Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, atendió a los medios de comunicación en la subdelegación del Gobierno en Cádiz el pasado sábado.

Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, atendió a los medios de comunicación en la subdelegación del Gobierno en Cádiz el pasado sábado. Román Ríos Efe Cádiz

Banca

España aspira a liderar la política bancaria europea sumando cargos con la presidencia del BEI y del MUS

El país sumaría siete puestos de mucha relevancia bancaria si las candidaturas de Calviño y Delgado resultan elegidas.

15 agosto, 2023 03:02

Si de algo puede presumir España es de haber colocado a españoles en puestos de gran relevancia internacional en el mundo de la política financiera y la supervisión bancaria, como las presidencias de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), del Comité de Basilea (BCBS) y del Instituto de Estabilidad Financiera (FSI), así como la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE).

Pero quiere más. A la recién anunciada candidatura de la vicepresidenta Nadia Calviño a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se suma la de la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, a presidir el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE. Dos puestos más que podrían estar también presididos por españolas, con lo que el país aglutinaría una importante presencia en cargos de gran relevancia en el mundo financiero y, por tanto, con gran influencia justo después de ostentar durante seis meses la Presidencia del Consejo de la Unión Europea.

Uno de los ejes de la misma, como contó este periódico, es impulsar la culminación de la Unión Bancaria a través de la creación de un mecanismo paneuropeo de garantía de los depósitos, una petición que es un clamor en el sector financiero desde hace años.

Cinco españoles

Han pasado ya cuatro años desde que José Manuel Campa, otrora secretario de Estado de Economía y director de Relaciones con Analistas e Inversores de Santander, asumiera el cargo de presidente de la EBA, una autoridad con sede en París de suma importancia en la política financiera europea.

No en vano, este organismo es el encargado de velar por la integridad, la eficiencia y el correcto funcionamiento del sector bancario, así como garantizar la estabilidad financiera en la Unión Europea. El mandato de Campa expira el año que viene.

[El Gobierno presenta a Nadia Calviño como candidata a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones]

Por su parte, Pablo Hernández de Cos, en su condición de gobernador del Banco de España, preside el Comité de Basilea, un organismo de ámbito mundial que coordina a las autoridades de supervisión de numerosos países y que emite directrices, normas de supervisión y recomendaciones, así como declaraciones de buenas prácticas.

Hernández de Cos fue nombrado en 2019 para este cargo, que tiene una duración de tres años y se puede renovar una vez, por parte del Grupo de Gobernadores y Autoridades de Supervisión (GHOS), el órgano de vigilancia del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Es, tras Jaime Caruana, el segundo español que ocupa la presidencia en la historia de este organismo, que nació en 1974.

José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA).

José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Reuters

Este Comité opera en el seno del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el conocido como banco de los bancos centrales, como lo hace también el Instituto para la Estabilidad Financiera, creado en 1998 precisamente por el BIS y el BCBS.

El FSI se encarga de promover buenas prácticas de supervisión, así como de actuar de foro para el debate de políticas supervisoras y a sus mandos se encuentra desde 2017 el español Fernando Restoy, exvicepresidente de la CNMV y exsubgobernador del Banco de España.

BCE y FMI

En el BCE dos españoles ocupan cargos de alta relevancia. El primero de ellos es la vicepresidencia, actualmente y desde junio de 2018 en manos del exministro de Economía Luis de Guindos. Su mandato concluye en 2026.

Quien fuera secretario de Estado de Economía entre 2002 y 2004 y director de Lehman Brothers en España y Portugal hasta su quiebra, en 2008, fue elegido por el Gobierno tras siete años en el gabinete para sustituir como vicepresidente del BCE al portugués Vítor Constâncio.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. Jesús Hellín / Europa Press

Además, hace algo menos de dos años Óscar Arce, hasta el momento director general de Economía y Estadística del Banco de España, fue elegido para ese mismo puesto en el BCE, desde el que dirige la publicación de las estadísticas y los informes macroeconómicos del organismo que preside Christine Lagarde.

Y estos cargos no son los únicos ocupados por españoles. El pasado año el Gobierno eligió a Pablo de Ramón Laca, hasta entonces director general del Tesoro y Política Financiera, para ocupar el cargo de director ejecutivo alterno del Fondo Monetario Internacional (FMI), un puesto que corresponde a España y a México de forma alterna.

Candidaturas españolas

A este reguero de cargos bancarios internacionales de alto nivel podrían sumarse otros dos, lo que daría a España una posición privilegiada en materia de responsabilidad en el mundo de la regulación y la supervisión bancaria.

El Gobierno anunció el pasado viernes la candidatura de Calviño a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, una entidad pública en la que España ha tenido peso recientemente. No en vano, una de las ocho vicepresidencias de este órgano fue ocupada entre 2018 y 2021 por otra española, la ex secretaria general del Tesoro Emma Navarro, que sustituyó en el cargo a Román Escolano. Juntos cumplieron el mandato de seis años en el cargo.

[España incluirá la culminación de la Unión Bancaria entre las prioridades de la Presidencia europea]

La entidad que Calviño aspira a presidir es algo así como el banco de la Unión Europea, que se encarga de financiar sus proyectos (ya sea directamente o mediante bancos privados) y obtiene sus fondos de los mercados de capitales, no del presupuesto de la UE.

Calviño compite en esta batalla con Margrethe Vestager, actual vicepresidenta de la Unión Europea encargada de Competencia, y Daniele Franco, exministro de Economía y Finanzas del gabinete de Mario Draghi y ex director general del Banco de Italia. Los ministros de Finanzas de la UE elegirán en septiembre al ganador de esta contienda, que se incorporará al cargo el 1 de enero de 2024.

[Margarita Delgado, subgobernadora del BdE, candidata finalista para presidir la supervisión del BCE]

Por esta candidatura el Gobierno de España quiere luchar a la vez que por la presidencia del MUS, la autoridad de Supervisión del BCE. Para este cargo se ha propuesto a la subgobernadora Delgado, que compite con su homóloga en el Bundesbank, la alemana Claudia BuchUn puesto que hasta ahora ocupa el italiano Andrea Enria y que tiene un mandato de cinco años no renovables.

La decisión sobre esta candidatura también se producirá en breves, aunque después de la elección del futuro presidente del BEI. La previsión es que en otoño el Consejo de Gobierno del BCE nomine a una candidata, que posteriormente deberá obtener el visto bueno del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea. El mandato comenzará el 1 de enero de 2024, al igual que la nueva presidencia del BEI.

Sede financiera

Más allá de los nombres, otra candidatura bancaria por la que pelea España es la de sede de la Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales, batalla en la que compite Madrid.

Si lo consigue, la ciudad se uniría a otras importantes capitales europeas que albergan las sedes de otros organismos financieros, como Fráncfort (BCE y el supervisor de seguros, EIOPA), París (EBA y ESMA, la CNMV europea), Bruselas (Junta Única de Resolución, JUR) y Luxemburgo (Mecanismo Europeo de Estabilidad, ESM).

De conseguir vencer en estas tres batallas por la presencia internacional, España controlaría al inicio del próximo año siete de los puestos más importantes de Europa en el ámbito de la política y la supervisión bancaria. Es por eso que resulta poco probable que el país gane en los tres casos. Habrá que esperar para ver si alguna de ellas se logra o España tendrá que esperar para aumentar su presencia internacional en puestos de responsabilidad.