Ninguno de los trabajadores de la base de Girona y, al menos, ningún afiliado de USO en la de Madrid, se ha acogido a las medidas que buscaba aplicar Ryanair para que los trabajadores acometan reducciones de jornada durante la temporada de verano o soliciten excedencias. Así lo ha confirmado el sindicato en un comunicado.

Tal y como avanzó Invertia, el viernes se cerró el plazo para que los trabajadores se acogieran a las reducciones de jornada que propuso la low cost ante la intención de retirar un avión en Girona y otro en Madrid, con el argumento de que las demoras en las entregas de los Boeing 737 MAX conllevarían reducir algunas rutas.

Esta invitación voluntaria venía acompañada de una advertencia en la que se explicaba que si estos recortes no se llevan a cabo de forma voluntaria, acometerá nuevos despidos. El sindicato USO rechaza esta medida y advierte de que, junto al resto de organizaciones implicadas, convocará nuevas movilizaciones si se lleva a cabo.

La secretaria de Comunicación de USO Ryanair, Lidia Arasanz, recuerda que la mayoría de la plantilla ya aceptó, a finales de 2019, una reducción del 25% de la jornada y pasar de contratos fijos a fijos discontinuos para evitar el cierre de la base.

“Es una amenaza ilógica porque en Girona quedamos muy pocos trabajadores. No creo ni que seamos la tripulación mínima para operar los cuatro aviones que queden. Es una manera de asustar a la gente y de mantenerse en esta estrategia de amenazas que llevan haciendo desde siempre”, señala. 

Temor en Girona

En la base de Ryanair de Girona, duerme un avión en la temporada de invierno y, hasta el año pasado, había cinco en verano. La aerolínea aún no se ha pronunciado sobre cuántos habrá este verano. “La empresa no se ha puesto en contacto con nosotros, supongo que durante esta semana nos dirán algo sobre sus intenciones”, explica la portavoz de USO.

En enero, Ryanair cerró las bases de los aeropuertos de Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife Sur. En Girona, la aceptación por parte de los trabajadores de reducir su jornada evitó el cierre, pero no el recorte.

Esta nueva amenaza llega poco antes de que empiece, el 10 de marzo, el juicio en la sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional por el Expediente de Regulación de Empleo que supuso el despido colectivo de 224 trabajadores por la reducción de bases en España.

En Girona, entraron en el ERE 14 empleados y otros 120 firmaron el contrato de reducción de jornada. USO, junto con los sindicatos Sitcpla y Sepla, pide en la demanda la nulidad del ERE por estar plagado de irregularidades y exige la reincorporación inmediata de los trabajadores.

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