Pedro Sánchez, presidente de España, y Mario Draghi, primer ministro de Italia.

Pedro Sánchez, presidente de España, y Mario Draghi, primer ministro de Italia.

Observatorio de la Energía

El impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas mira al de Italia, con una tasa efectiva del 25%

En las próximas semanas, llevará la propuesta de ley al Congreso. Se aplicará en 2023 pero afectará al beneficio de 2022.

26 junio, 2022 02:09

El Gobierno lleva semanas anunciando su intención de incorporar un nuevo impuesto a las energéticas. Lo presentará en "las próximas semanas" bajo el formato de Proposición de Ley y gravará "los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas", con el objetivo de que entre en vigor el 1 de enero de 2023, según ha dicho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros extraordinario del sábado.

Y aunque no ha detallado cómo se va a plantear su diseño, ya ha confirmado que se amplía a todas las energéticas, no solo a las eléctricas, como adelantó EL ESPAÑOL-Invertia, y será parecido al que existe en Italia. "Estamos estudiando los diseños en los que están trabajando otros gobiernos. Italia es uno de los ejemplos que miramos de forma particular", ha señalado.

Fuentes de La Moncloa precisaron que la idea es poner el devengo del nuevo impuesto a las energéticas el 31 de diciembre de este año, "por lo que sería exigible a partir del 1 de enero de 2023, pero sí afectaría al ejercicio de 2022".

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Así, el presidente del Gobierno insistió en que las cargas ocasionadas por la invasión rusa de Ucrania deben "distribuirse con justicia, aportando más quiénes están en mejores condiciones".

"Quienes obtengan réditos indirectos de esta subida deben aportar de forma adicional al esfuerzo colectivo y contribuir más al sacrificio colectivo", ha dicho.

Energéticas italianas al 25%

El gobierno italiano de Mario Draghi aprobó a principios de mayo un plan de 14.000 millones de euros para ayudar a los hogares y a las empresas más vulnerables a hacer frente a la subida de la factura energética.

Como su capacidad de endeudamiento adicional es limitada (Italia tiene una deuda del 150,8% y su prima de riesgo se ha disparado en las últimas semanas), Draghi ha querido financiar estas medidas de apoyo. Y de ahí, el impuesto del 25% sobre los beneficios extraordinarios (windfall profits) que las compañías energéticas han obtenido por la escalada de los precios del petróleo y del gas. 

El primer ministro italiano anunció por primera vez este impuesto en marzo, pero inicialmente había previsto un tipo del 10%. El agravamiento de la crisis energética le ha obligado a subirlo al 25%. Los productores y comercializadores de electricidad, gas natural y productos del petróleo tienen que realizar un primer pago del 10% a finales de junio y abonar el resto para noviembre.

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Las nuevas medidas, anunciadas a primeros de mayo por el ministro de Finanzas, Daniele Franco, no incluían déficits adicionales, pero sí ampliación de las exenciones fiscales para las eléctricas.

Cabe recordar que, a día de hoy, en España las empresas pagan en general un tipo del 25% del Impuesto de Sociedades que se aplica a una base imponible que se calcula a partir de la base contable. Los bancos y las empresas de hidrocarburos tienen que abonar un porcentaje mayor, un 30%.

En cualquier caso, lo que pagan las empresas de manera efectiva a la Agencia Tributaria varía según las deducciones a las que se puedan acoger. Pero esto ha cambiado tras los últimos Presupuestos Generales del Estado. Con su entrada en vigor, las empresas con una cifra de negocio a partir de los 20 millones de euros tienen que abonar un tipo efectivo mínimo del 15%.

El plan del Gobierno sería aplicar un tipo efectivo del 25%, si se sigue el modelo italiano, tal y como ha resaltado Pedro Sánchez.

Dependencia del gas ruso

Italia se encuentra en una encrucijada muy parecida a la de Alemania. Importa el 90% del gas que consume y en torno al 40% procede de Rusia y el 30% de Argelia gracias al tubo Trasmed, que tiene una capacidad de 27.000 millones de metros cúbicos.

Hace cuatro días, Draghi confirmó que se había reducido el suministro del gas ruso y propuso imponer un techo a su precio para frenar la inflación. "En los últimos días, Rusia ha reducido el suministro de gas a Europa y a Italia. Pero desde el inicio de la guerra, nuestro Gobierno se ha movido con rapidez para encontrar fuentes alternativas al gas ruso", defendió Draghi en una comparecencia parlamentaria previa al Consejo Europeo de esta semana.

La semana pasada, el grupo energético italiano ENI, controlado por el Estado al 30%, informó de que la rusa Gazprom solo estaba enviando el 50% de los suministros de gas solicitados.