"No se esperan altos precios de gas para los próximos meses e incluso en un año", señalan fuentes del sector gasista a EL ESPAÑOL-Invertia. "El futuro Cal24 se está manteniendo al mismo precio del mercado diario, y también si miramos la cotización trimestral", añaden.

El precio del TTF y del de referencia ibérico, el MIBGAS, se mueven desde hace semanas en el entorno de los 45 euros/MWh, un precio alto para lo que se pagaba antes de la invasión rusa en Ucrania, pero por debajo del registrado el último año. En febrero de 2021 comenzó su escalada por encima de los 50 euros, llegando a alcanzar su máximo el 26 de agosto de 2022, con 320 euros/MWh.

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"No hay fundamento para pensar que el precio del gas vaya a subir. Los niveles de almacenamiento de gas en la UE exceden de largo a día de hoy lo que se esperaba meses de atrás", inciden las fuentes.

"El año pasado había cierta psicosis por el corte de gas ruso, y cierta premura para llenar los almacenamientos, pero ahora Europa se ha dado cuenta de que es posible sobrevivir sin gas ruso", agregan.

Alto nivel de almacenamiento

"Si miramos los niveles de almacenamiento de los países de la UE, los datos son buenos", continúan las fuentes, que subrayan que el nivel medio está en el 60%, pero que hay algunos países que llegan al 80% "y estamos finalizando el invierno". Normalmente, a finales del invierno, Europa suele tener sus almacenes un 20% o un 30% por debajo.

"Ciertamente son porcentajes relativos porque no dicen cuánta cantidad tienen, sino hasta qué nivel se ha llenado lo que hay. Por ejemplo, Alemania tiene menos gas acumulado que España, pero su capacidad es ocho veces mayor -aunque también tiene más demanda-", explican.

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También hay que tener en cuenta que nadie espera un boom de la economía china. "Es cierto que ya se ha eliminado la 'política Covid cero', pero el motor asiático sigue a medio gas y así se espera que continúe todo 2023", explican por su parte fuentes de una consultora internacional a este diario. 

Además, la demanda industrial en toda Europa ha caído en el último año. En España descendió un -12,6% (-9,7% respecto a febrero de 2022) y un -18,2% en Alemania.

"Es un tema que puede ser preocupante, pero no sabremos el efecto real y si supone un cambio estructural hasta pasado un tiempo que lo podamos ver con perspectiva", continúan las fuentes del sector gasista. 

"Hay un incentivo muy grande para invertir en medidas de eficiencia energética por el beneficio que supone cuando el gas tiene un precio tan elevado, por eso no hay duda de que habrá una parte de destrucción definitiva de la demanda", apuntan. Y si las plantas industriales apuestan por combustibles alternativos, "será muy difícil que vuelvan a consumir gas".

Posibles amenazas del gas

Aún así, nadie puede asegurar con certeza qué va a pasar en el futuro. "Este escenario podría cambiar si aumenta la inestabilidad geopolítica internacional, con un recrudecimiento de la guerra en Ucrania o el estallido del conflicto en Taiwan", continúan las mismas fuentes. 

"Pero a veces lo que importa no es tanto el precio sino el volumen contratado. A veces se genera mucha alarma por precios altos, pero no tiene base real", recalcan.

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Desde hace meses una de las preocupaciones del mercado GNL (gas natural licuado) ha sido la situación económica en China. "Sin embargo, el tan esperado resurgir de la demanda China parece no llegar", señala en una red social Alejandro De Roca Jordà, Markets and Regulation Director y Energy & sustainability consultancy en Magnus Commodities.

"China cerró un 2022 con un crecimiento del 3% (el peor dato de los últimos 40 años). Para el 2023 las previsiones se mueven entre el 4,3% y el 5,5%".

También, "hay otras variables que tenemos que considerar como el sector inmobiliario y construcción (25% del PIB) que están seriamente afectados. Y en el contexto internacional, la inflación y los incrementos de tasas de interés por parte de los bancos centrales dibujan un escenario de fuerte ralentización por lo que las exportaciones Chinas se ven seriamente afectadas".

Por otro lado, De Roca señala el "posicionamiento de China en el conflicto de Rusia  que podría derivar en sanciones internacionales" y se pregunta "¿hasta donde caerían los mercados si termina no cumpliéndose esta amenaza?".