Una sede de Credit Suisse.

Una sede de Credit Suisse. Reuters.

Banca

UBS negocia la compra de Credit Suisse para devolver la confianza en el mercado financiero suizo

Varios medios especulan con que BlackRock también estaría preparando una oferta por la entidad helvética, pero la firma estadounidense lo niega.

17 marzo, 2023 23:09

Fin de semana de nervios el que se avecina en las oficinas de Credit Suisse y en los mercados. Las dudas sobre la viabilidad en solitario de la entidad persisten pese a los 54.000 millones de euros de liquidez que recibió del Banco Nacional de Suiza el pasado jueves. De hecho, a última hora de este viernes se conocía que Société Générale, Deutsche Bank y otros dos grandes bancos han decidido no mantener operaciones con el banco suizo. 

Según publica el Financial Times, las conversaciones forzadas por los reguladores suizos entre Credit Suisse y su principal rival, UBS se han acelerado en las últimas horas. El objetivo es que el segundo gran banco suizo se haga con su principal rival. Al parecer, en las próximas horas las direcciones de ambas entidades se reunirán por separado para analizar las posibilidades. 

Entre esas posibilidades estaría la compra total o de algunas unidades de negocio, mientras que el resto serían vendidas a otros bancos o liquidadas. Según JP Morgan, si finalmente hubiera una fusión, lo más probable es que se liquide la banca inversión, el negocio en Suiza salga a bolsa y se conserven las patas de gestión patrimonial. 

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UBS tiene un valor de mercado de 56.600 millones de dólares, mientras que las acciones de Credit Suisse cerraron el viernes con un valor de 8.000 millones de dólares.

El diario británico asegura que varias fuentes le han confirmado que el Banco Nacional de Suiza ha comunicado a las autoridades estadounidenses que su objetivo es zanjar la crisis abierta este mismo fin de semana. Es decir, antes de la apertura del mercado del próximo lunes. De ese modo, estiman, se devuelve la confianza al mercado. 

Ahora bien, al parecer, algunos miembros de las autoridades suizas tienen sus dudas acerca de esta estrategia. "Estarían creando algo que nunca podría ser destruido", dicen personas conocedoras de las negociaciones. Es decir, se crearía un banco que sería Too Big To Fail. Demasiado grande para caer

Los rumores en torno al futuro de la entidad siguen sucediéndose este sábado después de que 'Financial Times' haya publicado que BlackRock está analizando distintas de opciones y trabajando con otros inversores para diseñar una oferta de adquisición por Credit Suisse. 

Logo de BlackRock en la sede de la entidad financiera en Nueva York (EEUU).

Logo de BlackRock en la sede de la entidad financiera en Nueva York (EEUU). Reuters

Un movimiento que minutos después ha sido desmentido por la propia firma estadounidense. "BlacRock no está partipando en ningún plan para comprar o adquirir todo o parte de Credit Suisse y no tiene interés en hacerlo", ha confirmado un portavoz de la empresa tanto a Bloomberg como al propio Financial Times.

Arranca así la carrera por liquidar las dudas sobre Credit Suisse abiertas esta misma semana. Los inversores daban por descontado que la entidad no iba a poder seguir en solitario.

Los CDS, seguros de impago, a 1 año cerraban este viernes en los 2.426 puntos, según Refinitiv. Es decir, el riesgo que ven de caída es elevadísimo. También la bolsa está siendo fiel reflejo del nerviosismo del mercado. Los títulos de Credit Suisse cerraban el viernes en los 1,86 francos suizos tras dejarse un 8% en la jornada, extendiendo así los descensos hasta el 26% en la semana.

Así que, con estas señales de alarma y con fondos de inversión (tal y como ha podido comprobar este diario) retirando depósitos de la entidad, parece lógica la preocupación. 

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Hasta ahora la intención de la entidad era la de mantenerse en solitario y continuar con su plan de transformación, tal y como dijo el pasado jueves su máximo ejecutivo, Axel Lehman. Aunque Credit Suisse asegura que los planes ejecutados en los últimos meses están funcionando parece que existen dudas sobre ello. 

