La reunión anual con los accionistas ha transcurrido con la máxima normalidad pese a las tensiones vividas en los últimos meses y prácticamente todos los puntos del orden del día se han aprobado con porcentajes superiores al 85%, incluidos los relativos a los componentes del consejo de administración.

Todos menos uno: la propuesta de modificación de la política de remuneraciones de los consejeros. Por segundo año consecutivo, el sistema que fija los términos para conceder el bonus al consejero delegado de Cellnex ha sido apoyada por menos del 60% de los accionistas. 

Nuevo CEO

Tobías Martínez anunció a principios de enero su intención de dejar su cargo de consejero delegado de Cellnex a partir del 3 de junio tras ocho años al frente de la empresa. Su marcha coincide con el reciente giro en la estrategia de la compañía, que deja atrás un exitoso periodo de fusiones y adquisiciones y abre una nueva etapa marcada por el crecimiento orgánico y la reducción de la deuda.

Como ha explicado en su última rueda de prensa como CEO, su marcha es "lo mejor para la compañía". A Martínez, le quedaba alrededor de un año y medio de mandato, pero consideró que no tenía mucho sentido presentar una nuevo proyecto estratégico para tres años y que justo en medio hubiera relevar al máximo responsable de su ejecución. 

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El anuncio de la marcha de Martínez llevó al consejo de administración de Cellnex a lanzar formalmente un proceso para buscar a su sustituto, para lo cual decidió contar con el asesoramiento externo de un headhunter con el fin de poder acelerar un proceso que ya se habían planteado internamente. 

Como ha recordado Anne Bouverot, presidenta del consejo de administración de Cellnex, la búsqueda de un nuevo CEO suele llevar de seis a nueve meses, pero en este caso querían hacerlo en menos tiempo para poder tener la sucesión cerrada antes de la junta de accionistas de este 1 de junio. 

El consejero delegado, Tobías Martínez, interviene durante un encuentro con los medios antes de su junta general de accionistas. Jesús Hellín Europa Press

Sin embargo, lo que debería haber sido un proceso ordenado acabó en una guerra interna en el consejo de administración que llegó a su punto máximo de tensión a finales de marzo, cuando Bertrand Kan, presidente entonces del consejo de administración de Cellnex dimitió de su cargo y fuera sustituido por Bouverot.

Este cambio se produjo después de que unos días antes el inversor británico Chris Hohn pidiera el cese de Khan así como de otros dos consejeros (Peter Shore y la consejera dominical, a propuesta de GIC, Alexandra Reich) tras elevar su participación en el capital de la compañía por encima del 9% y convertirse en su máximo accionista. 

[Bertrand Kan y Peter Shore ceden a las presiones de TCI y dimiten como miembros del consejo de Cellnex]

El motivo, sus discrepancias en torno al proceso de búsqueda del nuevo consejero. De hecho, Kan y Shore presentaron días después su dimisión como consejeros independientes con efecto inmediato alegando "diferencias irreconciliables" con el consejo de administración en relación con la gestión, la dirección y dicho proceso de sucesión.

Una vez recompuesto el consejo con el nombramiento de Jonathan Amouyal, en representación de TCI, y María Teresa Ballester como nuevos miembros, a finales de abril se dio a conocer que Marco Patuano, quien fuera presidente de Cellnex durante dos años (2018-2019), sería el nuevo CEO.

Apoyo masivo

La elección de Patuano fue aprobada "por unanimidad" dentro del consejo, pero quedaba por ver cómo reaccionarían los accionistas a su elección tras un proceso tan tenso. La respuesta ha sido un respaldo masivo por parte de la junta, en la que obtuvo un 95% de votos a favor y solo un 4,98% en contra.

En la rueda de prensa previa a la junta, Bouverot destacó que Patuano cumple con todos los requisitos que el consejo considera que debía tener el nuevo CEO de Cellnex, como una fuerte experiencia de gestión, un conocimiento del sector y de la compañía y que tuviera relación con algunos de sus stakeholders.

Anne Bouverot y Marco Patuano, presidenta y consejero delegado de Cellnex, respectivamente. Cellnex

También han contado con un fuerte respaldo los dos consejeros que entraron a cubrir las vacantes de Kahn y Shore. En concreto, un 94,72% de los accionistas ha apoyado el nombramiento de Amouyal como dominical en representación de TCI (un 5,22% se ha abstenido) y un 99,94% lo ha votado a favor de Ballester como independiente. 

En esta línea, se ha aprobado además con un 99,95% de votos a favor la ampliación del consejo de administración de 11 a 13 miembros. El nombramiento de Óscar Fanjul y Dominique d’Hinnin como nuevos consejeros independientes de la compañía ha recibido el respaldo del 99,4% y 85,3%, respectivamente.

Remuneraciones 

Sin embargo, los accionistas de Cellnex no han apoyado tan masivamente la modificación de la política de remuneraciones de los consejeros, incluido el bonus del consejero delegado. En concreto, un 59,2% ha votado a favor de la misma, mientras que un 35,39% se ha mostrado en contra. 

Estos datos son muy similares a los que se registraron en la junta de accionistas de 2022, cuando solo un 56% de los accionistas votaron a favor de la nueva política de remuneración de los directivos aprobada entonces por el consejo de administración para el periodo comprendido entre 2022 y 2025.

Como adelantaron hace unos días 'La Información' y 'El Mundo', los 'proxy advisor' habían recomendado votar en contra de los cambios en la política de remuneraciones. Una postura que también ha mantenido Norges Bank, uno de los accionistas relevantes de Cellnex.

Con el cambio de la política de remuneraciones, Cellnex busca mejorar el grado de alineamiento del incentivo a largo plazo del consejero delegado con las expectativas de los inversores institucionales, manteniendo los principios y objetivos originales sobre los que fue diseñada, así como fomentar la creación de valor para los accionistas.

Sin embargo, los 'proxy advisors' consideran que este cambio destinado a simplificar el cálculo del incentivo a percibir por el CEO es "excesivo". Además, creen que la cantidad máxima a percibir es demasiado elevada, ya que Patuano podría ganar hasta 18 millones de euros si cumple todos los objetivos fijados.