Una factura de la luz.

Una factura de la luz. @gtomassetti en Unsplash

Observatorio de la Energía

Malestar en la CNMC por las presiones del Gobierno para cambiar otra vez la nueva factura de la luz

Tan solo diez días después de su puesta en marcha, el Ejecutivo pide cambios.

11 junio, 2021 02:07

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La nueva factura de la luz, que entró en vigor el pasado 1 de junio, ha causado mucha polémica en la calle y mensajes contradictorios. Un buen caldo de cultivo para que se produjera una nueva división en el Gobierno de coalición que se ha trasladado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), provocando malestar en el organismo regulador.

Mientras la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defiende este nuevo modelo para dar una señal de precio con el que avanzar en la transición energética, sus homólogos de Derechos Sociales, Ione Belarra, y Consumo, Alberto Garzón, lo critican. 

Belarra lo anunció primero en redes sociales, diciendo que "pensamos que sería buena idea adelantar la hora valle a las 22h de lunes a viernes como propone Facua y se lo solicitaremos a la CNMC". Garzón respaldó estas palabras después: "Apoyo la propuesta de Unidas Podemos de adelantar la hora valle por la noche".

Al principio, la CNMC aseguró a los medios que no había recibido tal petición. Pero después de hacer una búsqueda intensiva, y según ha podido saber Invertia, el problema era que la ministra de Derechos Sociales envió un mail a la dirección de correo genérica del organismo regulador, "sin utilizar los cauces reglamentarios, por registro o a presidencia, como cuando un Ministerio o una Administración pública en general envía un comunicado", explican las fuentes.

De hecho, el texto del correo electrónico solo incluía la petición que aparecía publicada por Belarra en Twitter y un PDF adjunto con las alegaciones que la organización de consumidores Facua-Consumidores en Acción hizo en marzo pasado en referencia a la subida de los precios eléctricos de enero por el paso de la borrasca Filomena. Por último, se les solicitaba que "se tuviera en cuenta". 

Un trabajo de año y medio

El diseño del nuevo sistema de tarifas eléctricas lleva gestándose año y medio, desde enero de 2020, justo antes de la pandemia, y es un trabajo conjunto de Competencia y Transición Ecológica, en el que expertos de ambos organismos públicos han valorado y calculado cada detalle del texto.

"Es un trabajo muy riguroso, con un análisis de costes y de modelo de consumo que busca dar esa señal de precios que además viene impuesta por Bruselas y su paquete de transición energética", añaden las fuentes.

Además, los nuevos peajes llevan aplicándose solo un par de semanas y la CNMC descarta que se vaya a cambiar en un plazo tan breve de tiempo.

La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, lo ha corroborado en un Foro Económico organizado por Expansión. Ha dicho que "se necesita tiempo" para llegar a conclusiones.

Se necesitan "series temporales para interpretar la fotografía completa". Una vez que la CNMC tenga más datos de cómo está funcionando la nueva factura, "veremos si se necesitan adaptaciones".

"Supervisar es nuestra competencia", ha recordado Cani Fernández. Y "si se ven comportamientos que no son acordes con la competencia", el organismo "abriría expedientes".

Todo esto ocurre solo un día después de que la vicepresidenta cuarta y ministra Teresa Ribera anunciara que había enviado una carta a la CNMC para que analizara cualquier posible comportamiento irregular o mala práctica de mercado por parte de los operadores coincidente con la entrada en vigor de la nueva estructura tarifaria

Directiva europea del mercado eléctrico

El nuevo diseño de la factura de la luz pretende responder al mandato europeo, a las directivas que se aprobaron en 2019 del paquete Clean Energy for All Europeans. En la normativa se pide que los Estados miembro den unas señales de precio para descarbonizar la economía.

"El Reglamento (UE) 2019/943 relativo al mercado interior de la electricidad permitirá a la Unión emprender su transición hacia una energía limpia y cumplir los compromisos asumidos con el Acuerdo de París".

"El consumidor debe contar con esas señales de precio para que vaya interiorizando cambios", explican fuentes de sector energético a Invertia. "Se ha hecho en otras ocasiones, por ejemplo, con los límites de contaminación en las ciudades, que prohibían el uso de determinados vehículos, o con sanciones por puntos para evitar el exceso de velocidad, entre otros".

"Quizás ha llegado el momento de decirles a los ciudadanos que la lucha contra el cambio climático no sale gratis, que toda la sociedad, desde industrias, empresas y Administraciones Públicas hasta hogares, tenemos que hacer un esfuerzo para poder cambiar un sistema que sigue emitiendo CO2 a la atmósfera", concluyen las fuentes.

"Y si sigue habiendo puntas de consumo en determinadas horas del día, se necesitará invertir en más infraestructuras para asegurar el suministro eléctrico, lo que terminará costando más a nuestros bolsillos".