El volumen de depósitos de las familias ha caído un 0,7%, unos 6.992 millones de euros, en el último mes del que existen datos en la base del Banco de España, que es octubre de este año, cuando había en el sistema 975.802 millones de euros. En comparación con el cierre de 2022, la caída es del 2,84%, lo que supone una salida cercana a 30.000 millones de euros.

La cifra de octubre es inferior en 21.631 millones de euros respecto al dato de junio de 2022, que es el último antes de que comenzara la subida de los tipos de interés. Es decir, en el periodo de incremento del precio del dinero, las familias han recortado un 2% su dinero en cuentas y depósitos.

Traslado de los tipos

En teoría, la subida de los tipos de interés debería haber incentivado a las familias para colocar su dinero en depósitos a plazo, pues lo lógico es que esos incrementos se trasladen tanto a los préstamos como a los depósitos. Sin embargo, en España no ha ocurrido del todo así.

Aunque los bancos comenzaron a trasladar los nuevos tipos de interés al crédito desde el primer momento, los grandes, que engloban la mayor parte de los clientes, no hicieron lo propio con los depósitos, algo a lo que les han animado tanto desde el Gobierno como desde el Banco Central Europeo (BCE) y otras autoridades.

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Cierto es que los tipos no se han trasladado del todo a las hipotecas y los bancos españoles están entre los que menos cobran a las familias por estos préstamos, un 3,85% frente al 3,93% promedio en la zona euro, de acuerdo con datos del BCE. Cerca, en todo caso, de los tipos de interés oficiales.

Hay que recordar que, después de diez incrementos, el tipo de interés general se sitúa en el máximo histórico del 4,5%, mientras que la facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) se encuentra en el 4,75%.

Baja rentabilidad

Además, la facilidad de depósito (la remuneración a las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) está en el 4%, su nivel más alto desde la creación del euro. Este último dato es el más relevante a la hora de analizar su impacto en el bolsillo de los españoles.

Pues bien, la remuneración actual de los depósitos en España equivale a la mitad de los tipos de interés oficiales si tenemos en cuenta el tipo general o cercano a esa proporción si se considera la facilidad de depósito.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante un acto en Bruselas. Johanna Geron Reuters

Los últimos datos del Banco de España disponibles, que son provisionales y corresponden a septiembre, hablan de que la rentabilidad promedio de los depósitos a plazo en España se sitúa en el 2,33%. Un nivel en el que ha estado estancada desde julio y que representa casi la mitad del nivel de los tipos de interés oficiales.

Eso en cuanto a los depósitos a plazo, porque la rentabilidad promedio de los saldos que están en cuentas corrientes es del 0,13%. Es decir, 34 veces inferior al nivel del tipo de interés general y 31 veces respecto a la facilidad de depósito.

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Si esta rentabilidad fuera más alta es posible que los depósitos no se hubieran reducido tanto, aunque hay otros motivos que afectan a los saldos. De hecho, el destino de este dinero que sale de cuentas y depósitos es doble.

Por una parte, se va hacia otros productos de ahorro con mayor rentabilidad, como los fondos de inversión, algo que los bancos están incentivando. Por otra, hacia el consumo, algo necesario por el contexto inflacionario, y hacia las amortizaciones anticipadas de préstamos, especialmente de hipotecas variables, por parte de las familias, que quieren evitar más subidas de cuotas.

Toques de atención

Los grandes bancos casi no se mueven en este sentido, a pesar de los toques de atención que han recibido por parte del Gobierno y el BCE. El miércoles mismo, Luis de Guindos, vicepresidente de la institución europea, señaló directamente a la banca española por este motivo.

"En algunos países, los bancos se apresuran a ajustar los tipos de interés de los depósitos, y en otros, como España, se están quedando atrás", apuntó en una entrevista con los diarios belgas De Standaard y La Libre Belgique.

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El también exministro de Economía insistió en que cuando el BCE sube los tipos de interés "es para prestatarios y ahorradores", por lo que si los tipos de interés han aumentado, se espera que la remuneración de los depósitos haga lo mismo. De hecho, la estrategia del BCE para luchar contra la inflación pasa por favorecer el ahorro frente al consumo.