La Economía Circular o el genio de la economía vintage

La Economía Circular o el genio de la economía vintage

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La Economía Circular o el genio de la economía vintage

El Foro de Debate sobre Economía Circular organizado por EL ESPAÑOL junto a la Fundación ECOLEC reunió a los principales actores de este nuevo modelo productivo que pretende retomar los hábitos de consumo de nuestros mayores

28 septiembre, 2018 03:32

¿Crees que tu abuela llamaría basura a eso que tú estás tirando al contenedor? Esta es una de las cuestiones que la economía circular trata de resolver. Las economías occidentales se han construido sobre una tendencia a la sobreexplotación de los recursos naturales, asentada en un elaborado sistema de oferta que ha promulgado el redescubrimiento del consumidor y la rápida obsolescencia de los productos. En momentos de recesión, han sido las propias economías las que han mostrado su agotamiento. Hoy quien parece cansado es el propio planeta.

El porqué de la economía circular fue sintetizado por Luis Moreno, director general de la Fundación ECOLEC, como: “La necesidad de evitar agotar los recursos que nos hemos empeñado en agotar desde la Revolución Industrial”.  Añadió que las bases del modelo circular no son totalmente nuevas, sino que ya estaban integradas en la vida de nuestros abuelos, aunque es ahora cuando responden a un objetivo común que pretende integrar a todos los actores en juego: “Nos lo estamos tomando más en serio”.

Una parte crucial para el triunfo de este nuevo sistema es coordinar la acción de todos los agentes implicados en la producción: Empresas, Administración y Consumidores. La necesidad de conectar con estos últimos fue una de las ideas más repetidas a lo largo del Foro de debate sobre “Economía Circular y Hábitos de Consumo”, organizado por EL ESPAÑOL junto con la Fundación ECOLEC. Los objetivos establecidos por la UE para 2035 son ambiciosos: un 65% de todos los residuos urbanos tendrá que ser reciclado y solo un 10% podrá acabar en un vertedero. Además, la nueva normativa establece la obligación de instaurar la recogida selectiva de residuos peligrosos,biológicos y textiles a partir durante la década de 2020.

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Hay que dejárselo muy fácil al consumidor

Susana Cuervo, subdirectora de Organización, Eficiencia y Sostenibilidad de Correos, afirmó al respecto: “Si queremos conseguir los objetivos hay que dejárselo muy fácil al consumidor”, y concretó, “Si voy a su casa con un paquete y le dejo algo nuevo, me llevo lo viejo”. En esta línea, Alejandro Martínez Berriochoa, director de Salud y Sostenibilidad de Eroski, admitió que el consumidor tiene acceso a esta información, pero que cabría preguntarse si realmente estamos contribuyendo a que haya consumidores informados: “Todo el mundo sabe que es sano hacer deporte, pero no todo el mundo lo hace. Algo está faltando porque no se trata solo de poner los datos delante del ciudadano, sino de hacerle saber la relevancia de esos datos”.

En la línea de la formación del consumidor, Anaís Moreno, directora de Marketing de HE y HA en LG España, incidió en la importancia de los puntos de venta: “Una vez que el consumidor tiene toda la información, hay que tener en cuenta que aún se deja aconsejar por el vendedor”, y recalcó, “Si nuestros vendedores no están formados, los defensores de la economía circular estaremos perdiendo fuerza”.

David Ortega, director de relaciones institucionales de HP España, ofreció una síntesis del problema del modelo tradicional de producción: “Hay que desacoplar el crecimiento de consumo, reducir el uso de recursos naturales y dar nueva vida a los productos”, y continuó, “Se trata de introducir nuevos modelos de negocio: pasar de un modelo contractual a uno transaccional”. El triunfo de la economía circular, por tanto, implica un salto del modelo de propiedad al de prestación de servicios y esto implica a su vez un cambio de mentalidad. Susana Cuervo, mostró su aprobación: “En nuestra sociedad existe una fuerte tendencia a la adquisición, es algo cultural”, y añadió, “¿Por qué tenemos que adquirirlo todo? Debemos ir en la línea del pago por uso”.

 

Sin regulación no hay seguridad

En el reparto de responsabilidades, Idoia Marquiegui, directora de Medio Ambiente, Calidad y Seguridad Alimentaria de la Asociación Nacional Grandes Empresas de Distribución (ANGED), recalcó que se debe partir de la autoconciencia de las empresas: “Como marca debo preguntarme qué impacto genero y, desde ahí, trazar un plan”. Del mismo modo, Anaís Moreno justificaba su presencia en el foro: “¿Por qué estoy aquí? Porque los productores somos responsables de la mayoría de los residuos que se generan”. Según Luis Moreno, la actividad de las empresas debe rodearse de un control externo que permita un seguimiento que ofrezca a la sociedad la seguridad de que las compañías en las que confían están actuando como deberían: “Sin regulación no hay seguridad, actualmente la mayoría de los establecimientos que hacen venta online no están preparados para gestionar los residuos”.

Control, formación y responsabilidad, son tres de los pilares esenciales sobre los que debe apoyarse el nuevo modelo productivo; pero no son los únicos. Todas las voces del debate coincidieron en la importancia de implicar activamente a las Instituciones y hacer de la sostenibilidad un punto clave de la agenda política. Según Ortega, el Gobierno anterior derivó una consulta de compra pública ecológica, “un borrador no muy ambicioso que se limitaba a transcribir los criterios europeos”. Con el cambio de Administración la consulta ha quedado en el aire: “El debate sobre un nuevo modelo económico trata temas muy técnicos, las Administraciones Públicas están muy perdidas”, y añadió, “Pero es su obligación conocer, ya que están obligadas a introducir este tipo de criterios en la legislación”.

Actualmente, la economía circular parece perseguir objetivos más altos que en años anteriores. El nuevo modelo cuenta con el respaldo de numerosas voces que han logrado poner de manifiesto, no solo la conveniencia del cambio de estrategia, sino la necesidad de dicha transformación. Una vez alcanzada la agenda política, queda convertir los objetivos establecidos en actuaciones concretas que aseguren un cambio real hacia un desarrollo económico sostenibile.