Vodafone España alcanzó en su tercer trimestre fiscal, que concluyó el pasado 31 de diciembre, unos ingresos por servicio de 858 millones de euros, lo que supone un 8,7% menos que los 940 millones de euros que facturó en nuestro país en el mismo periodo del año anterior. 

En esta línea, la operadora alcanzó unos ingresos totales de 971 millones de euros, lo que representa un descenso del 9,8% en comparación los 1.077 millones de euros que facturó en el tercer trimestre fiscal del ejercicio previo. 

En un comunicado, la operadora explica que la evolución negativa de su facturación por servicio en este periodo se debe la "continuada competencia" en el segmento premium, a una menor base de clientes y a la reducción de los precios de las tarifas de terminación de móvil, que regula la Unión Europea y descendió tanto en enero de 2022 como en enero de 2023. 

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Además, añade que los motivos por los que la caída de la facturación ha sido mayor que la registrada en trimestres anteriores son un menor crecimiento de los ingresos por roaming, la fuerte demanda que registró el negocio de empresas en el mismo período del ejercicio previo y la eliminación gradual del impacto de las subidas precios que se implementaron en el segundo trimestre del año anterior.

A todo esto se suma la reducción de ingresos en el segmento mayorista, debido a que el contrato de alquiler de red con Lebara, operadora del Grupo MásMóvil, finalizó este trimestre al migrar su red a otro operador (Orange).

El descenso del 8,7% registrado por los ingresos por servicio en este tercer trimestre fiscal empeora los datos tanto del segundo, cuando la facturación se redujo un 6%, como de los tres primeros meses de su actual ejercicio, cuando el descenso fue del 3%.

Tras estos resultados, fuentes de la compañía remarcan que Vodafone España mantiene su "foco y energía" en completar sus planes, implementar nuestra estrategia para recuperar competitividad y asegurar la vuelta a un crecimiento "sostenible y rentable".

Menos clientes

Por otro lado, la operadora añade que su base de clientes de telefonía móvil se redujo en 19.000 usuarios en su tercer trimestre fiscal, lo que refleja el impacto inicial de la subida de precios que se anunció en septiembre y se hizo efectiva a mediados del mes de enero. 

Vodafone ha incrementado en cuatro euros de media el precio a sus clientes en España, como consecuencia de su reciente decisión de empezar a revisar sus tarifas en función de la evolución del IPC interanual promedio. Una medida con la que busca frenar el impacto de la inflación en los costes, energía y proveedores, así como hacer frente al ritmo de inversión en infraestructuras de red y servicios innovadores.

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En este incremento de las tarifas también ha provocado una caída de los clientes de banda ancha de Vodafone España, que se han reducido en 27.000 en este periodo. Un descenso que también incluye el impacto el apagado de las redes de ADSL, que hace que mes tras mes sigan descendiendo este tipo de clientes.

Por su parte, los usuarios de las tarifas convergentes de Vodafone España se redujeron en 6.000, hasta situarse en torno a los 2,2 millones. 

Por otro lado, la compañía destaca la mejora del churn (tasa de baja de clientes), que se redujo en tres puntos porcentuales en términos interanuales, hasta el 18,6%. Vodafone España achaca esta evolución a unos planes "más transparentes y simplificados", así como a las medidas operativas adoptadas. 

Asimismo, recuerda que el sucesor de Colman Deegan como consejero delegado de Vodafone España, que abandonará el cargo el próximo 31 de marzo, se nombrará a su debido tiempo. Desde el 12 de enero, la filial española forma parte del clúster de Europa de la compañía, dirigido por Serpil Timuray.