Una persona tocando el radiador.

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Observatorio de la Energía

La pobreza energética se ‘ceba’ con los hogares en alquiler: 3 de cada 10 no pueden mantener su casa caliente en invierno

Un informe de la Universidad Pontificia Comillas revela que millones de viviendas tienen barreras para acceder a servicios energéticos asequibles.

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Las claves

El 30% de los hogares en alquiler en España no puede mantener su vivienda caliente en invierno, casi el doble que la media nacional.

El informe anual de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas destaca que la pobreza energética es más acusada en viviendas de alquiler.

Más de 8,5 millones de personas declaran no poder mantener su vivienda a temperatura adecuada y 4,8 millones han sufrido retrasos en el pago de facturas energéticas.

Las ayudas como los bonos sociales han evitado que la brecha de pobreza energética sea aún mayor, aunque persisten diferencias territoriales, afectando especialmente a regiones como Extremadura.

Para millones de familias que viven de alquiler en España, calentar su hogar en invierno sigue siendo un lujo. Así lo revela el Informe anual de Indicadores de Pobreza Energética 2024, elaborado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, que compara por primera vez los indicadores generales con los que se observan en los hogares en régimen de alquiler.

La pobreza energética en estas viviendas es claramente más acusada en todos los indicadores, según el análisis. Por ejemplo, mientras el 17,6% de los hogares españoles reconoce no poder mantener su vivienda a una temperatura adecuada en las temporadas de bajas temperaturas, esa cifra alcanza hasta el 30% en el caso de los hogares en alquiler. Tres de cada diez inquilinos.

En el conjunto de España, el informe señala que, aunque continúa la tendencia moderada de los precios de la energía en 2024, tras los picos históricos de 2022, se mantiene la presión sobre los hogares vulnerables.

El indicador de gasto desproporcionado (2M) -es decir, los hogares que destinan más del doble de la mediana nacional para cubrir sus necesidades energéticas- se sitúa en 16,5%, una ligera mejoría respecto al año anterior.

No obstante, el indicador alternativo basado en el Ingreso Mínimo Estándar (MIS) aumenta hasta el 15,1%, lo que indica un empeoramiento en ese umbral de referencia.

La pobreza energética oculta afecta al 27,1% de los hogares, mientras que el gasto insuficiente (M/2) se eleva al 12,9%, el nivel más alto desde que se empezó a medir este indicador.

En cuanto a los indicadores subjetivos, más de 8,5 millones de personas declararon no poder mantener su hogar a una temperatura adecuada en invierno (una reducción de casi el 12% respecto al año pasado), y 4,8 millones reportaron retrasos en el pago de facturas energéticas.

Es decir, el porcentaje de la población que ha sufrido retrasos en el pago de facturas se mantiene estable en 9,7%.

Y aunque la brecha de pobreza energética -la diferencia entre el gasto real en energía y el umbral necesario para cubrir adecuadamente las necesidades energéticas- se redujo de 168 euros en 2023 a 150 euros en 2024 (una caída del 12%), el informe insiste en que la carga sigue siendo significativa para muchos hogares.

Por primera vez, los expertos de la Universidad Pontificia Comillas introducen también un escenario hipotético sin bonos sociales: los resultados señalan que, sin estas ayudas, la brecha de pobreza energética habría sido significativamente mayor, lo que pone de relieve el papel que han jugado las medidas de apoyo para mitigar la carga económica de los hogares más vulnerables.

El informe subraya la importancia de seguir implementando medidas que garanticen el acceso a una energía asequible para los hogares vulnerables.

A pesar de las políticas de apoyo en vigor, la pobreza energética sigue afectando a millones de personas en España, con diferencias territoriales muy significativas, siendo las regiones del sur, y en particularExtremadura, las más afectadas.