Preocupa la evolución de los activos bajo gestión en la parte de Asset Management, pero también la evolución de los depósitos netos de la entidad. En ambos casos se puede comprobar cómo las entradas son incapaces de cubrir las salidas. De ahí la importancia que tiene para la entidad que el Banco Nacional le mantenga la liquidez. 

En las cuentas de cierre del ejercicio, el banco reconocía que los ingresos netos ajustados en 2022 alcanzaron los 15.164 millones de francos suizos, lo que supone una caída del 33% respecto al ejercicio anterior. Y su ratio de cobertura de liquidez se situaba en el 144% frente al 203% de un año antes.  

Pese a todo, la entidad insiste en que está "capitalizada", tiene acceso a financiación, a liquidez y, por tanto, confía en poder hacer frente a las salidas de depósitos a las que se está viendo sometida. Todo eso mientras ejecuta los cambios que necesita el banco y que pasan por una transformación radical de su banca de inversión. 

Sin embargo, parece que el tiempo se ha terminado.

Axel Lehmann, presidente de Credit Suisse.

Axel Lehmann, presidente de Credit Suisse. Anshuman Daga Reuters

Ahora está por ver qué ocurrirá. Sobre todo, porque una mala salida de Credit Suisse podría tener un efecto contagio al resto de Europa, algo que, por ahora, descarta el Banco Central Europeo ya que la exposición a la entidad es mínima.

Más allá de las negociaciones mantenidas con UBS por parte del Gobierno suizo, encima de la mesa estarían otras opciones. La más extrema, proceder a su resolución. 

Esta sería la solución de último recurso, y llegaría si no hubiera un comprador que se hiciera con el negocio. De hecho, varios medios internacionales apuntan a que se podría explorar la posibilidad de 'trocear' el banco y vender las unidades a los mejores postores. 

Si esto no funciona, llegaría el momento de intervención y resolución. El Banco Nacional de Suiza tomaría el control, procedería a la resolución y a garantizar los depósitos del banco. 

Posibilidades

Esta posibilidad es la que menos opciones tiene en este momento. En primer lugar, porque tiene un impacto negativo para la imagen de la banca suiza. En segundo, por el elevado coste que tendría tener que respaldar los depósitos. Tercero, porque en términos políticos tiene un elevado coste y no parece que el Gobierno tenga un gran interés en este momento en 'comerse' una situación de este tipo. 

La inestabilidad de Credit Suisse ocupa y preocupa también en Fráncfort donde miran de reojo cómo se puede resolver la situación. Fuentes conocedoras de la reunión de urgencia del Banco Central Europeo (BCE) mantenida este viernes explican que en este momento no ven signos de contagio ni entidades que preocupen. Ahora bien, estarán vigilantes por lo que pueda ocurrir. 

Una mala solución podría provocar la desconfianza en todo el sector financiero europeo, que esta semana se ha visto golpeado por la crisis de Credit Suisse. El índice STOXX Banks ha retrocedido un 13,4% en la semana, fiel reflejo del nerviosismo que hay en el mercado. 

Los problemas 

Se pone fin así a una larga historia de problemas surgidos en los últimos años, y acrecentados en los últimos meses. El pasado verano su CEO, Thomas Gottstein, dimitía y era sustituido por Ulrich Körner. Su objetivo era recuperar la estabilidad del banco, especialmente del área de inversión. Sin embargo, los excesos cometidos por la entidad suiza le han superado. 

Este mismo lunes se conocía que su auditor PwC ve "debilidades materiales" en sus cuentas. Una situación que provocó que el Banco Nacional de Arabia dijera en Bloomberg que no tenía intención de actuar como prestamista de último recurso, y que no iba a inyectar más dinero en la entidad. 

A partir de ahí los problemas de Credit Suisse se aceleraron. Los inversores retiraron su confianza en el banco; la acción se desplomó y los CDS se dispararon a niveles nunca vistos desde la crisis financiera. El miércoles por la noche el Banco Nacional de Suiza lanzó un salvavidas a la entidad: una línea de crédito de 54.000 millones que le permitieron mantenerse a flote hasta acabar la semana.