Aceite de orujo de oliva.

Aceite de orujo de oliva. Mikel Aguayo Europa Press

Distribución

El orujo y el girasol, las alternativas baratas al aceite de oliva disparan su demanda en los supermercados

La sequía y los costes de producción están detrás del aumento de precios del aceite de oliva.

30 marzo, 2024 02:44

En un momento en el que la inflación se modera y el precio de los alimentos da una tregua, hay uno cuyo precio sigue disparado: el aceite de oliva. Pero a este producto típico de la dieta mediterránea le han salido dos alternativas más baratas y accesibles para el bolsillo que están copando la cesta de los consumidores en el ‘súper’.

En concreto, los usuarios han desplazado sus compras a otras modalidades de aceite, como el de girasol, que ve como desciende su precio un 31,6%, mientras que aumenta su demanda en un 200% respecto a febrero de 2023, según los últimos datos publicados por la consultora Nielsen. En el supermercado se puede encontrar fácilmente un litro de esta variante a 1 o 2 euros. 

La otra gran alternativa es el aceite de orujo. Su peso es significativamente menor entre el resto de aceites, pero hay que destacar que aumenta su demanda un 84,2%, a pesar de que su precio se eleva un 28,9%. 

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Aun así, su precio (entre 5 y 6 euros en establecimientos de venta al público) está muy por debajo del de oliva. 

El aceite de orujo de oliva es el más desconocido por el consumidor. Se trata del resultado del aprovechamiento integral de la aceituna y su obtención se realiza en tres fases: extracción, refinado y encabezado. Éste se puede usar para freír sin problemas. 

Aceite de oliva

Como hemos comentado, estas alternativas están creciendo debido a que el aceite de oliva continúa liderando la subida de precios, especialmente el de oliva y el de oliva virgen, con incrementos interanuales del 76,7% y el 75,8%, respectivamente, pero también el de oliva virgen extra, que lo hace en un 66,2%.

Lógicamente, como explican desde Nielsen, esto tiene un impacto en la demanda, con bajadas del 25,4% para el de oliva, o del 10,6% en el de oliva virgen extra, mientras que el de oliva virgen reduce sus ventas en volumen en un 2,2%.

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Si tomamos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) como referencia, el aceite de oliva registró en febrero -dato más actualizado- un incremento del 67% de su precio con respecto al pasado año, y en lo que va de 2024 sube un 9,6%.

De hecho, encontrar el litro de aceite de oliva a un precio entre 10 y 12 euros en el supermercado se ha convertido en algo cotidiano. A estos precios, muchos supermercados han colocado dispositivos antirrobos.

“Los datos de febrero revelan un claro cambio de tendencia en la cesta de la compra, con una mejora sustancial de la demanda, en consonancia con la moderación generalizada de la subida de los precios -a excepción de productos puntuales como el aceite de oliva- que ya empezamos a observar meses antes. Veremos si la actual campaña de Semana Santa consolida esta tendencia”, señala Patricia Daimiel, directora general de NIQ para Iberia. 

Por lo pronto, este año seguirá siendo más caro hacer torrijas que el año anterior, precisamente por el elevado precio del aceite. 

Este alto precio se debe principalmente a una menor cosecha por factores climáticos como la sequía, pero también a los elevados costes de producción, tal y como los agricultores vienen denunciando desde hace años. De hecho, si la situación meteorológica continúa así, es probable que el precio del aceite de oliva también siga subiendo.