Lanas de We are Knitters.

Lanas de We are Knitters. Esteban Palazuelos.

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We are Knitters, la 'reina de las lanas', más cerca de su salvación tras la oferta de casi un millón de Caracas Lab

La compañía solicitó el concurso de acreedores llevando adjunta la solicitud de ofertas de compra de la empresa.

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We are Knitters, la compañía fundada por Pepita Marín y Alberto Bravo, exconsultores de PwC, está a punto de tener nuevo dueño tras solicitar el concurso de acreedores. El nuevo propietario de la conocida como la reina de las lanas podría ser Caracas Lab.

Esta compañía, enfocada al desarrollo de marcas digitales y comercio electrónico, presentó una oferta de 914.013 euros para hacerse con el control de We are Knitters, dedicada a la venta de kits de lanas y agujas de hacer punto.

Su oferta ha sido la seleccionada por el despacho de abogados Abencys como la ganadora entre cuatro empresas candidatas. Además de Caracas Lab, también ofertaron las firmas textiles Limapekin y Taberner y la gestora de fondos Mago Equity.

Tras su elección por parte del despacho, sólo queda que el Juzgado Mercantil Nº2 de Madrid dicte el auto de aprobación de la misma.

La oferta se divide en tres partes: el pago en efectivo de 120.000 euros, la asunción de pasivo laboral por 88.518,96 euros y la aceptación de la deuda con proveedores estratégicos por valor de 705.495 euros.

Asimismo, el perímetro definido en la oferta incluye las existencias en diferentes localizaciones (España, Alemania y en tránsito), mobiliario y equipos informáticos.

También los derechos sobre los contratos vigentes y sobre marcas, dominios, patrones, bases de datos, cuentas de redes sociales y contratos clave para la operativa, así como permisos y licencias, según la documentación de la oferta a la que ha tenido acceso este periódico.

Pepita Martín, CEO y fundadora de We are Knitters.

Pepita Martín, CEO y fundadora de We are Knitters. Esteban Palazuelos.

Junto a la oferta económica, Caracas Lab se compromete a subrogar 11 de los 14 contratos laborales vigentes de We are Knitters, es decir, el 76% de la plantilla.

Además, el plan de viabilidad contempla alcanzar rentabilidad operativa en el segundo ejercicio y situar la unidad en un escenario de crecimiento sostenido a cinco años, con márgenes Ebitda progresivos.

También garantizará la actividad durante al menos dos años y a invertir en su desarrollo, incluyendo eventuales aportaciones adicionales de capital.

En un principio, Caracas Lab, empresa de capital holandés con actividad operativa en España, no está relacionada con el mundo textil.

Se dedica al desarrollo de marcas digitales y comercio electrónico, con especialización en el relanzamiento de proyectos D2C (direct-to-consumer) con potencial de escalado internacional.

“La propuesta presentada por Caracas Lab destaca por combinar una aportación económica relevante con un enfoque operativo realista y coherente con la situación actual de la unidad productiva”, indica el informe del despacho de abogados.

La 'reina de las lanas'

We are Knitters (en español 'Somos tejedores') se convirtió en una de las startups con más proyección del textil. Se hizo muy famosa en plena pandemia por vender kits y materiales de costura y manualidades. De hecho, puso de moda entre los jóvenes esta actividad muy ligada a las abuelas.

Desde su fundación en 2011, consiguió crecer hasta operar en más de 15 países. Llegó incluso a crear una filial en EEUU en 2021. Un año antes, alcanzó su cifra récord de beneficios con 1,61 millones de euros y de facturación (14,9 millones).

Sin embargo, su situación económica en los últimos años había empeorado. La compañía creada por Pepita Marín, consejera de Prisa, acumulaba pérdidas de 1,65 millones de euros.

En 2023, los números rojos fueron de más de 860.000 euros y en 2022 de 791.000, según los últimos datos publicados en el Registro Mercantil.

De hecho, el pasado año salvó la causa de disolución con una ampliación de capital a la que acudió Higini Cierco, uno de los antiguos dueños de Banca Privada de Andorra (BPA), según El Confidencial.

Pero finalmente no fue suficiente y la reina de las lanas presentó concurso voluntario de acreedores bajo una novedosa fórmula, la de llevar adjunta la solicitud de ofertas de compra de la compañía.