Esto se debe a que en enero comenzará a aplicarse la directiva de Calidad de Carburantes (FQD, por sus siglas en inglés). En virtud de esta norma, cada litro de combustible se encarecerá entre 3 y 6 céntimos. Esto, eliminada la bonificación, hace que el consumidor tenga que pagar entre 23 y 26 céntimos más por cada litro de combustible.

Actualmente, el precio medio de la gasolina (incluida bonificación) de 95 es de 1,378 euros el litro, y el del gasóleo A es de 1,454 euros. Por lo que dese el 1 de enero habrá que sumarle 20 céntimos del fin del descuento y otros entre 3 y 6 céntimos más. De este modo, el litro quedará a 1,81 en el de 95 y a 1,460 en el gasóleo.  

Sin embargo, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) alerta de que el precio subirá mucho más durante el año por al aumento de los impuestos que ya se han aprobado o que están en tramitación. 

Entre los impuestos que faltan por llegar está el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) que se encuentra actualmente en tramitación. De aprobarse, se encarecería los carburantes hasta otros 7 céntimos por litro. 

[De la rebaja del IVA de los alimentos al cheque de 200 euros: todas las medidas del Gobierno contra la inflación]

Asimismo, la patronal cree que la Proposición de Ley para el establecimiento del gravamen temporal energético, que el pasado lunes vio luz verde en el Senado, supondrá un encarecimiento adicional de los combustibles tradicionales.

Por último, la patronal también teme que se materialice la equiparación fiscal entre gasóleo y gasolina. De ocurrir esto, calculan que se encarecería 11,5 céntimos el litro de diésel. “Si la ministra María Jesús Montero sigue las recomendaciones formuladas este mismo año por el grupo de expertos elegidos por su propio Ministerio debería incrementar la fiscalidad de los hidrocarburos otros 5,4 céntimos por litro”, denuncian.

Por lo tanto, CEEES calcula que a lo largo del próximo año el litro de gasolina se encarecerá un mínimo de 15 céntimos y el de gasóleo al menos 27 céntimos debido a los aumentos de impuestos -unos ya aprobados y otros en estudio o tramitación-.

Fin de la bonificación

Pero esta no es la última gran queja del sector. Esta semana, antes de conocerse las medidas del Gobierno, alertó del colapso que se podía producir en las estaciones de servicio si eliminaba con tan poco tiempo de preaviso la bonificación de los combustibles. 

Y, una vez que se conocieron las medidas, tampoco han gustado. Recordemos que el tercer paquete anticrisis anunciado el martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solo prorroga la subvención de los combustibles a partir de 2023 para el transporte profesional por carretera, los agricultores, las navieras y los pescadores.

Mangueras de combustible en una gasolinera en Madrid (España).

Desde la patronal aseguran que el precio de los combustibles continúa “siendo inasumiblemente elevado para los bolsillos de muchas empresas y particulares”. La gasolina es un 7,5% más cara que hace un año, mientras que el gasóleo tiene un precio que es un 24% superior al que teníamos, de media, hace 12 meses. 

Quizás por ello se ha abierto una guerra entre las gasolineras por captar con descuentos propios a los usuarios. La primera fue Repsol. Lo hizo solo horas después de conocerse el paquete de medidas.

La compañía anunció que mantenía el descuento de 10 céntimos en todos sus combustibles en España (gasolinas, gasóleos, gas natural vehicular y AutoGas) para los clientes que utilicen su aplicación de pago y fidelización Waylet hasta el 31 de marzo.

Después fue el turno de Galp. Sus clientes disfrutarán de una bonificación de 10 céntimos por litro, y en los nuevos clientes llegará a 25 céntimos. A esta le siguieron Shell y el grupo canario DISA, que prolongarán hasta el 31 de marzo el descuento de hasta 10 céntimos por litro de gasolina para los usuarios de su aplicación móvil.