Papel en proceso de una planta de una industria papelera

Papel en proceso de una planta de una industria papelera Invertia

Observatorio de la Energía

La industria del papel prefiere gas o biomasa: el biometano es dos veces más caro que el gas y el hidrógeno hasta cinco veces

El gas sigue siendo el combustible más empleado en 2025, las compañías del sector reúnen un consumo de unos 16 TWh/año, el 4,6% del total nacional.

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Las claves

La industria papelera española sigue utilizando gas natural y biomasa debido al alto coste del biometano (el doble que el gas) y el hidrógeno (hasta cinco veces más).

Más del 70% del sector cuenta con cogeneración, representando entre el 16% y 18% de la capacidad total de cogeneración industrial del país.

La biomasa supone entre el 33% y el 37% de los combustibles usados en la industria papelera, que es el principal consumidor industrial de biomasa en España.

El sector afronta obstáculos regulatorios para valorizar energéticamente residuos de fabricación y, aunque apuesta por la economía circular, la normativa limita este aprovechamiento.

El potencial de sustitución del gas por biomasa, biometano o hidrógeno verde en las fábricas de papel españolas es alto, pero el coste, especialmente de los nuevos combustibles, sigue siendo tan alto que hace difícil el proceso de transición.

"Por el momento, la industria del papel sigue empleando gas, y en muchas plantas lo sustituye parcialmente por la biomasa", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Manuel Domínguez, director general de ASPAPEL.

"Porque el precio del biometano es dos veces más alto que el gas y el hidrógeno, incluso más, hasta cuatro o cinco veces".

A pesar de los esfuerzos de descarbonización, el gas natural sigue siendo esencial como fuente energética de transición, especialmente para la cogeneración y la generación de calor.

"En España, más del 70% de la industria papelera tiene cogeneración, e incluso hay fábricas (incluidas tanto plantas de pasta como de papel) utilizan algún sistema de cogeneración de alta eficiencia", añade a este diario.

El sector papelero representa aproximadamente el 18% de toda la capacidad instalada de cogeneración industrial en España, con entre los 876 MW y más de 1.100 MW de potencia instalada en cogeneración dentro del sector.

Representa aproximadamente entre el 16% y el 18% de la capacidad total de cogeneración industrial de España. Esta capacidad convierte al sector papelero en uno de los principales usuarios industriales de cogeneración en el país.

Descarbonización del papel

Sin embargo, Domínguez reconoce que hay "verdadera preocupación por parte de las empresas del sector papelero para llevar a cabo la descarbonización del proceso de producción, pero no pueden perder competitividad respecto a terceros países".

Los principales países competidores directos de la industria papelera española son Alemania, Italia, Suecia y Finlandia.

Estos países destacan tanto por su volumen de producción como por su capacidad exportadora en el mercado europeo, siendo Alemania el líder indiscutible, seguido de los países nórdicos (Suecia y Finlandia), e Italia.

En el ámbito global, fuera de Europa, países como Brasil y China también compiten, especialmente en celulosa y productos específicos.

"Los costes energéticos tienen un impacto muy relevante en la competitividad de la industria papelera española, ya que la energía puede representar entre un 10% y un 30% de los costes totales de fabricación en el sector", señalan desde ASPAPEL.

"Y se ve agravado porque en otros países europeos los gobiernos han ofrecido ayudas directas a sus industrias".

Ante este escenario, el sector papelero español está invirtiendo en eficiencia energética y cogeneración, pero "el diferencial de costes sigue siendo un factor crítico de presión sobre los márgenes, los niveles de empleo y la capacidad de exportación".

Algunas de las medidas que se están tomando en las fábricas papeleras para reducir sus costes energéticos son realizar la cogeneración termoeléctrica, especialmente congas natural y biomasa, lo que permite una eficiencia de hasta el 80% y una reducción significativa de costes y emisiones.

En la industria papelera española, actualmente la biomasa representa entre el 33% y el 37% del total de combustibles utilizados para generar energía, lo que la sitúa en el principal consumidor industrial de biomasa en España.

Obstáculos a la "economía circular"

La industria papelera española genera cada año cerca de 1,5 millones de toneladas de residuos sólidos, según datos sectoriales recientes.

Estos residuos incluyen lodos de depuradora, cenizas, plásticos y metales de los procesos de fabricación y depuración del papel, así como otros materiales residuales derivados de la cadena productiva.

Sin embargo, se prohíbe utilizar ciertos restos de celulosa (fibras de rechazo, lodos o residuos sólidos) de las fábricas de papel para su valorización energética como biomasa.

"El Reglamento de Emisiones Industriales (Real Decreto 815/2013) y la Ley de Residuos distinguen entre biomasa procedente directamente del ámbito agrícola/forestal y los “residuos” industriales de papel y celulosa", señala el responsable de ASPAPEL.

"Pero nosotros estamos claramente a favor de la valorización de los residuos generados en el proceso de fabricación del papel, tanto a nivel material (reciclaje) como energético (uso como combustible renovable), siempre dentro de los límites ambientales y legales".

"Son recursos valiosos que deben ser aprovechados para cerrar el ciclo sostenible del papel y contribuir a la economía circular, evitamos que estos residuos acaben en vertederos, le damos una segunda vida y nos sirve para reducir costes energéticos", puntualiza.

Hasta que llegue esa oportunidad, las fábricas papeleras ya están comprometidas con la circularidad. En 2024, reciclaron 5,2 millones de toneladas de papel recuperado, un 7,7% más que el año anterior, lo que eleva la tasa de reciclaje nacional al 83,6%.

Esto posiciona a España como uno de los países europeos con mayor capacidad recicladora. "La gestión de residuos de papel es uno de los pilares de la sostenibilidad industrial del sector papelero, con una tendencia clara hacia el máximo aprovechamiento y la reducción del destino final a vertedero", concluye.