Ilustración sobre los efectos de la sequía en la economía española.

Ilustración sobre los efectos de la sequía en la economía española. Laura Mateo EE

Observatorio de la Energía

La sequía ‘ahoga’ la economía de media España: cosechas en mínimos y turismo en peligro por los cortes de agua

La reserva hídrica española está al 50,5% de su capacidad, pero hay que leer la letra pequeña: en el noroeste sobreabunda, pero en el sureste es mínima.

28 enero, 2024 02:46
Laura Ojea José Ramón Pérez

Siempre ha habido una brecha imaginaria que divide transversalmente a España entre el noroeste y el suroeste por su capacidad hídrica, pero ahora se está ampliando cada vez más como consecuencia del cambio climático. Tanto es así que, mientras los embalses de Almería están por debajo del 10% y las reservas del área metropolitana de Barcelona en el 11%, los de Galicia rozan el 90%.

Existe un acusado gradiente geográfico entre las áreas con abundantes recursos hídricos del norte y noroeste y las áreas secas del sur y del este. Y esta gran diferencia está influyendo en las principales actividades económicas del país: en el turismo, el sector inmobiliario, en la agricultura y en la generación eléctrica.

Según los últimos datos publicados por la Organización Meteorológica Mundial, es probable que las temperaturas mundiales alcancen niveles sin precedentes en los próximos cinco años, lo que traerá una serie de modificaciones irreversibles en las temperaturas y el clima.

Cada vez habrá menos precipitaciones en el lustro que viene, y eso anuncia una crisis sin precedentes en nuestro país, ya seco por naturaleza. Sin lluvias, los problemas por la sequía serán aún mayores. 

De acuerdo con el Observatorio Europeo de la Sequía del Programa Copernicus, toda la costa mediterránea se encuentra en aviso por un déficit en la humedad del suelo, y eso dispara directamente sobre la línea de flotación del principal reclamo turístico del país: el sol y la playa de las regiones costeras.

Sequía y economía

Según un estudio recién publicado por Istas y la Fundación Primero de Mayo, uno de los grandes afectados por la subida de las temperaturas en España será el turismo, en especial el de masas. Durante décadas se ha desarrollado sobre una climatología estival estable y relativamente benigna y sobre la urbanización de extensas áreas costeras.

Sequía meteorológica en España en las primeras tres semanas de enero de 2024

Esta es una de las principales razones por la que resulta un sector muy vulnerable al cambio climático, al ser nuestro país uno de los más amenazados de Europa por este fenómeno, como apunta el informe del Grupo de Trabajo II correspondiente al Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

[La sequía obliga a España a importar cereales, verduras, azúcar y café a precios más altos que nunca]

La falta de lluvias provoca la reducción de actividades recreativas y de turismo activo; problemas de abastecimiento en los destinos turísticos en los periodos de máxima ocupación y escasez de nieve en los destinos de montaña para los deportes de invierno. 

Eso en el turismo, pero la agricultura no irá a la zaga. España debe importar este año más trigo, maíz y cebada. Serán necesarios alrededor de 20 millones de cereales, que es el equivalente necesario para suplir el recorte del 40% de producción de nuestro país como resultado de la escasez de agua, que se ha cebado también con el arroz, las zanahorias, el brócoli o la coliflor.

Las zonas de España donde se concentran frutales, la producción de hortalizas, y hasta la cuna del aguacate y el mango español vuelven a apretar los dientes por la escasez de precipitaciones en unos meses que sí han sido abundantes para la otra mitad del país: Galicia, Castilla y León, parte de Castilla-La Mancha y hasta Extremadura.

El sector inmobiliario es el siguiente de la lista. En la encuesta Insights Into Real Estate Investment Sustainability Survey (IRIS), realizada anualmente por la empresa de riesgos climáticos Evora Global, casi la mitad de los inversores inmobiliarios han visto cómo las condiciones meteorológicas extremas han afectado a sus carteras.

[El turismo teme que la sequía derive en cortes de suministro que provoquen una menor demanda]

¿Cuándo y cuánto va a afectar la subida del nivel del mar a los mercados inmobiliarios? ¿Cuál va a ser la temperatura durante los meses de verano en determinadas zonas? ¿Es seguro que vaya a haber suministro de agua? Son preguntas que se hacen los compradores de casas.

Y la respuesta está en que el norte de España resulta cada vez más atractivo para los que quieren huir del calor extremo. Las inversiones inmobiliarias de segundas residencias son un buen termómetro. Asturias y Galicia han incrementado un 30% la venta de viviendas en los últimos meses.

La desalación como alternativa

España es uno de los países del mundo que más agua desalada produce, según datos de La Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR). Actualmente ocupa el cuarto país en cuanto a capacidad instalada, es decir, la capacidad de producción de todas las plantas desaladoras construidas en nuestro país se sitúa sólo por detrás de Arabia Saudí, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.

Según los datos más actualizados de esta asociación, en la actualidad en España se producen alrededor de 5 millones de m3/día de agua desalada para abastecimiento, riego y uso industrial.

Es decir, si toda esta agua se utilizase para el consumo humano, estimando un consumo medio por persona y día de 150 litros -superior a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que estima 132 litros- podría abastecerse a cerca de 34 millones de personas.

El uso del agua desalada para riego agrícola es bastante destacable respecto al de otros países y se ha extendido mucho más y antes que en otros lugares del mundo.

Pero ¿hay alternativas? El Informe sobre la Gestión de la Sequía en 2023 refleja que la reserva de agua en los embalses ha disminuido en los últimos diez años.

El Ejecutivo ha anunciado inversiones en todas las cuencas hidrográficas que suman 12.000 millones de euros, para desalar y reutilizar agua, evitar fugas y mitigar los efectos de la sequía, así como para modernizar regadíos.

A esta dotación se suman 3.060 millones del PERTE de digitalización del ciclo del agua y 2.130 millones para la modernización de regadíos, con el fin de reducir fugas y pérdidas.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció hace unos días que el Ejecutivo está revisando los Planes Especiales de Sequía aprobados en 2018 para facilitar su gestión.

A su juicio, la aplicación de estos planes ha sido "particularmente importantes este año, facilitando la garantía de abastecimiento para toda la población, minimizando el impacto de la sequía en los sectores productivos, lo que no significa que no haya impactos, sino que se minimizan y se garantiza el mantenimiento de los ecosistemas".