Aunque oficialmente el Banco Central Europeo (BCE) no hace declaraciones, fuentes de la institución reconocen que congelar las hipotecas supondría intervenir en un contrato privado entre dos partes y podría poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero. Y añaden que una medida de este tipo podría provocar la suspensión de la concesión de hipotecas durante mucho tiempo.

“Son contratos privados firmados, por lo que de llevarse a cabo sería una barbaridad”, afirma Mónica Melle, de Economistas frente a la Crisis. “Tendría implicaciones muy fuertes. Cambiar las reglas de juego a mitad de partido es ultra peligroso”, apunta Ricard Garriga, CEO de Trioteca. “Si ocurriera, sería un descalabro para el sistema financiero tremendo”, remarca José Manuel Fernández, subdirector general de UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios).

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¿Cuáles serían esas implicaciones? “La más inmediata es que nadie daría hipotecas”, sostiene José Manuel Fernández. Y añade que “ningún inversor en el mundo entraría en España. La medida falta al sentido común”.

Una propuesta, la de Unidas Podemos, sustentada en los recientes beneficios de la banca. “Los bancos también pierden dinero. En la última crisis han desaparecido tres cuartas partes, pasando de 54 a 17”, recuerda el directivo de UCI.

Problemas estructurales

Dos son las propuestas que ha puesto sobre la mesa Unidas Podemos a través de Díaz y Belarra: por un lado, congelar las cuotas; por otro, poner un techo al Euríbor. “Que te cambien las condiciones asusta. Lo que va a conllevar son problemas estructurales del sistema. En cualquier mercado financiero provoca un pánico espectacular. Es un triple salto mortal”, apunta Garriga.

¿Tiene viabilidad legal? Para empezar, y desde un punto de vista jurídico, las entidades financieras no pueden fijar o permitir una posición diferente. No se pueden imponer nuevas condiciones teniendo en cuenta que son contratos firmados libremente.

“Los ciudadanos sabían que eran hipotecas variables y que, con las subidas de tipos, tendrían que pagar más”, apunta Mónica Melle. “No es viable que se llegue a esto. Es alterar la competencia, el libre mercado. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea no lo va a admitir”.

Además, el propio BCE (que es el que supervisa las entidades y vela por la competencia), lo vería como una intromisión. “Es absurdo lo que se ha planteado porque ya tenemos las herramientas que ya hacen lo que se demanda”, sostiene el CEO de Trioteca.

Porque, según la Ley de Crédito Inmobiliario de 2019, cualquier persona puede cambiar de hipoteca cuando quiera. Además, está el Código de Buenas Prácticas, al que prácticamente están adheridas todas las entidades financieras.

En dicho código se establece una moratoria de cinco años donde los hipotecados no pagan el principal y sólo desembolsan el Euríbor -0,1%. También recoge el cambio de hipoteca.

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¿Pueden todos los hipotecados posponer durante 5 años? No. Es sólo para personas con ingresos hasta 3,5 veces el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), es decir, 26.200 euros anuales. “Sería conveniente modificarlo para que se puedan acoger más familias. Por ejemplo, a 4 veces el IPREM [33.600 euros]”, propone Melle.

Eso sí, de momento, los tipos de interés del BCE van a seguir subiendo (y, por ende, el Euríbor). La inflación en la zona euro esta en el 9,2%. Y el objetivo del supervisor es que baje hasta el 2%. “Los cinco años están muy bien. La inflación y los tipos de interés tenderán a moderarse en 2024. No van a durar toda la vida”, indican desde Economistas frente a la Crisis.

Cuotas más caras

Fue en febrero de 2016 (concretamente, el día 5), cuando el Euríbor entró en negativo (-0,002%). Algo que sucedía por primera vez en su historia. Dando el salto hasta 2021, acabó el año en -0,502%. “Esto era una anomalía del sistema. No era normal”, dice Ricard Garriga. Fue en abril de 2022 cuando volvió a positivo: 0,013%. Y, en enero de 2023, se ha situado en el 3,337%.

Según HelpMyCash, este salto supone para una hipoteca variable media de 150.000 euros, con un plazo de 25 años, y un interés de euríbor más 1% (y si se revisa anualmente), que sus cuotas mensuales subirán de los 533 euros a los 819 euros. Por tanto, unos 286 euros más al mes (unos 3.430 euros más al año).

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Eso sí, el encarecimiento de las cuotas mensuales de estos hipotecados será mayor o menor dependiendo de cuánto importe les quede pendiente, de cuánto tiempo quede para que finalice el plazo de reembolso y de cuál sea su tipo de interés.

En noviembre de 2022, el último mes del que se tienen estadísticas, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas aumentó un 9,3% respecto al mismo mes de 2021: 39.304. Se trata de la mayor cifra en un mes de noviembre desde 2010. Y encadena 21 meses de ascensos interanuales consecutivos.

Volviendo a noviembre, el tipo de interés medio para viviendas fue del 2,55% (el mas alto desde febrero de 2020). Y el plazo medio se situó en 25 años. “La hipoteca es el producto más complejo del mercado. Tanto, que ninguna fintech lo ofrece. Es una financiación muy costosa, puede haber altibajos y tiene márgenes ridículos si se compara con el crédito al consumo, por ejemplo”, sostiene José Manuel Fernández. Entonces, ¿por qué se oferta? Porque es el producto que más vincula al cliente (ahí están esos cinco lustros de media).