidad que se ha vivido tras la salida de Monzón a finales del año pasado.

Oughourlian, representante de Amber -primer accionista de Prisa con el 29,84% del capital- dejará de ser presidente 'en funciones' para asumir formalmente el cargo de primer espada del grupo. Un nombramiento que traerá consigo el refuerzo del CEO Manuel Mirat como gestor de la compañía.

Nuevo Consejo

Fuentes cercanas a Prisa consultadas por Invertia apuntan a que una de las prioridades de Oughourlian es dar plenos poderes en el management a Mirat. Un cambio radical respecto de lo que hizo Monzón, quien llevó personalmente la refinanciación de la compañía y las ventas de Santillana y de las radios en Latinoamérica, apartando al consejero delegado de la primera línea.

Manuel Mirat será el primer responsable de la gestión y Oughourlian será presidente no ejecutivo para pilotar a Prisa en una nueva etapa en la que se busca alejar los fantasmas del pasado y las disputas accionariales que llevan más de un lustro produciéndose. Primero con la salida de Juan Luis Cebrián y luego con la guerra entre Santander y Amber.

El nuevo presidente no ejecutivo se encargará de buscar consenso en un nuevo Consejo de Administración. Un órgano a medida del nuevo eje de poder tras la incorporación del representante de Vivendi, los recientemente nombrados Rosauro Varo y Javier Santiso y los representantes de Amber, Fernando Martínez y el propio Oughourlian.

En paralelo, Mirat avanzará en la hoja de ruta planteada por la nueva gestión. Para ello deberá "ordenar la casa", como dicen las fuentes consultadas. En este sentido, no se descartan cambios en el equipo directivo para adaptar la gestión a los nuevos tiempos y despolitizar definitivamente toda la estructura de la compañía. 

En términos de negocio la prioridad es avanzar en el split de Santillana, es decir, su separación de los medios de comunicación, para una eventual salida a bolsa. Con la escisión de la editora de libros se busca poner en valor la compañía y aislar los riesgos que genera el convulso mercado de los medios de comunicación. 

Futuras ventas e inversiones

Una operación que va de la mano de seguir explorando la venta de activos no estratégicos como la venta de su participación del 20% en Le Monde, que según ha contado Vozpópuli está cerca de cerrarse; o la enajenación de más radios en Latinoamérica que ya no son rentables.

Del mismo modo, se reforzarán los activos estratégicos como las radios en España o los periódicos de la compañía como El País, Cinco Días o AS. En un contexto de crisis del papel se deberá reforzar la digitalización y nuevas formas de monetización que refuercen la apuesta de cobrar por contenidos digitales.

También se explorarán nuevas fórmulas para seguir creciendo, en especial en el ámbito audiovisual donde actualmente ya no tienen activos. En este punto es muy importante la entrada de Vivendi, uno de los líderes audiovisuales del continente. Si a esto le sumamos la fuerza de Telefónica con Movistar+ las sinergias pueden ser importantes y decisivas. 

Una serie de tareas que se emprenderán con una clara separación de las funciones entre el presidente y el CEO con lo que se quiere enviar una señal de tranquilidad a los mercados para que apoye esta serie de transformaciones que se preparan.

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