Drones acuáticos y aéreos que se han probado en el Puerto de Barcelona.
Tecnología 5G para el salto de calidad de los drones profesionales: vuelos más inteligentes que nunca
Estas redes avanzadas, como la que ha desplegado Orange en el Port de Barcelona, ofrecen menor latencia y mayor ancho de banda para operar a distancia y sin contacto visual directo.
Las plataformas de contenido en internet ofrecen, cada vez con mayor asiduidad, infinidad de vídeos y fotografías tomadas con drones. La popularización y accesibilidad de estas aeronaves no tripuladas han hecho que buena parte de la sociedad considere que estos dispositivos sean algo destinado al ocio. Sin embargo, las capacidades de estos artefactos han abierto también la puerta a un sinfín de usos en circunstancias muy alejadas del entretenimiento y en las que, incluso, puede estar en riesgo la vida de las personas. Por eso, los drones se han consolidado como una herramienta clave en la gestión de emergencias o en trabajos de precisión como, por ejemplo, la gestión y la seguridad de instalaciones estratégicas.
Uno de los ejemplos más llamativos de esta versatilidad es el que, recientemente, ha llevado al Port de Barcelona al futuro más tecnológico. Es allí donde, mediante una colaboración con Orange (grupo MasOrange), los gestores de esta infraestructura han llevado a cabo una prueba en entorno real de un ecosistema de drones aéreos y acuáticos para mejorar en la gestión de las instalaciones y redundar en su seguridad.
El sistema se apoya en la red privada 5G Stand Alone (SA) desplegada por Orange hace escasos meses en el puerto, lo que representa un salto de calidad en las capacidades de estos dispositivos en este entorno crítico. La prueba ha demostrado la viabilidad técnica de estos vehículos no tripulados y su integración con la plataforma de gestión de recursos que guía la actividad del puerto sin afectar a sus rutinas.
Entre los aspectos que se han testado en este programa piloto sobresale la validación de la tecnología BVLOS (Beyond Visual Line of Sight), ya que esta red 5G exclusiva ha posibilitado una transmisión de vídeo en tiempo real sin necesidad de que el operador de los drones tuviese que mantenerse en contacto visual con el aparato.
Esta tecnología, según indica Iñigo Polo, director de Administraciones Públicas y Servicios Digitales en MasOrange, “garantiza una ultra baja latencia, elevada capacidad de datos y multioperatividad entre dispositivos", lo que además de resultar especialmente útil en esta prueba remite igualmente al refuerzo de nuestro liderazgo en la digitalización de infraestructuras críticas y nuestro compromiso con la innovación tecnológica para mejorar la eficiencia y seguridad en el entorno portuario”, añade.
El 5G marca la diferencia en usos profesionales
La relevancia de este caso, como apunta Polo, va más allá de la utilidad que tiene esta implementación en el puerto. Se trata de un ejemplo de cómo el 5G puede responder con solidez ante las necesidades de este tipo de vuelos de drones, sobre todo los que se hacen, como en este caso, en la modalidad BVLOS. Algunas de las ventajas más destacadas que tienen estas redes se alinean directamente con los requisitos más beneficiosos de las operaciones con aeronaves no tripuladas.
Ya se ha mencionado la baja latencia, para ofrecer una respuesta inmediata por parte del piloto; pero también se puede incluir un mayor ancho de banda, con el objetivo de enviar y recibir vídeo en alta definición así como todo tipo de datos de telemetría; una conectividad constante con la nube; un control remoto más seguro, estable y circunstancialmente, con una mayor distancia; y, allí donde sea necesario utilizar varios drones de manera simultánea, permite la sincronización precisa entre ellos.
Son aspectos vitales para operar en entornos críticos o en emergencias y que resultarían más limitados de no contar con el 5G. Por tanto, la disponibilidad de esta tecnología, como ha facilitado Orange en el Port de Barcelona, es un esbozo de lo que puede traer un futuro en el que el uso de drones será aún más intensivo en todos los ámbitos. Y es que, al margen de lo que atañe a emergencias (y al ocio), usar drones para tareas logísticas, para gestionar multitudes en eventos, entre otras muchas posibilidades, será cada vez más habitual.
El uso de este tipo de tecnología puede suponer, como en Barcelona, un salto de calidad para las funciones asignadas a un dron. Si ya de por sí su agilidad de vuelo, su rapidez y su eficiencia han convertido estos dispositivos en una herramienta de uso común por parte de los cuerpos de seguridad, la disponibilidad de redes avanzadas puede marcar la diferencia también en situaciones de emergencia donde no sea posible un acceso fácil o no se puedan emplear recursos más costosos o complejos.
Un aliado clave en catástrofes naturales
No hay más que pensar en cómo los drones han tenido un papel muy valioso en algunas de las catástrofes naturales más recientes, en accidentes de todo tipo, o en rescates en entornos complicados. Transmitir imagen en tiempo real o incluso el manejo de la información que aportan los sensores que pueden incorporarse son aspectos que dependen de la fortaleza de la red a la que se conectan. Algo clave para cumplir sus objetivos, desde localizar a personas desaparecidas, revisar el estado de infraestructuras o detectar de forma primaria los focos de un incendio, entre muchas otras posibilidades.
En los últimos tiempos, el uso avanzado de drones ha sido protagonista en circunstancias extremas. En Turquía, por ejemplo, fueron clave durante el terremoto de 2023 para localizar víctimas, comprobar construcciones colapsadas o evaluar la integridad de edificios, todo ello de una manera más útil si cabe teniendo en cuenta que muchas de las zonas eran inaccesibles para los servicios de emergencias ‘tradicionales’.
Un contexto similar se vivió en otras situaciones naturales sobrevenidas, como la ola de incendios que asoló Grecia, también en 2023 o, por mirar a España, en la erupción del volcán de La Palma, en 2021. En este episodio, los drones permitieron establecer en tiempo real el estado y el avance de la lava, detectando el daño en viviendas e incluso el de posibles animales atrapados.
En Ucrania también son ya cotidianas las noticias que señalan cómo los drones se han convertido en un arma de guerra. No obstante, en lo que respecta a los servicios de emergencias en ese terreno, es obvio que sus capacidades también permiten evaluar los daños en infraestructuras, identificar zonas seguras e incluso dar asistencia logística a quien más lo necesita en zonas de difícil acceso.
De una manera u otra, los drones son el presente, pero también el futuro. Y aunque por supuesto que seguirán dándonos la oportunidad de conseguir fotos y vídeos espectaculares, la innovación y las redes 5G también elevan su utilidad a lo más importante: responder de la manera más precisa cuando más lo necesita la sociedad, especialmente cuando hay vidas en juego.