El uso cada vez mayor de la tarjeta de crédito frente al pago en efectivo está llevando a una fuerte reducción del número de cajeros en España. Tanto que actualmente se encuentran en un nivel inferior al registrado en 2001, cuando el uso de efectivo era mucho más habitual, por lo que se han retrocedido más de dos décadas.

En concreto, en la actualidad hay 45.174 cajeros, lo que supone casi un 4% menos de los que había en 2001. Así lo ponen de manifiesto los últimos datos del Banco de España, que hacen referencia al cierre del primer trimestre de este año.

La cifra implica una caída del 26% desde el máximo histórico registrado en el parque de cajeros, que tuvo lugar en 2008, justo antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y del estallido de la crisis financiera, que se llevó por delante a cientos de sucursales bancarias.

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Precisamente al año siguiente fue cuando comenzó una reducción del número de cajeros que solamente cambió de sentido en dos ocasiones, en 2017 y en 2019, los únicos años desde la gran crisis en los que el número de cajeros aumentó. Pese a todo, la caída desde 2008 ha sido notable.

Y es que la tendencia desde hace años es hacia un redimensionamiento a la baja del número de sucursales bancarias y de cajeros, impulsado por la digitalización de la operativa y de los pagos, que hacen cada vez menos necesarios estos dos elementos y que han llevado a una reducción del número de oficinas bancarias.

Pagos digitales, en auge

Así lo demuestran los datos del Banco de España. El uso de TPV ha vivido una evolución completamente opuesta. En tan solo tres meses el número de datáfonos ha crecido un 1,75%, hasta superar los 2,4 millones de dispositivos.

Esta cifra supone el triple en relación con el mínimo de la serie histórica, que corresponde, precisamente, al primer dato, el del año 2000. Entonces había tan solo 802.698. Cifras que se corresponden con el hecho de que los pagos digitales no paran de aumentar. El número de tarjetas en circulación es actualmente casi el doble que en el año 2000.

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Con todo, la progresiva desaparición de los cajeros no implica que la gente deje de necesitar efectivo, que sigue siendo uno de los medios de pago de mayor importancia. De acuerdo con los mismos datos del Banco de España, se realizaron 163.514 operaciones de retirada de efectivo en los tres primeros meses del año.

De continuar al mismo ritmo durante el resto del año, se alcanzarían las 654.056 operaciones, de forma que se observaría una ralentización respecto al pasado ejercicio, cuando se registraron 681.182 (+4,34% respecto al año previo).

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Es cierto que tanto en 2021 como en 2022 crecieron más de un 4%, pero también lo es que en 2020 habían disminuido más de un 30% debido a las restricciones sanitarias por la llegada de la Covid-19. De hecho, el registro del año pasado (esas 681.182 operaciones) está muy por debajo de las 908.590 que se realizaron en 2019.

En cuanto a los importes retirados en estas operaciones, crecieron a ritmo superior tras el desplome del año de la pandemia (-18,36%). En el primer trimestre de 2023 han superado las 29.000, pero de seguir a este ritmo este año caerían respecto al pasado, pues se situarían en 116.138 frente a las 119.798 de 2022.