Esta relevancia internacional de la industria española de la defensa tiene también un impacto positivo en la propia economía de nuestro país en términos de generación de valor, creación de empleo o aportación de ingresos a las arcas públicas y contribuye a situar a España como foco de innovación y desarrollo tecnológico.

Según un informe elaborado por KMPG para la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), en 2021, último ejercicio con datos disponibles, el sector español de la defensa facturó 7.065 millones de euros, un 5% más que el año anterior.

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Sin embargo, el compromiso adquirido por los países europeos de aumentar sus presupuestos de defensa tras la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia o las tensiones entre Estados Unidos y China hace que la industria de la defensa española tenga por delante importantes oportunidades para seguir creciendo.

Así lo apunta Frédéric Mertens, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, quien destaca la relevancia internacional de nuestras empresas. No obstante, coindice con el sector en que es necesario que se produzca una consolidación entre compañías del sector para que España y Europa puedan competir con los líderes de otras regiones del mundo.

Perfil de la industria

Como detalla Mertens, el sector de la defensa en España se compone de más de 500 empresas. Entre ellas se encuentran grandes compañías multinacionales que suelen combinar su negocio militar con actividades en el ámbito civil, como puede ser el caso de Indra o Airbus, pero también existen empresas dedicadas exclusivamente a la producción de material militar. 

Precisamente Airbus es el principal actor del mercado español de la defensa, según señala el profesor de la Universidad Europea y recoge la edición de 2023 del informe 'Spain Defence and Security Index' que publica IDS, editorial especializada en el sector. La compañía no solo desarrolla aviones y helicópteros de combate, sino también soluciones tecnológicas y satélites para la industria. 

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Otra de las empresas líderes en defensa de nuestro país es Indra. La compañía española se ha convertido en un referente internacional en este ámbito, especialmente en todo lo referente a desarrollos informáticos y tecnológicos para la industria, y participa en importantes proyectos internacionales, como el futuro avión de combate europeo FCAS, proyecto que lidera junto a Airbus y Dassault. 

La división de Defensa y Seguridad de Indra cerró 2021 con una cartera de pedidos acumulada de más 2.953 millones de euros y un crecimiento de la contratación neta del 52%, principalmente por la firma de la fase 1B del proyecto FCAS. El negocio de defensa será precisamente uno de los pilares del nuevo plan estratégico que está elaborando José Vicente de los Mozos, nuevo CEO de Indra, quien además ha asumido personalmente el liderazgo de esta área de negocio.

(I-D) El nuevo consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, y el presidente de Indra, Marc Murtra, durante la junta general ordinaria de accionistas de Indra 2023. Matias Chiofalo Europa Press

En el ámbito de la defensa naval, destaca también el papel de Navantia, compañía propiedad 100% del Gobierno de España a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Diseña y construye buques militares no sólo para las Fuerzas Armadas de nuestro país, sino también para otras economías.

Relevante es también el papel de Santa Bárbara Sistemas, una antigua empresa pública que desde 2001 pertenece a la canadiense General Dynamics y que fabrica en España desde distintos vehículos para uso militar hasta armas, munición o misiles. En el negocio de armamento compite con la fábrica que la noruega Nammo tiene en Palencia. 

La innovación y el desarrollo de soluciones tecnológicas son uno de los puntos fuertes de la industria española de defensa con compañías referentes como GMV, Grupo Oesía, SAPA Placencia, Escribano Mechanical & Engineering o la filial de Thales en nuestro país.

En materia de comunicaciones desempeñan un papel importante empresas como Epicom, Hispasat o Hisdesat y en vehículos terrestres España cuenta con la gallega URO vehículos especiales (Urovesa). Y no se puede dejar fuera de esta lista a ITP Aero, fabricante de motores y componentes aeronáuticos para la industria de la defensa.

Colaboración y consolidación

Uno de los puntos fuertes de la industria española de la defensa es el alto nivel de colaboración que existe entre las distintas compañías que la componen. Como destaca Mertens, es muy frecuente ver cómo ponen en marcha Uniones Temporales de Empleo (UTE) para participar conjuntamente en proyectos tanto nacionales como internacionales.

Además de las UTEs también son muy habituales las alianzas comerciales en el sector. Por ejemplo, en las últimas dos semanas Indra ha firmado sendos acuerdos con Grupo Oesía y Navantia para desarrollar y comercializar soluciones tecnológicas en el ámbito de la defensa.

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Pero estas compañías no sólo establecen alianzas empresariales, sino también empresariales e industriales. En diciembre de 2021 SAPA Placencia compró un 5% de Indra y el pasado mes de mayo Escribano irrumpió en el capital de la empresa presidida por Marc Murtra con un 3%. 

Todas estas operaciones llegaron en un momento en el que el Gobierno se había propuesto crear un gigante de la defensa en torno a Indra. Para ello, el mercado lleva tiempo especulando con una posible entrada de esta compañía en el accionariado de ITP Aero, sin que, de momento, se haya materializado ninguna operación en este sentido. 

Submarino S-81 Isaac Peral en las instalaciones de Navantia en Cartagena UPCT

No obstante, todos los expertos y actores del sector coinciden en que, en un momento en el que los presupuestos de defensa de los países están en aumento, es necesario dotar a las empresas españolas de una mayor escala para poder competir con los gigantes internacionales por los grandes contratos. 

Como explica Mertens, harían falta "más compañías como Airbus" en otros subsectores de la industria española y europea de la defensa para poder capturar todas las oportunidades de negocio que se esperan para los próximos años. Y podrían ser aún mayores si los países de la UE se ponen de acuerdo y establecen una política común de defensa y ponen en marcha la creación de un verdadero ejército europeo, algo que llevará "20 o 30 años". 

Impacto en la economía

El trabajo del sector ha permitido que España se consolide como una potencia exportadora. Por ejemplo, según Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), nuestro país se mantiene como el octavo exportador de armas del mundo. Pese a reducir un 4,4% el volumen de exportaciones en el periodo 2018-2022 respecto al 2013-2017, el país representó un 2,5% del total a nivel mundial, solo una décima menos.

Y eso, sumado a su negocio doméstico, se traduce en importantes beneficios para la economía española. Según Tedae, el total de la actividad ligada a las empresas del sector de la defensa contribuye de manera directa e indirecta en 9.513 millones de euros, lo que significa un impacto equivalente del 0,8% del PIB.

Un A400 español en el aeropuerto de Kabul, en el rescate de agosto de 2021.

Además, crea el 0,5% del empleo nacional, con puestos de trabajo que son "de calidad y bien remunerados". En concreto, el sector de la defensa ocupa de forma directa a más de 25.300 personas, mientras que la actividad indirecta e inducida genera más de 81.200 empleos.

También las arcas públicas se benefician de este éxito. Así, el Estado recauda unos 1.434 millones de euros en ingresos fiscales por la aportación de la actividad económica del sector, de los que un 49% son recaudación directa, un 1% de se deben a su acción indirecta y el restante 50% se corresponde con el efecto inducido.

Y todo ello se suma a la apuesta que esta industria hace por impulsar la innovación en nuestro país. En concreto, según los datos de Tedae, en 2021 el sector destinó el 10,7% de su facturación a I+D+i, que supone además el 8,7% del gasto nacional en esta partida.