Trabajadores con un ordenador.

Trabajadores con un ordenador. Scott Graham para Unsplash

Tecnología

El sector digital celebra el fin de los aranceles por la 'tasa Google', que afianza la hoja de ruta de la fiscalidad digital

Analistas ven un éxito y un alivio el acuerdo para España, ya que refrenda su enfoque y retira bloqueos económicos a productos importantes. 

23 octubre, 2021 05:30

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Las disputas entre países en torno al nuevo modelo de fiscalidad que debe implantarse a nivel global para adaptarlo al entorno digital parecen estar más cerca de resolverse tras el acuerdo alcanzado esta semana entre Estados Unidos y cinco países europeos, entre ellos España, en torno a la polémica 'tasa Google'

En concreto, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Austria y Reino Unido fijaron este jueves la transición desde los actuales impuestos nacionales sobre los servicios digitales a la nueva solución multilateral acordada por el pasado 8 de octubre en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a petición del G20.

Desde la propia OCDE, su secretario general, Mathias Cormann, ha calificado de "importante" este nuevo acuerdo de transición entre Estados Unidos y algunos de sus principales sociales comerciales, ya que completa el alcanzado en el seno de la organización y reduce "significativamente" las tensiones comerciales. 

El acuerdo ha sido acogido con satisfacción por las empresas del sector tecnológico y digital tanto en España como en Estados Unidos, ya que supone un nuevo paso para lograr un consenso internacional largamente demandado en torno a la fiscalidad para el entorno digital y afianza la hoja de ruta hacia ese objetivo marcada por la OCDE.

Fuentes dela patronal tecnológica DigitalES señalaron a EL ESPAÑOL-Invertia que este acuerdo respecto a la 'tasa Google' son "buenas noticias", en tanto que representa un nuevo paso para avanzar en España hacia un mayor consenso internacional para lograr una fiscalidad adaptada al nuevo mundo digital.

Actualización

Desde la asociación señalan que comprenden y comparten que la fiscalidad ha de actualizarse, para que las empresas paguen allí donde realizan su actividad, independientemente de su tamaño.

"Se trata de evitar que se produzcan distorsiones del mercado o situaciones de competencia desleal, como desgraciadamente ocurre frecuentemente en torno a la economía del dato", inciden.

Sin embargo, desde DigitalES insisten en que para que este postulado general, sensato y razonable, resulte efectivo en la práctica, es necesario en primer lugar que exista un mínimo acuerdo internacional.

Por otra parte, apuntan que se debe procurar que los nuevos gravámenes que pudieran surgir de la modernización de la fiscalidad, actual o futura, no acaben por suponer una doble imposición para aquellas compañías que ya están pagando impuestos en los países donde operan.

Retirada de los impuestos nacionales

Al otro lado del charco, la industria tecnológica también ha acogido con satisfacción este acuerdo para avanzar hacía una reforma de la fiscalidad del entorno digital a nivel global que evite la imposición de tasas unilaterales, pero reconoce que hubiera preferido la retirada de las 'tasas Google'.

Así se ha expresado la Asociación de la Industria de Computación y Comunicaciones (CCIA, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington D. C. (Estados Unidos) y que cuenta entre sus asociados con grandes gigantes tecnológicos como Facebook, Google, Uber, Twitter o Amazon. 

"Damos la bienvenida al liderazgo de Estados Unidos, Austria, Francia, Italia, España y Reino Unido para llegar a un compromiso que conducirá a la eliminación de los impuestos existentes a los servicios digitales", señala el presidente de la CCIA, Matt Schruers. 

Tras este acuerdo, desde la asociación aseguran que están dispuestos a trabajar con los dirigentes políticos para que se logre una "rápida implementación" del nuevo marco fiscal global y asegurar así que no se introducen nuevas medidas discriminatorias en el futuro.

Aún así, Schuers considera que la acción más apropiada sería la retirada "inmediata" de estas medidas unilaterales discriminatorias a cambio de poner fin a los procesos relativos a cuestiones comerciales.

Pese a todo, considera "alentador" que el nuevo consenso alcanzado en torno a una reforma fiscal a nivel mundial en el seno de la OCDE ya parece que está llevando a una reducción de las tensiones fiscales y comerciales internacionales.

Un éxito y un alivio para España

Por otro lado, Cristina Pinilla, directora de Regulación y Asuntos Públicos de Hill&Knowlton Strategies, destaca que este acuerdo puede tener una doble lectura desde el punto de vista del Gobierno de Pedro Sánchez. Por un lado, puede ser considerado un éxito porque desde España se ha defendido siempre que es imprescindible adaptar la fiscalidad a la nueva realidad digital y, por otro, es "un alivio" la retirada de aranceles sobre productos muy importantes.

Asímismo, destaca la postura defendida desde el primer momento por el Gobierno, y en particular por la titular de las competencias en materia de transformación digital, la vicepresidenta Nadia Calviño: es imprescindible adaptar la fiscalidad nacional e internacional a la nueva realidad digital.

Con esta postura, el Gobierno quiere garantizar recursos suficientes para sostener los estados del bienestar y evitar competencia desleal con las empresas más tradicionales. Una visión que, indica Pinilla, ya había sido defendida con anterioridad en foros europeos e internacionales por otros como el exministro de Hacienda 'popular' Cristóbal Montoro.

Además, recuerda que desde el primer momento el Gobierno aseguró que el impuesto aprobado a nivel nacional tendría un carácter transitorio hasta conseguir un acuerdo a nivel internacional, algo imprescindible para que este tipo de medidas tengan realmente el efecto perseguido sin dañar la competitividad de los países.

Cumplimiento

"Y el acuerdo de esta semana facilita el cumplimiento de este compromiso, al incluirse un mecanismo de transición hasta que el Pilar 1 de la OCDE sea una realidad", incide.

Por otra parte, Pinilla señala que el acuerdo es también un alivio para el Gobierno, porque conlleva "levantar la espada de Damocles de la imposición de aranceles" sobre determinados productos de gran importancia económica, social y reputacional para España, como los agrícolas o el calzado, por parte de Estados Unidos.

En clave más europea, indica que este acuerdo también aleja un peligro que sobrevoló durante un tiempo el esquema de los dos pilares: que un tipo mínimo del impuesto sobre Sociedades para todas las compañías, incluidas las tecnológicas, acabara sirviendo de excusa para que éstas no fueran objeto de un gravamen específico que tenga en cuenta el valor del dato en la economía actual.