El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EP / Joey Sussman

Observatorio de la Energía

El Supremo de EEUU llama a pronunciarse al Gobierno de Trump en la batalla de España por los laudos renovables

Solicita un escrito de la posición oficial de los Estados Unidos sobre la jurisdicción de los tribunales para ejecutar los fallos arbitrales.

Más información: España recurre al Supremo de EEUU para evitar la ejecución de laudos renovables y alerta de un riesgo diplomático

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Las claves

El Tribunal Supremo de EEUU ha solicitado al Gobierno de Trump que se pronuncie sobre los laudos renovables relacionados con España.

El recurso de España busca revocar una sentencia que permite a tribunales de EEUU ejecutar laudos por 416,8 millones de dólares a favor de fondos internacionales.

Existe una disputa sobre la interpretación de la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras y la aplicación de la doctrina de forum non conveniens.

España advierte que la ejecución de los laudos sin su consentimiento podría tener consecuencias diplomáticas y políticas.

La batalla por el recorte a las primas renovables en España toca la puerta de la Casa Blanca. El Tribunal Supremo estadounidense ha solicitado a la Administración de Donald Trump que intervenga en el recurso presentado por el Reino de España contra la ejecución de varios laudos.

Se trata de un recurso que pretende revocar una sentencia emitida en 2024 por el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia, que reconoció la jurisdicción de los tribunales estadounidenses para ejecutar los laudos.

Esa decisión abrió la puerta a que se hagan efectivos en Estados Unidos pagos por 416,8 millones de dólares (358,9 millones de euros) a favor de los fondos NextEra, 9REN y Blasket Renewable Investments, como compensación por los recortes a las primas de las energías renovables.

Se trata de un paso judicial decisivo, pues el recurso ante el Supremo constituye la última instancia posible en el sistema judicial estadounidense. Es decir, si el alto tribunal rechaza la apelación o falla en contra de España, la ejecución de los laudos podría avanzar sin más obstáculos en Estados Unidos.

Ahora, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha solicitado al Procurador General -el abogado que representa al Gobierno federal- a presentar un escrito expresando la posición oficial de los Estados Unidos en el caso.

Hasta el momento, el presidente Donald Trump no se ha pronunciado públicamente sobre los laudos arbitrales relacionados con las energías renovables contra España.

No obstante, los fondos beneficiarios se muestran optimistas respecto al contenido del escrito oficial de la Administración, que podría conocerse en las próximas dos o cuatro semanas, según ha podido saber este medio.

Batalla en el Supremo

España y los fondos con laudos mantienen posturas enfrentadas sobre el reconocimiento de la jurisdicción de los tribunales estadounidenses para ejecutar los laudos.

Uno de los puntos de fricción se encuentra en la interpretación de la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras (FSIA), una norma estadounidense que protege a los Estados extranjeros de ser demandados en tribunales del país, salvo que exista consentimiento del Estado o excepciones legales.

El Gobierno español sostiene que la decisión del Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia excedió sus límites jurisdiccionales, y que permitir la ejecución de los laudos sin su consentimiento generaría fricciones con la cita ley.

Mientras, los fondos con laudos argumentan que, al firmar el Tratado de la Carta de la Energía, España consintió que los inversionistas extranjeros pudieran acudir al arbitraje internacional y que los tribunales estadounidenses pueden ejecutar estos laudos bajo la Ley de Inmunidades Soberanas y la Convención de Nueva York.

Además, España afirma que existe una división real entre tribunales federales de EEUU sobre cómo interpretar la excepción de arbitraje en la FSIA, lo que justifica que el Supremo tenga la última palabra. Los fondos no creen que haya una división en los tribunales federales.

Otro punto de fricción de la disputa es la aplicación de la doctrina de forum non conveniens, que permite trasladar un litigio a un tribunal más adecuado.

España sostiene que esta doctrina debe aplicarse también en la ejecución de laudos arbitrales, de manera que, si existe un tribunal más apropiado (por ejemplo, en Europa), el caso debería resolverse allí.

Según su argumentario, ignorar esta regla fomenta que los demandados busquen los tribunales internacionales más favorables a sus intereses.

Los fondos, en cambio, argumentan que forum non conveniens no procede, porque la ejecución de los laudos requiere poder acceder a bienes y activos ubicados en Estados Unidos, incluidos los pertenecientes a España, y que esto justifica que los tribunales estadounidenses puedan intervenir directamente.

España también advierte que permitir la ejecución de un laudo sin consentimiento previo podría tener consecuencias diplomáticas y políticas, y subraya que la revisión del Supremo es esencial.

Los fondos replican que los laudos ya han sido validados por arbitrajes y tribunales extranjeros y que los tribunales estadounidenses pueden intervenir directamente, incluso frente a argumentos sobre incompatibilidad con normativa europea.

Origen de los laudos

El origen de los laudos renovables en España se remonta a principios de los 2000, cuando el Gobierno introdujo incentivos para atraer inversores, lo que impulsó la expansión de la industria solar.

Más de 66.000 familias y empresas comprometieron 65.000 millones de euros para alcanzar el objetivo de la UE del 20% de energía renovable en 2010.

Sin embargo, la crisis económica de finales de la primera década llevó a España a modificar sus políticas energéticas, reduciendo tarifas, introduciendo impuestos y limitando la producción renovable.

Como parte de sus medidas de austeridad y durante el primer mandato de Mariano Rajoy, España implementó una serie de cambios regulatorios que impactaron negativamente a los inversores en energía solar.

Estos cambios, retroactivos, provocaron demandas por parte de los inversores, alegando que España violó acuerdos internacionales de inversión.

España cuenta actualmente con un total 26 sentencias en contra y más de 1.400 millones de euros en laudos impagados, cifra que asciende a 1.870 millones de dólares si se incluyen los intereses y gastos judiciales.