De ese 30%, un tercio deberá estar en manos de empleados y de las comunidades locales donde se realiza la actividad, mientras que el 20% restante pertenecerá a "emprendedores negros" (empresarios e inversores en general), con "preferiblemente" al menos una cuarta parte de mujeres, indicó el Ejecutivo.

La medida, anunciada hoy por el ministro de Minería sudafricano, Gwede Mantashe, aumenta cuatro puntos porcentuales la cuota obligatoria de propiedad en manos de población no blanca establecida por el anterior estatuto.

Es una de las políticas de discriminación positiva practicadas en Sudáfrica para corregir la extrema desigualdad derivada de las injusticias causadas por el segregacionismo racial, muy notable aún pese a que este régimen concluyó oficialmente en 1994 con la celebración de las primeras elecciones democráticas.

Según datos del Banco Mundial, el 1 % mejor posicionado de la población posee el 70,9 % de la riqueza total del país, mientras que el 60 % con menos recursos concentra solo el 7 %.

El nuevo estatuto incluye otras obligaciones de discriminación positiva como que la composición de las juntas directivas de las empresas mineras sea al menos en un 50 % de raza negra.

"El Estatuto de Minería 2018 es la culminación de siete meses de trabajo con las partes interesadas de la industria, lo que incluye a empresas, inversores, comunidades mineras, sindicatos, instituciones financieras, legales y, en ultima instancia, el Gabinete", afirmó Mantashe en una comparecencia en Pretoria.

El ministro afirmó que, por tanto, es un texto de "consenso" y que será un "importante elemento" para contribuir a los esfuerzos para estimular la economía.

"Busca crear certeza regulatoria, crecimiento sostenible y una industria minera transformada y competitiva. Es importante para Sudáfrica conseguir sus objetivos a largo plazo de eliminar la pobreza, reducir la desigualdad y crear empleo", recalcó.

La minería es uno de los principales motores de la economía de Sudáfrica, ya que el país se sitúa entre los líderes mundiales de extracción de minerales como el platino, el oro o los diamantes.

La semana pasada, el presidente del país, Cyril Ramaphosa, mencionó precisamente el nuevo estatuto minero como una de las herramientas destacadas para sacar a la economía de la nación más industrializada de África de su actual tendencia de recesión.

Según los datos presentados por el instituto oficial de estadísticas a comienzos de septiembre, en el segundo trimestre de 2018 la economía se contrajo un 0,7% (pese a que los analistas vaticinaban una expansión del 0,6%), lo que se sumaba a la caída del 2,6% registrada en los tres meses anteriores.