La banca española española se irá de vacaciones esta semana con grandes incógnitas en el aire que empezarán a despejarse el próximo curso. La primera, qué pasará con BBVA cuando el juez levante el secreto del sumario de la causa que investiga la relación del banco con el excomisario José Manuel Villarejo. La segunda, qué pasará con Bankia cuando se forme Gobierno. Y la tercera, si se cerrará alguna de las esperadas fusiones bancarias en una operación que implicaría sí o sí a Sabadell.

Esta última cuestión está muy ligada a cómo se despejen las otras dos. Y tras asistir al fracaso de investidura de Pedro Sánchez, algunas fuentes del establishment creen que el tablero de ajedrez ya está preparado para un 'jaque mate' a la cúpula del banco azul y un paso atrás de José Ignacio Goirigolzarri en Bankia si finalmente el PSOE y el partido de Pablo Iglesias cierran un acuerdo de Gobierno en septiembre.

Nadie en el sector financiero se imagina a Goirigolzarri perpetuándose en la presidencia de Bankia con Podemos en el Gobierno y sin margen de maniobra. "Goiri ya ha hecho todo lo que podía hacer en Bankia con una mano semiatada y no va a seguir ahí con las dos manos atadas por las presiones de Podemos", dice una persona que conoce al banquero vasco.

Más allá de las aspiraciones de Iglesias de tener un banco público (y por tanto cancelar la privatización), con un Gobierno PSOE-Podemos controlando un 60% de la entidad a través del FROB, cualquier fusión o movimiento que protagonice Bankia tendría una difícil lectura en el mercado.

Esta coyuntura lamina las posibilidades, jaleadas desde algunos bancos de inversión como Goldman Sachs, de fusionar Bankia con Sabadell.

'Skyline' de Madrid y Josep Oliu.

'Skyline' de Madrid y Josep Oliu.

Sin embargo, a la entidad que preside Josep Oliu le queda otra opción. La que dibujó Bestinver el pasado abril, cuando el presidente de la gestora, Beltrán de la Lastra, apuntó a una posible integración BBVA-Sabadell si fracasaba el plan de Bankia, motivo por el cuál tomó posiciones en el banco de origen catalán.

El castigo con el que el mercado recogió los últimos resultados del Sabadell el pasado viernes, cuando anunció un incremento del beneficio nada menos que del 340% interanual, dan fuerza a la tesis de que es necesario un movimiento corporativo. "Si con esas cuentas, la Bolsa reacciona así [con una caída del 6,6%] es que ya no hay quién entienda al mercado", señalaban en un banco competidor ante esa brusca caída.

Parece que hay fondos que solo premiarán un movimiento en la consolidación, como se ha animado a ejecutar también desde Fráncfort.

Un portavoz de Sabadell descarta que en este momento se esté trabajando en cualquier tipo de movimiento corporativo con el banco que preside Carlos Torres Vila.

Sin embargo, la catarsis que muchos esperan que se produzca en BBVA cuando avance la investigación del juez Manuel García-Castellón hace que entre accionistas, políticos y bancos de inversión sí se comente esa posibilidad, entre otras, que también están ahora sobre la mesa.

Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, José Ignacio Goirigolzarri, Josep Oliú y Jaime Caruana.

Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, José Ignacio Goirigolzarri, Josep Oliú y Jaime Caruana.

En caso de que el BCE lograra imponer a Jaime Caruana en la presidencia de BBVA, ese liderazgo sería compatible con la integración de Sabadell. No sería la primera vez en la que el banco tuviera una bicefalia. Ya fue así con Francisco González y Emilio Ybarra, en un experimento que no acabó bien para el segundo. En este caso, el tándem podría ser Caruana-Oliu.

El PNV y BBVA

Azuzado por el llamado clan de Neguri, que fue desterrado por FG de BBVA, el PNV sigue muy de cerca todos estos movimientos financieros y busca aprovechar la coyuntura para que Bilbao vuelva a tener peso en BBVA.

Con el reciente fallecimiento de Emilio Ybarra, en el País Vasco volvió a comprobarse cómo la herida abierta por el banquero gallego no está cerrada.

En un In Memoriam de Ybarra publicado en El País por el exvicepresidente y expresidente de BBV y BBVA, Pedro Luis Uriarte, hace apenas 10 días quedaba claro hasta qué punto en Bilbao se añora recuperar su papel en el banco de origen vasco.

"Basta darse un paseo por el Bilbao de hoy, [...] se puede ver que el edificio de 18 plantas donde estaba la sede operativa principal de BBV, y donde se encontraba el despacho del Presidente y el del Consejero Delegado en 2001, ha sido vendido para abrir un almacén de ropa barata y dedicar el resto de las plantas a actividades públicas", lamentaba Uriarte.

Así, con el BCE amenazando con tomar cartas en el asunto obligando a cesar a los consejeros de BBVA cuya reputación se vea salpicada por el fin del secreto de sumario y con el aspirante a presidente del Gobierno regateando apoyos para lograr su investidura, el PNV cree que se encuentra ante una oportunidad única para volver a tener presencia en el consejo de administración de BBVA. 

Si no fuera posible hacerlo a través del regreso al banco del bilbaíno Goirigolzarri, podría ser a través de una presencia clara en el consejo de administración. Y en este caso, Kutxabank podría entrar en liza dentro de ese mapa de fusiones.

Para el desenlace final quedan varios episodios. Pero será bueno descansar en agosto porque la banca española dará muchos titulares a partir de septiembre más allá de las pesquisas de BBVA, los juicios de Orcel y el Popular y la sentencia por la salida a Bolsa de Bankia.

ATENTOS A...

Avantcard. Esta financiera de créditos al consumo en Irlanda con la que se hizo Bankinter al comprar Evo Banco, va a tener un papel protagonista en la internacionalización del banco. Así lo reconoció la consejera delegada de la entidad, María Dolores Dancausa, el pasado jueves, al señalar que el modelo de Avantcard será exportado a "otros países" cuando llegue el momento de afrontar nuevas operaciones en el exterior.

Tras la formalización de la compra de EVO el pasado 31 de mayo, el banco -que fue vendido por el fondo Apollo- y su filial irlandesa han tenido una aportación positiva al beneficio de Bankinter. De hecho, Dancausa se mostró muy optimista con la integración al señalar que aspira a duplicar sus clientes en dos años y reconoció que si en ese tiempo, la entidad no toma "velocidad de crucero", la compra no habrá dado el resultado esperado.