Central nuclear.

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Observatorio de la Energía

Las nucleares, problema para Sánchez durante el apagón, solución para el mundo empresarial

Fuentes del sector señalan que el problema de fondo se encuentra en la falta generación síncrona (que aportan nucleares, carbón, gas o hidroeléctricas).

Más información: Pedro Sánchez mantiene viva la hipótesis del ciberataque, aunque Red Eléctrica lo haya descartado

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La energía nuclear vuelve a ser uno de los temas de debate en medio del apagón masivo que paralizó el sistema eléctrico peninsular el lunes. Mientras seguían investigando las causas del cero energético, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no dudó en señalar a esta tecnología como un problema en medio del caos.

"Quienes están vinculando este incidente a la falta de nucleares o mienten o muestran su ignorancia. Las nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema”, afirmó, subrayando que “estaban apagadas y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables”.

Sin embargo, desde el sector empresarial y el ámbito técnico, la visión es diametralmente opuesta: consideran que la energía nuclear no sólo no fue un problema, sino que constituye una parte imprescindible de la solución ante la creciente inestabilidad del sistema eléctrico.

Aunque las causas exactas del apagón aún se encuentran bajo investigación, fuentes del sector consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia señalan que todo apunta a una combinación de factores técnicos en una red eléctrica afectada por problemas de sobretensión.

Según esta hipótesis, en el momento del incidente la red operaba con una alta penetración de energías renovables —un 71% de la generación total— y con escasa presencia de tecnologías que aportasen estabilidad al sistema: tres reactores nucleares estaban fuera de servicio, muchas hidroeléctricas en mantenimiento programado y la producción de gas era limitada.

En el suroeste del país, dos grandes plantas solares dejaron de generar electricidad casi simultáneamente, lo que, según informó Red Eléctrica el martes, contribuyó a desestabilizar el sistema.

En el sector se barajan posibles fallos en las líneas de alta tensión y en los sistemas de protección automática, que no lograron contener la perturbación de una red ya frágil. Desde semanas antes, la red venía mostrando signos de sobretensión en momentos de alta generación renovable combinada con una baja capacidad de respaldo

A diferencia de tecnologías como la nuclear, la solar fotovoltaica y parte de la eólica no aportan “inercia sincrónica”, es decir, no contribuyen a estabilizar la frecuencia del sistema ante perturbaciones.

La inercia síncrona con la red se consigue gracias a las turbinas de las centrales nucleares, de carbón, de gas o hidroeléctricas que impulsan sus generadores. La velocidad de rotación de estas turbinas está sincronizada con la frecuencia de la red eléctrica, 50Hz en la Unión Europea, y esto da robustez a la red. Esa falta de generación síncrona dejó la red más expuesta a un fallo en cascada.

Por este motivo, distintas voces del sector empresarial apuntan que, "más que la alta generación renovable, el problema de fondo se encuentra en la falta de generación síncrona". Creen que reducir la capacidad nuclear sin reforzar otras formas de generación síncrona podría "comprometer la estabilidad de la red en momentos críticos".

Entre todas estas tecnologías síncronas, la energía nuclear destaca por su capacidad de aportar inercia de forma constante y predecible, ya que opera de manera continua sin depender de las condiciones meteorológicas. A diferencia de las hidroeléctricas, que pueden estar fuera de servicio por restricciones hídricas, y de las plantas de gas, cuyo uso suele reservarse como respaldo en picos de demanda, las centrales nucleares suelen estar en funcionamiento permanente.

No obstante, en el momento del apagón, tres de los siete reactores nucleares del país se encontraban fuera de servicio con la autorización de Red Eléctrica. Dos de ellos —Almaraz I (Extremadura) y Cofrentes (Valencia)— estaban detenidos desde hacía dos semanas debido a la falta de rentabilidad económica, según informó Iberdrola, empresa propietaria.

La elevada carga fiscal que soportan estas instalaciones hacía inviable su operación en un periodo de precios del mercado muy bajos. El tercer reactor, Trillo (Castilla-La Mancha), estaba en parada programada por recarga de combustible, una operación habitual en el mantenimiento de este tipo de centrales.

Por su parte, los otros cuatro reactores operativos —Almaraz II, Ascó I y II, y Vandellós II— se detuvieron automáticamente cuando se produjo el colapso de la red, pero sus sistemas de seguridad funcionaron correctamente, activándose los generadores diésel de salvaguardias, como estaba previsto.

En este contexto, las patronales empresariales CEOE y Foment subrayaron el martes la necesidad de prorrogar la actividad de las centrales nucleares en España, un tema que está siendo debatido tanto a nivel social como en el Congreso.

"Hay que analizar cuáles son los riesgos y debilidades de nuestro sistema eléctrico", señaló Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, durante un desayuno informativo celebrado el martes en Madrid. A su juicio, "el debate sobre la energía nuclear se ha acabado. Lo ocurrido es una demostración de que el sistema energético español no puede prescindir de la energía nuclear".

Para Sánchez Llibre, "el debate nuclear en España tendría que haberse finiquitado", y tanto España como Cataluña deberían, en todo caso, aumentar la capacidad de producción de esta tecnología.