El presidente de Cox, Enrique Riquelme, interviene en el Capital Markets Day de la compañía, este jueves en Londres.

El presidente de Cox, Enrique Riquelme, interviene en el Capital Markets Day de la compañía, este jueves en Londres. Cedida.

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Cox fía a México su futuro: le otorga la mitad de la inversión hasta 2028 en la esperanza de generar allí el 56% de Ebitda

La compañía con sede en Sevilla pretende concentrar esfuerzos en la nación azteca una vez ejecute la compra del negocio en el país a Iberdrola.

Más información: Cox prevé invertir 5.500M€ y multiplicar por 8 el valor de su acción para 2028 gracias al impulso de Iberdrola México

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Las claves

Cox invertirá 2.600 millones de euros en México hasta 2028, representando casi la mitad de su inversión total.

La compañía espera que México genere el 56% de su Ebitda para 2028, estimado entre 800 y 900 millones de euros.

La adquisición del negocio de Iberdrola en México es vista como una oportunidad única para Cox.

Se espera que la capacidad energética en México se duplique en 15 años, impulsando la inversión privada.

La sede de Cox está en Sevilla, pero sus esfuerzos durante los próximos tres años van a estar, sobre todo, en México. Al otro lado del Atlántico ha decidido desarrollar la compañía el grueso de su apuesta para su próximo plan estratégico 2026-2028. O sea, allí va a jugarse el futuro.

Lo demuestran los cálculos para los próximos tres años, presentados por la directiva de Cox, con Enrique Riquelme al frente, en su primer Capital Markets Day. En la cita, en Londres, han dejado claro que asumen de forma extrema que la compra del negocio de Iberdrola en ese país es "una oportunidad que se presenta una vez en la vida".

Porque a México se va a ir casi la mitad de la inversión que la empresa va a desplegar hasta 2028. En total, 2.600 millones de euros de los 5.500 millones que quiere invertir.

Muy por detrás están las otras cinco regiones consideradas estratégicas por la compañía, en un reparto que en todo caso muestra que América es el continente preferente en la nueva etapa.

El reguero de cifras lo expone. Al conjunto de Panamá, Ecuador, Guatemala y Colombia se irán 850 millones de inversión; a Chile, 650 millones, y a Brasil, en torno a 250 millones.

El siguiente gran bloque es Oriente Medio y África, con cerca de 950 millones de inversión. La foto, por fin, se completa para España con un volumen radicalmente alejado del líder: en torno a 200 millones entre 2026 y 2028.

El 56% del Ebitda

La apuesta por México ha centrado gran parte de las explicaciones sobre la hoja de ruta que seguirán a partir de ahora.

No es para menos: esperan que en 2028 la operativa en el país genere un ebitda de entre 800 y 900 millones de euros, el 56% del ebitda total que esperan tener ese año, y que se cifra entre 1.500 y 1.600 millones.

¿Qué pasa en México para lanzar esta apuesta? Según han explicado, hay crecientes oportunidades de inversión en agua y energía en ese país, sobre todo teniendo en cuenta la creciente demanda –incluida la de data centers–, en la que esperan dar la campanada.

Partiendo de la garantía que supone el negocio de Iberdrola en el país, donde cuenta con el 25% del mercado. Su tasa de renovación de contratos es del 99%, así que, se felicitan en Cox, lo que está ya seguirá estando y generando ingresos "predecibles", una palabra repetida hasta la saciedad ante inversores.

Pero la gran cuestión es que la oferta de energía en el país debe crecer. Los cálculos de Cox apuntan a que en los próximos 15 años la capacidad instalada tendrá que duplicarse para poder responder a la creciente demanda y, en ese escenario, deberán ganar peso los suministradores privados.

España: foco en agua

Así las cosas, ¿qué le queda a España? Hasta 2028, los planes de Cox para crecer en nuestro país se enfocan en el tratamiento de aguas residuales. También se quieren explorar "sinergias con otras regiones".

Entre los detalles sobresalen dos ideas. Una: la integración vertical es considerada la gran clave para crecer, y dos, no se descarta una "enajenación de activos para garantizar la eficiencia del capital y reducir los requisitos de equity".

Ser "aburridos"

Al final, han insistido los diferentes miembros de la alta dirección de la compañía, se trata de ser "predecibles", confiando casi la totalidad de los ingresos a contratos que ofrecen certidumbre.

Incluso "aburridos", si se prefiere, en palabras del responsable financiero de la compañía, José Olivé. Todo para alejar cualquier idea de riesgo o paso no pensado al milímetro y con la mente siempre en el otro terreno de batalla desde la salida a bolsa hace casi un año, el precio de la acción.

Pese a los precios estables, cuando no a la baja, vistos desde entonces, aquí esperan los de Riquelme otra explosión para 2028: que el valor de su acción se multiplique por ocho y llegue al final del plan estratégico a los 2,64 euros por título. ¿Cómo? Por la seguridad de la hoja de ruta, o sea: México, México y México.