Fachada del Edificio Tabacalera en Madrid.

Fachada del Edificio Tabacalera en Madrid.

Construcción e Infraestructuras

Los Fondos Next Generation destinan 6 millones de euros a un edificio que fue 'okupado' por José Bonaparte

Edificio Tabacalera, en Lavapiés (Madrid), pretende convertirse en centro de residencias y talleres para artistas.

21 noviembre, 2021 05:30

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En el ámbito del Plan de Recuperación y Resiliencia (Fondos Next Generation), hay un apartado destinado a la Revalorización de la Industria Cultural. El mismo está gestionado por el Ministerio de Cultura y Deporte, y recoge reformas e inversiones orientadas a fortalecer la cadena de valor de las industrias culturales españolas.

El objetivo es la recuperación del patrimonio cultural en colaboración con comunidades autónomas, entidades locales y titulares privados. Ahí es donde se encuadra la rehabilitación integral del edificio de Tabacalera en Madrid.

¿La meta? Convertirlo en centro de residencias y talleres para artistas, con espacios para exhibición de sus creaciones. ¿Montante? 1.304.647,61 euros en 2022, y 4.508.200 euros en 2023. En total, 5.812.847,61 euros que tienen fecha de caducidad.

Así se refleja en el documento elaborado por Moncloa durante el último Consejo de Ministros: “La rehabilitación integral de Tabacalera y su adecuación como centro de creación y exhibición cultural requiere de diversas inversiones en obras y en equipamientos cuyos contratos se deben, imprescindiblemente, iniciar en los próximos meses. De lo contrario, será imposible conseguir la puesta en funcionamiento en las fechas marcadas por la Unión Europea”.

Porque los fondos Next Generation tienen una dotación de 750.000 millones de euros. De ellos, 140.000 millones se les han asignado a España. Eso sí, la UE establece unos plazos para la presentación, implementación y desarrollo de los planes. Requisitos de obligado cumplimiento. De lo contrario, en el caso del edificio de Tabacalera, el mismo en el que José Bonaparte contrató a 800 cigarreras, podría ver su rehabilitación comprometida.

El motín de las cigarreras

Fue en otro Consejo de Ministros, el acaecido el 31 de agosto, cuando se acordó la ejecución de las obras de rehabilitación de las fachadas, cubiertas y carpinterías del antiguo Edificio Tabacalera. Por aquel entonces, se habló de una inversión de 12,5 millones de euros. Lo que se ha hecho en el último consejo, celebrado esta semana, es proceder a la licitación de ejecución de obras. La cantidad se acerca a los seis millones y engloba tanto la obra como la dirección de obra completa.

La idea es convertir al antiguo edificio de Tabacalera en una especie de Rijksakademie. Este centro, situado en Ámsterdam, da cobijo a medio centenar de artistas internacionales. Durante dos años, allí pueden investigar, experimentar y desarrollar sus proyectos con el apoyo de otros artistas. Trabajos que se acaban exponiendo.

Pero más allá de lo que suceda en el futuro, el edificio tiene tras de sí una vasta historia. Se trata de un edificio de 28.000 metros cuadrados construido a finales del siglo XVIII (1790). Su nombre fue el de Real Fábrica de Aguardientes y Timbres. Poco tiempo se dedicó a tal menester, ya que el Gobierno le otorgo a la condesa de Chinchón la concesión de los licores, y a Heraclio Fournier la de las barajas y los naipes.

Cuando en 1808 llegaron Napoleón y sus tropas, uno de los edificios que decidieron ocupar para acuartelar a sus tropas fue este. Por aquel entonces, estaba cerrado. Situado en el barrio de Lavapiés, en la zona había muchos talleres clandestinos en los que las cigarreras llevaban a cabo su trabajo.

Fue José Napoléon quien decidió aglutinar a todos ellos en un único espacio. Y contrató a 800 cigarreras para fabricar el producto. Eso sucedió en abril de 1809. Tal fue el éxito de la iniciativa, que su número evolucionó con el paso de los años. En 1853, llegaron a 3.000. Y en 1890, a 6.300.

En el desarrollo de su historia, fue muy comentado el motín de 1830 llevado a cabo por las cigarreras. O que su interior cobijara una escuela-asilo para sus hijos. O una sala de lactancia. Su declinar le llevó a cerrar en el año 1999. Durante una década estuvo abandonado.

En 2004, el Ministerio de Cultura intentó que fuese la sede de los museos de Reproducciones Artísticas y Artes Decorativas. No llegó a serlo por falta de fondos. Tres años después, iba a ser el Centro Nacional de las Artes Visuales. Más de lo mismo. Hoy es la sede social del centro autogestionado La Tabacalera. Un edificio que, en 1977, fue declarado Bien de Interés Cultural y que se resiste a morir.