El grupo químico alemán Basf ha revisado a la baja sus expectativas de resultados para el ejercicio 2019 como consecuencia del considerable debilitamiento del negocio registrado en el segundo trimestre a raíz de la desaceleración económica global, principalmente a causa de los conflictos comerciales. Como consecuencia, sus acciones han caído con fuerza. Se han dejado un 3,3%, hasta los 60,51 euros, aunque durante la jornada han llegado a caer más de un 7%.  

La alemana señaló que el crecimiento de la producción industrial en el primer semestre fue mucho menor de lo previsto, destacando la debilidad observada en el sector automotriz, con una caída del 6% en la producción global hasta junio, con un retroceso del 13% en China, el mayor mercado automovilístico.

Asimismo, Basf indicó que la debilidad de sector agrícola en Norteamérica supuso un lastre adicional, añadiendo que las disputas comerciales entre EEUU y sus socios, particularmente China, no se han aliviado, sino lo contrario. "En general, la incertidumbre sigue siendo elevada", añadió la compañía.

De este modo, la compañía germana prevé un resultado de explotación (Ebit) antes de atípicos hasta un 30% inferior al del ejercicio anterior, cuando previamente confiaba en un ligero incremento de entre el 1% y el 10%. Asimismo, Basf anticipa un ligero descenso de sus ventas respecto a 2018, cuando previamente confiaba en registrar un crecimiento anual de hasta el 5%, además de una considerable caída en la rentabilidad sobre el capital empleado (RoCE).

En el segundo trimestre, Basf espera unos resultados significativamente por debajo de las expectativas, con una caída del 4% de sus ventas, hasta 15.200 millones de euros, mientras que el Ebit antes de atípicos será de unos 1.000 millones, un 47% menos que un año antes.

No obstante, el beneficio neto de Basf en el segundo trimestre se espera que alcance los 6.500 millones de euros, frente a las ganancias de 1.500 millones del mismo periodo de 2018, al contabilizar las plusvalías relacionadas con el cierre de la fusión entre Wintershall y DEA en mayo de 2019.