Antonio Luque. Cedida.
Antonio Luque (Dcoop): "Ojalá pudiéramos comprar Deoleo, pero si hay otra cosa interesante lo vamos a estudiar también"
La cooperativa andaluza quiere ampliar mercado y, mientras negocia con Devico por Pompeian, aseguran estar dispuestos a estudiar opciones.
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Antonio Luque es un hombre que no rehuye temas ni al que preocupa abrir debates, aunque sean espinosos. El considerado 'rey del aceite' –preside la mayor productora oleícola mundial– viene de años en los que ha elevado el tono sin pelos en la lengua: desde el debate de precios hasta las denuncias de 'fraude' por mezclar distintos tipos de aceites.
Lo que sea por el oro líquido, que, insiste ahora que estamos en época de producción estable, tiene como mayor enemigo la falta de agua. "Es el tema más importante", insiste en entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia mientras avanza una nueva recogida de aceituna.
La cuestión con Dcoop es que suele haber siempre otro asunto urgente que protagoniza la conversación, y que introduce en forma de anuncio-regalo para la prensa el propio Luque. Él lo sabe y se resigna: ahora el foco está en la intención de la cooperativa andaluza de comprar a su socio marroquí Devico el 50% que aún no posee de Pompeian, su filial estadounidense.
Y lo que surja. Porque Dcoop está a la caza de más mercado en el que poner su aceite. Así que en la mira pueden estar empresas de todo el globo. Vuelve así a mostrar su intención de salir de compras dos años después de que en su mente estuviera Deoleo, entonces en dificultades.
La cuestión generó unas tensiones mal disimuladas con la compañía que asegura están ya superadas, aunque eso no implica que abandone del todo el deseo por el dueño de Carbonell si vuelve la oportunidad.
Hace un año 'armó el Belén' al denunciar fraude en el aceite de oliva. ¿Qué balance hace de aquella sacudida?
Creo que un año después podemos decir que ha habido una reacción bastante buena en general por parte del sector. Digamos que que ha habido gente que se ha planteado 'oye, cómo podemos trabajar en mejorar la calidad del aceite de oliva español y la imagen de calidad del aceite de oliva español en España y en el mundo'. Y yo creo que han hecho un buen trabajo.
El que hoy tengamos un acuerdo de las dos grandes asociaciones del sector industrial, envasadora y exportador, Anierac y Asoliva, de proponer a la Interprofesional del Aceite de Oliva, en definitiva, a todo el sector, la puesta en marcha de una serie de mecanismos para la mejora de esa calidad –a lo mejor con cosas que ya se estaban haciendo, pero perfeccionándolas, y con algún otro mecanismo de autocontrol que pueda ser voluntario– yo lo veo muy positivo.
Es verdad que ahí tienen que hacer un trabajo las administraciones que todavía no se han puesto las pilas y no lo están haciendo. Y cuando digo las administraciones estoy hablando fundamentalmente del Ministerio de Agricultura y de las consejerías de Agricultura.
¿Le llamaron muchos colegas llevándose las manos a la cabeza después de lo que dijo?
Sí, la verdad es que hubo muchas reacciones. Si quieres la más crítica: "Aunque sea verdad, eso no se puede decir en público".
Y la respuesta mía, después de más de 30 años esperando soluciones, fue que yo no tengo edad para esperar otros 30 años, esto hay que solucionarlo ya y hay que poner medios. Yo no digo que se solucione el 100% del problema, pero un porcentaje elevado sí.
Sobre la denuncia de fraude: "hubo muchas reacciones. Si quieres la más crítica: 'Aunque sea verdad, eso no se puede decir en público".
Si hay alguien desaprensivo que hacía algunas cosas que no se deberían de hacer, pues hay que buscar la manera de que se dejen de hacer.
El otro gran debate del año han sido los precios. Con la recuperación de la cosecha bajaron un 40%, pero en los dos últimos meses han vuelto a repuntar. ¿Cuál es el entorno de precios que ustedes estiman que es razonable esperar en próximos meses?
El año pasado veníamos de unos niveles de precio muy altos y todo el mundo estaba convencido de que era muy difícil que se pudieran mantener. Lo del aceite de oliva a 7 o 8 euros era imposible mantenerlo y además necesitábamos recuperar el consumo. Vino esa bajada de precio, que todo el mundo esperaba; la gran duda era hasta dónde.
Yo creo que el mercado probablemente bajó más de la cuenta. El precio medio, digamos del año pasado, los aceites de más calidad bajaron a niveles de 4 euros o 3,80 euros.
Ahora va a depender mucho de cómo venga la cosecha, tenemos inquietud por la climatología. Llevamos menos agua de la pluviometría media normal a la fecha que estamos. Eso puede afectar todavía que la cosecha de este año, incluso que pueda ser inferior a la del año pasado.
Probablemente podremos mantener el nivel de precios que tenemos ahora, que puede ser un poquito superior a la media del año pasado. Es decir, si estuvimos el año pasado de 3,5 euros a 4 euros, que este año estemos entre 4 euros y 4,5 euros de media.
