Christine Lagarde, presidenta del BCE, el miércoles durante su intervención en la novena conferencia de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB, por sus siglas en inglés).

Christine Lagarde, presidenta del BCE, el miércoles durante su intervención en la novena conferencia de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB, por sus siglas en inglés). BCE

Banca

Las armas del BCE para proteger los pagos ante ataques o apagones con el euro digital: una app y transacciones 'offline'

La tercera herramienta sería localizar en, al menos, tres países la infraestructura encargada de procesar las transacciones de la divisa digital.

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El Banco Central Europeo (BCE) sigue empujando para poner en marcha el euro digital, una iniciativa con la que quiere posicionar estratégicamente a la Unión Europea -particularmente, a la zona euro- y dotar a la región de mayor autonomía frente a los sistemas que dominan los pagos a nivel internacional, especialmente Visa y Mastercard.

En la institución lo consideran un proyecto estratégico, pues creen que los servicios de pago son tan esenciales para el día a día de los ciudadanos como la electricidad o el agua potable. Y por eso debe existir una solución para que se mantengan incluso en caso de ciberataques o apagones, como el que España vivió el pasado 28 de abril.

Para ello, los técnicos del BCE están incorporando al diseño del BCE tres herramientas que permitan utilizarlo en esas situaciones de emergencia y dotarlo de resiliencia: una aplicación para el euro digital, una infraestructura dividida en varios países y la posibilidad de realizar pagos offline (sin conexión).

Así lo explicó Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, el jueves durante un discurso ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

A lo largo del mismo, subrayó que "los pagos digitales ofrecen numerosas ventajas, como rapidez, comodidad y eficiencia", si bien "dependen fundamentalmente de la solidez" de la infraestructura digital. "Y cuando se interrumpen servicios críticos, los ciudadanos esperan que las autoridades públicas garanticen la continuidad", añadió.

Tres herramientas

Los técnicos de la institución están diseñando una divisa digital que aporte esa resiliencia por varias vías. Para empezar, la infraestructura técnica para procesar las transacciones se distribuiría en, al menos, tres regiones diferentes y cada una de ellas estaría equipada con múltiples servidores.

Así, si se produjera un ciberataque o una emergencia en un país, los pagos se podrían redirigir a otro y, por tanto, se podría garantizar la continuidad de los pagos sin problema.

En segundo lugar, el BCE va a desarrollar una aplicación específica para el euro digital disponible para todos sus usuarios, la cual les permitirá cambiar fácilmente de proveedor de pagos -entre los que permitan las transacciones con euro digital, claro-.

Una herramienta que, en circunstancias normales, daría flexibilidad al usuario y, en casos de crisis, les permitiría seguir realizando sus pagos sin problema.

"Por ejemplo, si un ciberataque provocara la interrupción de la aplicación de un banco, pero sus servicios administrativos siguieran funcionando, los clientes podrían seguir accediendo a sus cuentas a través de la aplicación del euro digital del BCE", explicó Cipollone.

Y añadió: "O si un banco dejara de operar, sus clientes podrían usar la aplicación del euro digital del BCE para cambiar fácilmente a un banco que no se haya visto afectado por el ciberataque".

La tercera de las herramientas son los pagos offline. La funcionalidad sin conexión aporta más seguridad en tanto en cuanto permitirá realizar transacciones aunque no haya internet.

En este sentido, el miembro del Comité Ejecutivo envió durante su discurso un mensaje directo a los europarlamentarios: "Es fundamental que la legislación garantice que los ciudadanos puedan acceder al euro digital sin conexión de forma fácil y segura, incluso mediante opciones como la configuración de los pagos sin conexión como predeterminados y la financiación automática de las tenencias sin conexión".

Y es que, aunque parezca difícil de imaginar, es posible que todo un país se quede prácticamente sin internet, como ocurrió en el apagón que sufrió España el pasado 28 de abril por causas que aún se están investigando.

De hecho, el propio Cipollone mencionó durante su discurso este incidente, sufrido también por Portugal, como uno de los casos en los que se puede perder la capacidad de realizar pagos y obtener efectivo.

Un arma estratégica para la UE

El BCE impulsa desde hace años la creación del euro digital, que solamente será posible si las autoridades europeas llegan a un acuerdo sobre su regulación. En la actualidad, los técnicos de la institución trabajan ela fase de preparación para el euro digital, que se inició en noviembre de 2023 y culminará a finales de este año.

El objetivo ahora es construir las bases técnicas, regulatorias y operativas. Y para eso se necesita la voluntad de los Estados miembros, que deben ponerse de acuerdo para emitir el reglamento que regule su puesta en marcha. Los miembros del Parlamento Europeo van a empezar próximamente a negociar.

Para los miembros del BCE, la puesta en marcha del euro digital es especialmente importante "en el mundo actual, caracterizado por el aumento de las tensiones geopolíticas y los ciberataques cada vez más sofisticados", como expuso Cipollone.

Sobre todo teniendo en cuenta que en la actualidad todo el mundo occidental depende de dos proveedores de pagos que son estadounidenses, que son Visa y Mastercard.

El euro digital es, precisamente, la herramienta clave para el BCE a la hora de combatir el dominio de estos gigantes financieros. Un arma que se acompañará de otras de iniciativa privada, como Bizum y sus homólogos de otros países, como Wero.