Molino eólico de Capital Energy.

Molino eólico de Capital Energy.

Observatorio de la Energía

Los acreedores de Capital Energy presionan a Martin Buezas: exigen abandonar el hidrógeno y los centros de datos

Con una deuda que supera los 200 millones, tiene pagos pendientes con proveedores por unos 8,6 millones de euros.

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La situación del promotor renovable Capital Energy, presidido y controlado por Jesús Martín Buezas como accionista único, no es muy diferente a muchos desarrolladores de proyectos renovables en España.

El derrumbe del precio eléctrico en las horas solares, la lentitud de los trámites administrativos o la paralización judicial empujan a más de 50 GW de proyectos solares y algunos menos de proyectos eólicos a colgar el cartel de 'Se Vende' y por precios hundidos.

"Sin embargo, el caso en concreto de Capital Energy es especialmente sangrante", explican fuentes del sector energético a EL ESPAÑOL-Invertia.

"Sobredimensionó su cartera de proyectos, anunciando que iba a construir 30 GW, para convertirse en uno de los más grandes y diversificados de España, sobre todo proyectos eólicos pero también fotovoltaicos, y se le fue de las manos", añaden.

"No solo se le están cayendo bastantes proyectos donde ha hecho la inversión, o bien porque no ha obtenido la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) positiva o bien porque se le ha paralizado judicialmente, sino que le ha coincidido con una etapa en la que han subido mucho los costes de construcción".

Esta combinación de factores y el retraso en cumplir con su plan estratégico "le ha llevado al borde del abismo".

La empresa mantiene una fuerte presión de liquidez, con costes financieros elevados (con intereses del 11,5% en algunos tramos), y por tanto ha recurrido a desinversiones de activos y refinanciación para evitar la causa de disolución y recuperar un patrimonio neto positivo. Pero aún sigue en la cuerda floja.

Control de los fondos

Los principales acreedores de Capital Energy son los fondos Incus Capital, Ontario Teachers Pension Plan (OTPP) y Copenhagen Infrastructure Partners, además de BBVA y Eiffel.

"El modelo de inversión que tiene con Incus Capital, por ejemplo, le genera una deuda de 30 millones de euros al año y solo estamos hablando de intereses", añaden las mismas fuentes a este diario.

Y no puede pagar con la retribución que recibe por sus parques en operación, entre otras razones, porque fueron los primeros que vendió al ser sus mejores activos y porque "el coste de la deuda supera la rentabilidad de sus parques en operación".

La compañía ha negociado directamente con sus acreedores la posibilidad de que éstos puedan capitalizar parte de los intereses en forma de acciones si no se cumplen las obligaciones de pago.

"Los acreedores quieren consejeros independientes que puedan obligar a Martín Buezas a que se deje de inventos o ideas de inversión en nuevos negocios, como sus planes de crear una filial de hidrógeno verde (Quantum Hydrogen) u otra de centros de datos sostenibles (Box2Bit), y se concentre sólo en terminar sus proyectos eólicos, que es por lo que pusieron su dinero, para que los venda y puedan recuperar la inversión".

De hecho, también se metió en el negocio de comercialización eléctrica, pero tuvo que ajustar la estructura de costes a la realidad del mercado, y también tuvo que venderlo a Repsol en 2022.

Rentabilidad eólica

Después de la fiebre renovable de los primeros años de esta década, ahora se viven momentos de vacas flacas y el precio del megavatio está por los suelos.

"Si un megavatio (MW) fotovoltaico en 2022 estaba en 250.000 euros, ahora está entre 20.000 y 25.000 euros como mucho, así que el promotor lo único que puede hacer es recuperar su inversión. Ya no es lo que ganas, sino lo que dejas de perder. Es un drama".

Y en el caso de la eólica, "no hay tantas transacciones, pero de los 400.000 euros/MW se ha pasado a los 150.000-200.000 euros/MW".

"¿Cómo es posible que Capital Energy, con una cartera eólica tan potente, esté en esta situación", se preguntan.

"Prácticamente a todas las empresas que han invertido en eólica en España les ha salido bien. La única respuesta está en el sobredimensionamiento y unas expectativas poco realistas", concluyen.

Para Martín Buezas, no hay otra opción que seguir buscando nuevas líneas de financiación adicional para reforzar caja y operativa, o buscar inversores que aporten capital nuevo.

"Los acreedores, a día de hoy, no pueden vetar las decisiones de inversión del propietario de Capital Energy", explica a este diario la abogada María de la Torre, experta legal en Gobernanza y socia directora del despacho jurídico Governance & Compliance.

"Lo único que pueden es llevarlo a los juzgados, pero en cuanto judicialicen el caso, el deterioro del valor de la compañía será mayor. Se cargarían la compañía", asegura.

Por el momento, hay consenso de que Capital Energy aún no tiene fecha de defunción, aunque irá reduciendo su negocio. Y mientras no devuelva la deuda, Martín Buezas deberá trabajar para sus acreedores.