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Houlihan Lokey sugiere que Sepi condicionó las ayudas a Celsa a que los Rubiralta mantuvieran el control

El jefe de Houlihan Lokey en Europa y Asia, Manuel Martínez-Fidalgo, afirma que la familia Rubiralta está anteponiendo su interés personal sobre el del grupo Celsa.

6 julio, 2023 02:38

El asturiano Manuel Martínez-Fidalgo, jefe de refinanciaciones de Houlihan Lokey en Europa y Asia, la persona que ha liderado las mayores reestructuraciones de compañías españolas impuestas por fondos de inversión en los últimos quince años, disparó ayer a matar en el juicio mercantil de Celsa, la mayor siderúrgica del país.

Martínez-Fidalgo sugirió que la Sepi condicionó su ayuda de 550 millones a Celsa -la mayor otorgada por el organismo público de su Fondo de Ayuda a la Solvencia- a que los Rubiralta mantuvieran el control de la compañía.

El jefe de Houlihan Lokey también afirmó que la familia Rubiralta, dueña de Celsa, está anteponiendo su interés personal sobre el de la compañía, que emplea a cerca de 4.000 personas en España, en las negociaciones sobre la refinanciación de la multinacional catalana. Y contó que llegaron a amenazar con solicitar el concurso de acreedores del grupo para forzar un acuerdo con los fondos.

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Martínez-Fidalgo declaró ayer miércoles como testigo en el juicio que se sigue en Barcelona por la refinanciación de Celsa, después de que los fondos acreedores de la compañía, que reclaman más de 2.000 millones de euros, instaran una homologación judicial de la deuda el pasado mes de septiembre.

El abogado de los fondos acreedores de Celsa, los mismos que han contratado a Martínez-Fidalgo para reestructurar la compañía, preguntó ayer al directivo de Houlihan Lokey si durante las negociaciones un representante de Celsa había manifestado que si se modificaba el control de la compañía no se podría avanzar, a lo que Martínez-Fidalgo respondió afirmativamente.

"¿Recuerda preguntar si esa línea roja provenía de Sepi?", preguntó el letrado. "La respuesta es... y qué más da", contestó Martínez Fidalgo.

Francesc Rubiralta, consejero delegado de Celsa, en una imagen de archivo.

Francesc Rubiralta, consejero delegado de Celsa, en una imagen de archivo. Celsa.

Sepi aprobó en junio del pasado año la mayor ayuda concedida a una empresa española de su Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, a Celsa, 550 millones de euros, y que ha requerido la aprobación de la Comisión Europea. No obstante, la llegada del dinero está condicionada a que el grupo solucione antes sus problemas de deuda llegando a un acuerdo con los fondos acreedores.

Tras se preguntado por el abogado de los fondos de inversión acreedores de Celsa, Martínez-Fidalgo respondió a preguntas del letrado de la compañía española, quien insistió sobre la ayuda concedida por la Sepi y si sobre la misma el jefe de Houlihan Lokey había mostrado su apoyo.

"Con la idea de que entrara el dinero estábamos de acuerdo", contestó. "Con la idea de que la entrada de ese dinero dependiera de que el accionista mantuviera el 51% del capital, nunca hemos dicho que estuviésemos de acuerdo", añadió Martínez-Fidalgo. "En ningún caso dijimos que estuviésemos encantados con que se usara dinero del erario público para mantener la propiedad de este señor", remarcó.

Este diario contactó ayer con Sepi para preguntar si, efectivamente, se había condicionado la ayuda a Celsa a que los Rubiralta mantuvieran el control del grupo. "Las condiciones para la aprobación de la ayuda a Celsa son confidenciales", respondió el organismo. "No podemos comentar nada al respecto".

Negociaciones en persona

El directivo contratado por los fondos para reestructurar la deuda de Celsa contó en la tercera sesión del juicio que se celebra esta semana en Barcelona que la compañía había impuesto que las negociaciones se hicieran en persona.

"Es otra de las rarezas...", comentó Martínez-Fidalgo, "las reuniones siempre tenían que ser en persona, nada de teléfonos ni de zoom... no es algo habitual".

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"¿La amenaza de concurso era dirigida a los acreedores en la esperanza de que estos entendieran que en ese contexto iban a cobrar menos?" le preguntó el abogado de los  fondos. "Totalmente", respondió Martínez-Fidalgo. "Menos aún, que sería un desastre para la compañía, anteponiendo así el bien del accionista al de la compañía", añadió.

Martínez Fidalgo lleva en Houlihan Lokey desde 2003. Con anterioridad trabajó en Deutsche Bank, Merrill Lynch y Cajastur. Tiene un BBA de la Universidad de Oviedo y se graduó con honores del programa de MBA Fuqua School of Business de la Universidad de Duke. Habla con fluidez español, inglés y francés y alemán a nivel de conversación.

Ha liderado las dos mayores reestructuraciones de compañías españolas del siglo, las de Martinsa Fadesa y Abengoa. Y ha trabajado en otras muchas, como las de Codere, Metrovacesa, Isolux, Deoleo, Cortefiel, OHL, Prisa, Panrico...