Las oscilaciones de precio que hemos visto desde esas subidas tremendas al desplome este año abrieron el debate de buscar un nivel estable que estuviera a mitad de camino, pero ¿está preparado el consumidor para pagar un poco más cuando vienen buenas cosechas?
A mí cuando me preguntan cuál es el precio ideal del aceite de oliva siempre tengo una respuesta: es el más alto posible para que se consuma todo.
Claro, lo que sí tenemos un drama es con las fluctuaciones en la producción. Porque en España un año podemos tener 1,8 millones de toneladas, lo tuvimos un año. Ahora hay mucho más olivar puesto que el año que tuvimos esa cosecha, con lo cual, si tuviéramos una climatología muy buena probablemente produciríamos más de 2 millones de toneladas, pero al año siguiente viene una sequía y nos metemos en 800.000 toneladas.
Ese es el drama más grande que tenemos. Por eso yo llevo mucho tiempo diciendo que el tema más importante que tiene el olivar, el aceite de oliva, la aceituna de mesa y toda la agricultura en España es el agua.
¿Con otra gestión del agua, podríamos tener una mayor estabilidad de precios?
Por supuesto. A mí no me preocupa tener dos millones de toneladas de producción y venderla. A mí lo que me preocupa es tener un año dos millones de toneladas y al siguiente un millón de toneladas.
Otro Belén que se parece que se arma. Están negociando para la compra del 50% de Pompeian y también están dispuestos a mirar otras opciones. ¿Por qué ahora, qué está pasando?
Nosotros tenemos la producción. Queremos el agua para consolidar ese sistema productivo, esa producción. Y si tenemos la producción la otra pata que necesitamos es el mercado.
He comentado muchas veces que las grandes multinacionales de alimentación no se han mantenido en este sector, han entrado y han salido. Unilever, Nestlé, Cargill... Muchas de las grandes empresas de alimentación a nivel mundial no han querido mantenerse en el sector del aceite de oliva. Y eso nos tiene que hacer pensar por qué y, además, quién se va a encargar de mantener de una manera estable esos mercados, de consolidarlos, de hacerlos crecer.
Por eso nosotros decimos que podemos estar interesados en comprar el 50% de Pompeian si llegamos a un acuerdo, pero también podemos estar interesados en comprar algo más.
Si hubiera otra empresa que nos aportara mercado y que nos aporte salida para nuestros productos, pues podemos estudiar la compra. Eso no significa que estemos dispuestos a pagar el precio que nos pidan, o hacer locuras.
¿En otros mercados diferentes al estadounidense o ésta es la prioridad?
Creo que el aceite de oliva a nivel mundial es muy difícil que pueda prescindir de Estados Unidos porque es el primer país consumidor de los no productores. Probablemente se puede convertir en el primer país consumidor del mundo.
"Podemos estar interesados en comprar el 50% de Pompeian si llegamos a un acuerdo, pero también podemos estar interesados en comprar algo más"
¿Es el único? No, hay muchos países en el mundo. Está Europa, que yo creo que hay cosas que se pueden hacer. Hay empresas que están vendiendo en Italia, en Francia, Inglaterra, Alemania... Creo que son mercados que hay que potenciar.
Brasil es un mercado con un potencial, tiene un volumen de ventas importante. Y luego hay países de Asia que no podemos olvidar. Hay mercados como China o como India que habrá que trabajar, aunque vayan a ser más lentos hay que seguir intentándolo.
Entonces estudian alguna operación corporativa en todo el mundo, realmente.
En algún sitio que nos ayude. Si me ofrecen una empresa que tenga un mercado muy bueno, no sé, en China, por decir algo, pues lo estudiaríamos. O en Brasil o en Europa.
¿Mirar fuera es un movimiento un poco de despecho por no poder comprar Deoleo?
No, no. Ahora mismo las relaciones con Deoleo... es verdad que hubo unos momentos que no fueron buenos, pero ahora mismo –y lo digo abiertamente– las relaciones son bastante buenas.
Creo que la compañía en los últimos años está haciendo un buen trabajo. ¿Que los propietarios de Deoleo en un momento determinado deciden al final emprender un proceso de venta? Lo estudiaremos y si llegamos a un acuerdo, encantado, ojalá pudiéramos comprar Deoleo, pero si hay otra cosa y Deoleo no se vende o hay otra cosa que pueda ser interesante lo vamos a estudiar también.
¿Hay algún objetivo a corto plazo con respecto a adquisiciones en general?
Si tenemos una climatología normal estaríamos en una producción de entre 250.000 y 300.000 toneladas de aceite. Hoy, entre Pompeian y la otra sociedad industrial que tenemos, Mercaóleo, podemos estar haciendo algo así como un mercado de 150.000 toneladas.
Bueno, pues nos falta otro tanto. Es decir, lo ideal para nosotros sería pues tener una operación corporativa que nos aporte 80.000, 50.000, o 100.000 toneladas más de mercado en el mundo. Yo creo que eso sería lo ideal para nosotros.