Imagen de un supermercado de Galeria Kaufhof.

Imagen de un supermercado de Galeria Kaufhof. Frank Hammerschmidt /Dpa Europa Press

Distribución

Los grandes almacenes alemanes Galería Karstadt Kaufhof afrontan la Navidad entre dudas sobre su futuro

La cadena se enfrenta a su tercera crisis en tres años.

10 diciembre, 2023 02:27

Todo está preparado en el Karstadt de Hermannplatz, en el multicultural barrio del sur berlinés de Neukölln, para la llegada de Navidad. La decoración exterior y de los interiores del establecimiento ya es la propia de las fechas navideñas. La sección de juguetes parece especialmente bien provista para satisfacer a los clientes que puedan llegar en las próximas fechas.

Sin embargo, en Karstadt no sólo reina la preocupación inmediata de dejar a los clientes satisfechos con sus compras navideñas. Hay otra amenaza inminente en grandes superficies como esta. En realidad, esa amenaza pesa sobre todas las filiales de la cadena alemana que agrupa las otrora empresas independientes Karstadt y Galería Kaufhof.

Ambas tienen más de cien años de historia. Fueron referentes del consumo de masas en el siglo XX. Sin embargo, la segunda y la tercera década del siglo XXI se les están haciendo muy cuesta arriba a estos grandes nombres del comercio.

[El Bundesbank adelanta que la economía alemana se contraerá en el tercer trimestre del año]

De hecho, Karstadt y Galería Kaufhof acordaron en 2018 su fusión para plantar cara a las dificultades en las que ha puesto a este modelo de negocio la aparición y consolidación del comercio electrónico. También la propia evolución y planificación urbanística de las ciudades está dejando a establecimientos como el Karstadt de Neukölln en una posición delicada.

Se supone que, para poder funcionar, un centro comercial ha de ocupar un lugar estratégico en la ciudad, un lugar, por ejemplo, fácilmente accesible para que los consumidores lleguen en coche u otros medios de transporte privado. Las ciudades, sin embargo, llevan tiempo librando una particular batalla contra los medios de transporte privados con motor de combustión.

De esto al menos se quejaba en sus páginas económicas el diario berlinés Berliner Morgenpost. "La planificación del transporte no tuvo en cuenta el futuro de los grandes almacenes", ha escrito esta semana el responsable del área de economía de dicho diario, Jörg Qoos. A su entender, "los grandes almacenes han visto estrechadas sus arterias vitales, mientras que a las furgonetas de reparto de Amazon y similares se les suele permitir bloquear aceras y carriles bici sin sanciones".

Esta evolución reciente ayuda a entender un elocuente dato de BBE, una consultora especializada en negocios comerciales con sede en Múnich. Según los cálculos de BBE, en los años 70, la cuota de mercado de los grandes almacenes era del 13,5%. Ahora el porcentaje apenas representa un 1,5%.

[Lidl espera alcanzar las 700 tiendas en España en 2024 mientras su facturación crecerá casi a "doble dígito"]

Para Galería Karstadt Kaufhof, esa puede ser la fuente de muchos de los males que le toca asumir. Pero no es el único. En los últimos años, de hecho, a la empresa que lidera el belga Oliver Van der Bossche le va tan mal que se podría decir que: "si Van der Bossche monta un circo, le crecen los enanos".

La empresa ya atravesaba serias dificultades antes de que Van der Bossche tomara el mando este mismo año. Dos insolvencias que ha tenido que asumir la cadena de grandes almacenes. En tiempos de la pandemia de COVID-19, la empresa echó mano de 680 millones de euros de dinero público. En la primera de esas insolvencias, a Galería Karstadt Kaufhof le pesaba una deuda de 2.000 millones de euros.

A finales del año pasado, en lo que se ha presentado también como una consecuencia de la invasión de Rusia contra Ucrania, Galería Karstadt Kaufhof volvía a declararse insolvente. A esas dos crisis se suma estos días una tercera de la que cabe preguntarse si no será la que ponga la puntilla al negocio.

Según los sindicatos, hay "intranquilidad" en la plantilla, que suma unas 12.500 personas, a la vista de las noticias que llegan de Austria. Galería Karstadt Kaufhof pertenece al grupo austriaco Signa-Holding. Hace unos días, esta empresa se declaraba insolvente en Viena.

Inquietud de los trabajadores

"El flujo constante de malas noticias procedentes de Signa está causando malestar entre los empleados. Quieren seguridad laboral y una perspectiva previsible", ha dicho Corinna Groß, sindicalista de Ver.di, en unas declaraciones recogidas por la televisión pública ARD. Ese sindicato es la mayor organización de trabajadores del sector servicios. La queja sindical parece ser una constante de un tiempo a esta parte en la firma. Y tanto.

Para hacer frente a las situaciones de crisis previas y salvar el negocio, ya ha habido notorios cierres de establecimientos. La importancia de Galería Karstadt Kaufhof en las calles comerciales de Alemania, de hecho, es menguante.

Al diario Frankfurter Rundschau, Katja Deusser, también responsable de Ver.di, contaba a principios de este año que en la ciudad de Darmstadt (oeste alemán), el Karstadt que hay emplea ahora unos 70 trabajadores cuando en los años 70 eran 1.200.

En Fráncfort, quedan 220 empleos de Karstadt cuando en los mejores años de la compañía – los 70 –, se llegaron a contar 1.400 empleados. "Hay que acabar de una vez por todas con estos recortes", decía Deusser.

Saneamiento económico e inversiones millonarias

En el horizonte, sin embargo, lo que hay son cierres previstos desde la última gran crisis de la compañía. Este año ya cerraron 19 filiales. El que viene ha previsto que echen el cierre otras 28, incluidas dos de Berlín y otras ciudades de buena parte de la geografía teutona.

Las consecuencias de lo que traiga consigo la insolvencia de Signa-Holding aún están por concretarse. Hay insiders que han apuntado que lo que necesita la cadena de grandes almacenes dependiente de ese grupo austriaco es apoyo de quien quiera hacerse cargo de ella.

En la consultora BBE apuntan, por ejemplo, que hace falta, además de "un plan de saneamiento", "nuevas inversiones de varios cientos millones de euros para modernizar las superficies de venta".

No está claro que la llegada de la Navidad vaya a traer todo cuanto piden ahora los interesados en la supervivencia de estos grandes almacenes alemanes. De momento, en centros como el Karstadt de Neukölln, sí está todo listo para que las familias puedan comprar sus regalos para las fiestas.