Un encuentro en el que estuvieron presentes el presidente de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle; el consejero delegado de Endesa, José Bogas, y el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, entre otros. En este contexto, la vicepresidenta aprovechó para pedir su apoyo a la reforma del mercado eléctrico que se negocia estas semanas.

Los grandes popes energéticos dejaron entrever de un modo u otro que la propuesta elaborada por Natalia Fabra no ha sentado bien al sector, especialmente en la cuestión de fijar precios a tecnologías inframarginales como nuclear, hidroeléctrica y renovables (eólica o fotovoltaica).

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Un escepticismo empresarial frente al que Ribera defendió su propuesta: "2022 ha sido el punto de inflexión para acelerar la transición energética en Europa, que ha entendido que debemos estar unidos en la estrategia, en un único modelo europeo y no solo en el buen funcionamiento del mercado".

"Es capital hablar de la reforma eléctrica, que sea la evolución de un sistema que ha funcionado 25 años pero que no acaba de ser el sistema que incentive las inversiones, ni la toma de decisiones de los consumidores y del mercado en general", insistió. 

Y dio un paso más: "Es inviable hacer la transición energética pensando solo en el precio del gas de hoy, se debe incentivar la predictibilidad de los precios para que sea atractiva la inversión".

Todo ello para acabar reconociendo la frialdad con la que acogía el sector su propuesta y lanzándoles un guante de colaboración en la reforma: "Toca pensar en el futuro".

Reacción del sector

Sin embargo, los distintos representantes energéticos presentes en el evento, insistieron en que no les convence la propuesta presentada por el Gobierno. "El problema es que si pretende incentivar las inversiones, con un precio fijo consigue justo lo contrario", explicaban a EL ESPAÑOL-Invertia. 

"No se entiende que haya presentado una propuesta a Europa sin contar con las sugerencias de las compañías del sector, que al fin y al cabo son quienes conocen el funcionamiento del mercado, las que tiene que aprobar sus estrategias de futuro y deben buscar la financiación a sus proyectos", añadían otros de los presentes en la convocatoria.

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Para el Gobierno español, la seguridad energética y el clima serán clave en la transición. En este proceso, "no debemos entrar en una guerra comercial, sino que el cambio energético sea una oportunidad de cooperación", puntualizó Ribera.

"Estamos viviendo una aceleración del sistema energético hacia las energías renovables, en la que debemos ser cuidadosos y respetuosos, en la que las personas se deben sentir beneficiadas en este proceso de transición sin percibirlo como una agresión o una fuente de preocupación".

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Ribera tuvo tiempo también para hablar de la ola antirrenovables que se está produciendo en los entornos rurales. Señaló que ahora mismo "hay que garantizar la seguridad ambiental y el papel de la Administración", y destacó que "es importante que exista una correlación entre la solvencia económica del sistema energético y la atención al beneficio social, en especial de las comunidades locales". 

El Ministerio para la Transición Ecológica y para el Reto Demográfico ha aprobado 170 declaraciones de impacto ambiental sobre un total de 200 expedientes recibidos hasta este miércoles -último día de plazo para las comunidades autónomas-para la viabilidad y desarrollo de distintos proyectos renovables. Con todo, todavía están sujetos a condiciones.

Para Ribera, España está muy bien posicionada y no se deben perder esas oportunidades. Hay que generar un ecosistema atractivo. "Apostar también por la industria, las infraestructuras o la formación. Los recursos públicos y privados son fundamentales para facilitar lo más rápido posible la transformación energética a escala global", apuntó.

Más contundente con las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania se mostró el director general de la AIE, Fatih Birol. "Rusia va a perder la batalla energética", enfatizó. 

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De hecho, el 75% de todo el gas natural que producía Rusia iba a parar al Viejo Continente, mismo destino que el 50% de su petróleo. Ahora el flujo es casi inexistente.

"Ha perdido a su mayor cliente para siempre y ahora está tratando de encontrar nuevos, pero no es tan fácil. Su petróleo se encuentra con muchos problemas logísticos para llegar a determinadas zonas", valoró Birol. Y, además, "para mantener su producción de gas y petróleo tiene que incorporar nuevas tecnologías a sus instalaciones, pero la mayoría de las compañías tecnológicas han abandonado Rusia. Lo tiene difícil".

De hecho, la previsión del director de la AIE es que el rol estratégico de Rusia en el ámbito energético se reduzca en los próximos años. En el caso de China advertía de que en 2022 redujo por primera vez en los últimos cuarenta años su demanda de petróleo y de gas natural (-20% en este caso), circunstancia esta última que ha facilitado el aprovisionamiento por parte de Europa de esta materia prima.

A juicio de Birol, uno de los movimientos más transformadores en energías renovables tendrá lugar en Estados Unidos debido a la ley para la reducción de la inflación (Inflation Reduction Act, IRA), una normativa con la que el país norteamericano espera reducir en un 30% sus emisiones contaminantes para 2030 en comparación con las de 1990.