Teresa Ribera recibe de su colega sueca el mando de la presidencia de la UE tras el Consejo de Energía del pasado lunes.

Teresa Ribera recibe de su colega sueca el mando de la presidencia de la UE tras el Consejo de Energía del pasado lunes. Unión Europea

Observatorio de la Energía

La pugna nuclear de Francia contra Alemania y España contamina la legislación medioambiental de la UE

La disputa bloquea la reforma del mercado eléctrico tras una primera victoria de París en la directiva sobre renovables.

25 junio, 2023 02:52
Bruselas

La pugna nuclear de Francia contra Alemania y España está contaminando todos los debates de toda la legislación medioambiental de la UE. El Gobierno de Emmanuel Macron reclama que Bruselas reconozca la contribución de la energía nuclear (con cero emisiones) a la lucha contra el cambio climático, al mismo nivel que las renovables. Una pretensión que rechaza de plano el Gobierno de Olaf Scholz, apoyado por Teresa Ribera. "No se puede calificar como renovable lo que no lo es", alega la vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica.

La disputa entre París y Berlín impidió la aprobación el pasado lunes de la reforma del mercado eléctrico europeo. Apenas tres días antes, Macron había logrado una victoria importante con una "exención nuclear" para Francia en la nueva directiva comunitaria sobre renovables. El país vecino -donde la nuclear representó en 2022 el 63% de la producción de electricidad, inferior a la media del 70% por los problemas de mantenimiento en su parque de reactores- quiere extender este modelo a toda la legislación sobre energía y cambio climático de la UE.

Las desvenencias sobre la nuclear suponen también un lastre para la tubería submarina H2Med que pactaron el pasado octubre Macron y Pedro Sánchez tras enterrar el gasoducto MidCat, y que debe conectar Barcelona con Marsella. Mientras que España y Alemania defienden que el H2Med debe transportar únicamente hidrógeno verde, París quiere incluir también el 'hidrógeno rosa' de origen nuclear.

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La ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, ha forjado una Alianza Nuclear en el seno de la UE, que en su última reunión el 16 de mayo en París contaba ya con 16 miembros (eran 11 en su primer encuentro de marzo). Además de Francia, se trata de Bélgica, Bulgaria, Croacia, Estonia, Finlandia, Hungría, Países Bajos, Polonia, República Checa, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, Suecia e Italia. Reino Unido acudió también en calidad de invitado.

En una declaración conjunta publicada tras la reunión de mayo, la Alianza defiende "la contribución esencial de la energía nuclear, como complemento de las renovables, para la descarbonización de la producción de Energía en Europa y el logro colectivo de la neutralidad climática de aquí a 2050". Por ello, Bruselas "debe reconocer la nuclear en la estrategia energética y las políticas pertinentes de la UE", ya que además refuerza la soberanía del continente.

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Francia y sus socios consideran que la nuclear podría suministrar hasta 150 gigavatios de capacidad eléctrica de aquí a 2050 (frente a 100 GW en la actualidad), lo que representa el equivalente a entre 30 y 45 nuevos grandes reactores y pequeños reactores modulares en la UE y 450.000 puestos de trabajo. Eso exige un "plan de acción europeo para desarrollar la cooperación en materia nuclear, en cuestiones como competencias, innovación, normas de seguridad, desmantelamiento y residuos, según Pannier-Runacher.

En respuesta a la Alianza Nuclear de Francia, Alemania y España han fundado los "Amigos de las Renovables", que celebró su última reunión el pasado lunes en Luxemburgo. La ministra francesa no fue invitada pese a que ella defiende que nuclear y renovables no sólo no son incompatibles sino que funcionan de forma complementaria y había mostrado interés en asistir.

El resto de miembros del club son Luxemburgo, Austria, Grecia, Dinamarca, Malta, Estonia, Portugal, Países Bajos, Letonia, Eslovenia, Irlanda y Bélgica. Se trata de una alianza defensiva cuyo objetivo principal es frenar los esfuerzos de París para que la energía nuclear compute para los objetivos de renovables de la UE. Sin embargo, incluye en sus filas a varios países quintacolumnistas como Bélgica, Eslovenia o Estonia, que están al mismo tiempo en los dos bandos.

Pese a los Amigos de las Renovables, París ha logrado en los últimos días su primera gran victoria con la directiva sobre renovables, recurriendo a la misma estrategia que utilizó Berlín para relajar el veto a los coches de gasolina y diésel. Es decir, bloqueando en tiempo de descuento una norma que ya había sido objeto de acuerdo hace tres meses entre Gobiernos y Eurocámara con el fin de conseguir concesiones en materia nuclear.

La norma en cuestión impone un objetivo obligatorio de renovables del 42,5% de aquí a 2030. Además, establece que al menos el 42% del hidrógeno utilizado por la industria debe ser renovable, aunque los países que producen hidrógeno nuclear o 'rosa' podrán rebajarse esta cuota. El problema de Francia es que no podía acogerse a esta flexibilidad debido a que cuenta con un gran parque de plantas de amoníaco (materia prima para fertilizantes nitrogenados) que utilizan hidrógeno producido con combustibles fósiles.

La solución de compromiso que se le ha ofrecido a Pannier-Runacher para que levante su veto consiste en excluir a estas plantas de amoníaco del cálculo, de forma que París sí podrá rebajar su cuota de hidrógeno renovable en beneficio del nuclear. Pero lo más importante es que Macron ha obligado a la la Comisión de Ursula von der Leyen a publicar una declaración en la que "reconoce que las fuentes de energía no fósiles distintas a las renovables contribuirán a lograr la neutralidad climática". 

La comisaria de Energía, Kadri Simpson, regaló un ramo de flores a la ministra francesa, Agnès Pannier-Runacher, durante el Consejo de Energía del pasado lunes porque era su cumpleaños

La comisaria de Energía, Kadri Simpson, regaló un ramo de flores a la ministra francesa, Agnès Pannier-Runacher, durante el Consejo de Energía del pasado lunes porque era su cumpleaños Unión Europea

Para Francia, este reconocimiento sienta un precedente "extremadamente fuerte" a la hora de seguir defendiendo la nuclear en toda la legislación medioambiental y climática de la UE. "Es un acuerdo no muy bonito pero llevadero", ha dicho el secretario de Estado alemán de Energía, Sven Giegold. 

En la reforma del mercado eléctrico europeo, el motivo de discordia es si las plantas nucleares francesas existentes pueden beneficiarse de las subvenciones públicas previstas en los contratos a largo plazo por diferencia (CFD), que son el pilar central de la propuesta de Bruselas. En su propuesta de compromiso, la presidencia sueca lo acepta en el caso de que se trate de ampliar su capacidad o extender su vida útil.

Pero Alemania y Luxemburgo rechazan ampliar los CFD a las plantas existenes con el argumento de que distorsionaría la competencia y acabaría con la igualdad de condiciones en el mercado. De hecho, el ministro de Energía de Luxemburgo, Claude Turmes, denunció que esta nueva cláusula (que no figuraba en la propuesta original de Bruselas) supondría una sobrecompensación de hasta 120.000 millones de euros para el gigante energético francés EDF. Tras el fracaso de la semana pasada, corresponderá a la presidencia española de la UE resolver estas diferencias y decantar la balanza en favor de uno de los dos bandos.