Trabajadores de las aerolíneas Ryanair y EasyJet se concentran a las puertas del aeropuerto de Málaga.

Trabajadores de las aerolíneas Ryanair y EasyJet se concentran a las puertas del aeropuerto de Málaga. Europa Press

Turismo

El fin de los vuelos ‘low cost’ y la rebelión de los pilotos y tripulantes marcan el verano de recuperación del turismo

Las aerolíneas han sufrido numerosas huelgas en el periodo estival y se enfrentan, además, a la escalada del precio del carburante.

29 agosto, 2022 02:18
Mercedes Rivera Sandra Tobar

El verano de 2022 comenzó en positivo para turismo. En junio, España se acercaba a niveles registrados antes de la irrupción de la Covid-19, con 7,5 millones de viajeros. En julio, las pernoctaciones hoteleras ya superaban las cifras previas a la pandemia. Unos datos que confirman la recuperación del turismo en un verano marcado por el fin de los vuelos low cost y la rebelión de los pilotos y tripulantes de cabina.

Las aerolíneas han enfrentado un verano en el que las incesantes subidas del precio del carburante y las huelgas de sus trabajadores han sido protagonistas. Dos problemas que tienen sus consecuencias.

El encarecimiento del combustible provocará el fin de la época de billetes “muy baratos” y “tarifas promocionales”. Lo avisó hace unas semanas el consejero delegado de la aerolínea irlandesa Ryanair, Michael O’Leary. En concreto, dijo que no volveríamos a ver precios de entre 1 y 10 euros por trayecto.

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Lo cierto es que el modelo low cost lleva años tambaleándose, hasta el punto en el que algunas compañías que se abrazaron a este negocio han sufrido sus consecuencias: Norwegian recortó sus rutas y bases y Joon desapareció (Air France)... Es verdad que eran aerolíneas de bajo coste dedicadas al largo radio, pero el bajo coste en el corto radio también atraviesa su peor momento y Ryanair es el mejor ejemplo para verlo.

Durante la pandemia, el modelo ya se resintió registrando grandes pérdidas. Algo común a la mayoría de aerolíneas por el cierre del espacio aéreo y las restricciones de la Covid. Un problema para la irlandesa porque su éxito consiste en tener aviones llenos volando constantemente y la gran mayoría en aeropuertos secundarios, donde muchas de sus rutas reciben subvenciones. 

Pero una vez superado los problemas de la pandemia en el sector aéreo, el impacto de la guerra también ha afectado al modelo de negocio. Tanto que el aumento del precio del combustible afecta al precio de los billetes. 

Según O'Leary, la tarifa área media de Ryanair aumentará en unos diez euros durante los próximos cinco años, desde los 40 euros del pasado año hasta los 50 euros en 2027. En España, la Country Manager, Elena Cabrera, avanzó en una entrevista en este medio que los billetes subirán 20 euros de media, hasta los 57 o 60 euros

Huelgas

Al encarecimiento del carburante y su consecuente subida de precios de los billetes se suma un verano en el que las huelgas en las aerolíneas low cost han sido protagonistas. Y siguen siéndolo.

Los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) de Ryanair acumulan ya 29 días de huelga, desde que se iniciase el pasado 25 de junio. Estos paros que han provocado la cancelación de 357 vuelos y el retraso de otros 6.641, de acuerdo con las cifras facilitadas por el sindicato USO a EL ESPAÑOL-Invertia.

La huelga de los TCP de la aerolínea irlandesa no ha terminado. De hecho, se sucederán paros de 24 horas de lunes a jueves hasta el próximo 7 de enero de 2023.

Los motivos aducidos por los sindicatos son varios. Por un lado, reclaman la aplicación de los mínimos estatutarios de la legislación española en materia laboral y sindical y cerrar un convenio laboral más allá del acuerdo adquirido por la compañía con CCOO.

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Por su parte, los TCP de EasyJet iniciaron la huelga el pasado 1 de julio. Finalmente, el sindicato USO la suspendió los últimos días de paro al cerrar un acuerdo con la aerolínea que contemplaba una subida salarial del 22% en tres años.

En total, se registraron seis jornadas de paros, que llevaron a la compañía a cancelar 60 vuelos y retrasar otros 340.

Pero esta aerolínea sufre ahora una nueva huelga, esta vez, de pilotos que se inició el pasado 12 de agosto y que ya deja 79 vuelos cancelados.

Y, por último, Iberia Express. Los tripulantes de cabina de esta compañía han seguido los pasos de sus compañeros de Ryanair y EasyJet. El sindicato USO ha convocado 10 jornadas de huelga que han comenzado este domingo y que, por el momento, han provocado la cancelación preventiva de 92 vuelos.

"Está habiendo cierta resistencia a actualizar convenios que están caducados desde antes de la pandemia o lo han hecho durante estos últimos dos años", ha explicado Ernesto Iglesias, responsable de Vuelo de USO-Sector Aéreo, a EL ESPAÑOL-Invertia.

En el caso de Iberia Express, "luchas por cosas puntuales, como una subida salarial. Confiamos en que se resuelva". De hecho, ya hay convocadas reuniones para el 8 y el 22 de septiembre con la compañía.

Sin embargo, con Ryanair la negociación es más complicada porque "goza de unos beneficios que no tienen otras compañías". Pero desde el sindicato no tiran la toalla: "Estamos haciendo una huelga de desgaste. La compañía tiene que traer trabajadores de fuera", añade Iglesias.