Deutsche+Bank

Deutsche+Bank

Empresas

Deutsche Bank y Commerzbank oficializan el inicio de conversaciones para su fusión

  • Las plantillas de ambas entidades están en contra de la operación
  • Los bancos indican que se trata de conversaciones con final abierto
17 marzo, 2019 15:43

El Deutsche Bank y el Commerzbank, los dos mayores bancos privados comerciales de Alemania, oficializaron este domingo el inicio de las negociaciones para su fusión, una operación que topa con el rechazo de sus plantillas y que, de materializarse, supondría la aparición de un nuevo coloso en el sector.

Ambos informaron de sus planes este domingo, a través de sendos comunicados y después de que varios medios, como la edición digital del semanario "Der Spiegel", afirmaran que el anuncio iba a producirse de forma inminente.

Se trata de evaluar una "opción estratégica", apuntó en un comunicado en su página web la presidencia del Deutsche Bank, el primer banco privado de Alemania.

Las opciones deben ser "valoradas" para poder determinar si revertirán en un "crecimiento provechoso" para el banco, prosiguió el texto, donde se hacía hincapié en que el inicio de la negociación no implica que "haya garantías de que la transacción" se consume.

Se trata de conversaciones "de final abierto", insistía Commerzbank en su comunicado, en un tono tan cauteloso como el del líder de la banca alemana.

La fusión se consumará solo si se el examen de la situación así lo aconseja, ratificó unas horas después el portavoz del Deutsche Bank, Jörg Eigendorf, ya ante las cámaras para una breve declaración a los medios.

Hay que evaluar "todo el entorno", de "forma objetiva y sin dejarse llevar por la prisas", añadió el portavoz, en medio de los rumores que circulan estos días por los medios sobre supuestas "presiones" del Gobierno federal para que se consume la creación de ese nuevo gran banco alemán.

Los rumores de conversaciones destinadas a una fusión circulaban desde hace varios meses y se habían intensificado en días pasados, para precipitarse este domingo en forma de comunicados oficiales de ambas partes.

En medios alemanes se asegura que la operación ha sido impulsada desde el Gobierno de la canciller Angela Merkel, cuyo ministro de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, habría estado presionando en esa dirección.

El camino hasta una decisión final puede ser largo y para que se consume la fusión deben superarse unos cuantos obstáculos, entre ellos el rechazo de los representantes de los trabajadores.

Los consejos de supervisión respectivos prevén reunirse el próximo jueves para abordar esos planes, tal como había avanzado "Der Spiegel", que a mediados de semana apuntaba una fuerte resistencia interna contra la fusión.

Los representantes de las plantillas de los dos bancos afectados -ambos inmersos en crisis de credibilidad- avanzaron hace unos días su rechazo a la operación, ya que temen una fuerte reducción de puestos de trabajo.

"Der Spiegel" había avanzado ya días atrás del propósito de votar en contra, en caso de que el asunto se aborde en la reunión del consejo de supervisión la próxima semana.

Los representantes de los trabajadores de Deutsche Bank no ven sensatez económica en los planes de fusión y temen el recorte de hasta 30.000 empleos.

La fusión de Deutsche Bank y Commerzbank crearía un gran banco comercial privado en Alemania, con un balance de dos billones de euros, 140.000 empleados y unos depósitos de ahorros de unos 840.000 millones de euros.

Sería el segundo banco comercial privado de la zona del euro, tras el francés BNP Paribas.

La situación de partida de ambos institutos no es, sin embargo, de absoluta solidez.

Commerzbank tuvo que ser rescatado en 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers y después de adquirir el Dresdner Bank.

Ahora el Estado alemán tiene una participación del 15% en Commerzbank.

El Deutsche Bank volvió a tener beneficios en 2018, por primera vez desde 2014, pero sufre aún los efectos de los anteriores números rojos y de las secuelas de las sanciones impuestas por la Justicia estadounidense al banco alemán.

El Gobierno de Berlín presiona para el resurgimiento de una banca privada poderosa, capaz de hacer frente a la competencia exterior.