Twitter y Elon Musk.

Twitter y Elon Musk.

Tecnología

El nuevo Twitter de Musk abre el melón de la libertad de expresión en las redes sociales

Los expertos creen que "las mentiras y la desinformación abrumarán a la verdad y los fascistas se harán cargo".

30 octubre, 2022 02:43

La toma de control de Twitter por parte de Elon Musk, que se autodefine como un “absolutista de la libertad de expresión”, ha desatado el debate en Estados Unidos sobre si el cambio de poder en la red social reforzará la libertad de expresión o, por el contrario, abonará el terreno de la exaltación al odio.

“Dado que Twitter sirve como la plaza pública de facto”, tuiteó Musk el 26 de marzo de 2022, “no adherirse a los principios de libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia”. El fundador de Tesla explicó su decisión de comprar la empresa una semana después, resaltando que los números de la operación no le “importan en absoluto”, sino que se ha dejado llevar por su “fuerte sentido de la intuición” para saber que, al comprar Twitter, salvaguarda “una plataforma pública que sea de máxima confianza y ampliamente inclusiva, algo extremadamente importante para el futuro de la civilización.”

Así pues, lo primero que ha hecho el multimillonario al tomar el control de la plataforma social ha sido revertir las anteriores políticas de Twitter que, entre otras cosas, prohibían a políticos como el expresidente de los EEUU, Donald Trump, y la representante de los EEUU, Marjorie Taylor Greene, y a otros personajes de la farándula nacional como el polémico rapero Kayne West usar la plataforma para propagar lo que se ha demostrado ser falsedades y medias verdades, amén de discursos racistas o de incitación al odio.

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A partir de ahora, “queremos ser muy reacios a eliminar cosas, solo ser muy cautelosos con las prohibiciones permanentes”, dijo Musk al respecto.

Brynn Tannehill, experta en materia de defensa y veterana de la Academia Naval de EEUU, publicaba un artículo de opinión para 'The New Republic' horas después de que se hicieran públicas las primeras decisiones de Musk sobre su recién adquirida empresa. Tannehill argumenta que “la idea de 'libertad de expresión' de Elon Musk ayudará a arruinar EEUU” y que un “Twitter sin moderación de contenido, y con Donald Trump y otros invitados nuevamente, significa que las mentiras y la desinformación abrumarán a la verdad y los fascistas se harán cargo”.

Trump y Twitter, la secuela

La vuelta de Trump a Twitter tiene al país en un estado de expectación máxima, por diversos motivos. El anterior presidente ha incrementado notablemente su actividad en su plataforma Truth Social para impulsar de manera rutinaria la desinformación electoral. Cabe recordar que el 8 de noviembre se celebrarán las elecciones de mid-term en las que se decidirán las dos terceras partes de los escaños del Congreso y del Senado.

Varios expertos en justicia social y medios de comunicación han mostrado su preocupación sobre la posible vuelta del expresidente a Twitter: “podría crear un efecto halo en otras redes sociales”, argumentan. En este sentido, Nora Benavidez, la directora de Derechos Civiles y Justicia Digital del think tank Free Press, argumenta que “muchas de las principales empresas de redes sociales seguirán lo que hacen otras. Y ciertamente con Trump, vimos que su expulsión de Twitter causó una especie de efecto dominó”.

“Cuando se le prohibió el uso de una plataforma, las otras compañías del sector hicieron lo propio. Su regreso a cualquiera de estas plataformas indica que habrá un aumento en ese odio y toxicidad una vez más. No importa si es una red social o en todas”, añade.

Mientras, otro de los antiguos 'proscritos' del Twitter pre-Musk, el polémico rapero Ye (anteriormente conocido como Kanye West), intenta comprar la aplicación de redes sociales Parler, en plena controversia sobre sus comentarios antisemitas.

Despidos y supervisión de contenidos

Horas después de tomar posesión del cargo como nuevo dueño de Twitter, Elon Musk comenzó a 'hacer limpia'. Entre quienes se despidieron de la red social poco después de que Musk cerrara el trato, se incluyen Parag Agrawal, director ejecutivo de Twitter; Ned Segal, director financiero; Vijaya Gadde, el máximo ejecutivo legal y experto en asuntos públicos, y Sean Edgett, el abogado de la empresa.  

Pero los cambios de estructura van más allá. Según un informe de 'The Washington Post', Musk habría dicho a los posibles inversores en su compra de Twitter que planea recortar la plantilla de Twitter, que hoy supone casi 7.500 trabajadores, dejándola en apenas una tercera parte de su tamaño actual, “un equipo mínimo”, según las fuentes citadas por el diario estadounidense.

Además, Twitter presentó documentos regulatorios el viernes solicitando retirar sus acciones de la Bolsa de Valores de Nueva York, poniendo punto y final a nueve años de operar como empresa pública. El movimiento es significativo, pues como empresa privada, Twitter está sujeto a menos reglas externas, dando más poder si cabe a su propietario. No obstante, desde Washington, los reguladores ya han advertido a Elon Musk de que seguirán de cerca qué cambios hace en Twitter, especialmente en Europa, donde una ley aprobada a principios de año podría someter a la empresa a multas si no aborda problemas como el discurso tóxico y la desinformación.

“Aunque ha hablado de deshacerse de una gran parte de su fuerza laboral, gran parte de esa fuerza laboral está evitando que la plataforma descienda al caos absoluto, la anarquía, la pornografía, la pedofilia, Dios sabe qué”, comentó Mike Butcher, editor general de TechCrunch. “La moderación de contenido en las redes sociales es un tema enorme, enorme”, añadió el veterano periodista, que ha seguido los vaivenes de la red social durante años.  

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En términos similares se expresaba la abogada Areva Martin, quien en declaraciones para 'Newsy' destacaba que “hay miedo a la intimidación, miedo a la desinformación, miedo al acoso racial”. “Me pregunto si los propietarios de estos sitios realmente quieren libertad de expresión. Quieren difundir los mensajes que quieren que la gente escuche y se adhiera. No sé si vamos a llegar allí, aunque creo que hay una necesidad de algún tipo de intervención del gobierno”, añadió Martin en una entrevista el viernes.

Por su parte, Richard K. Sherwin, catedrático de derecho y director del Proyecto de Persuasión Visual de la Facultad de Derecho de Nueva York, destacaba en un reciente artículo de opinión que “Musk ya ha ofrecido una previa de los cambios que podría hacer en Twitter. Comienza con el restablecimiento de la cuenta de Trump, lo que le permite difundir mentiras más demostrables sobre el fraude electoral y sus oponentes políticos. Puede implicar, en términos más generales, una mayor destrucción de los estándares de Twitter”.

“La afirmación de Musk de que salvará la 'plaza pública' de la sociedad es fundamentalmente falsa. Impulsará su desintegración al permitir que sea invadida por desinformación tóxica, incluidas falsificaciones profundas, propaganda insípida, llamadas a la violencia, doxing y otras formas de actos iliberales contra el discurso”, auguraba.