Abengoa y la misión imposible de cotizar con normalidad

Abengoa y la misión imposible de cotizar con normalidad

Empresas

Abengoa y la misión imposible de cotizar con normalidad

La CNMV recomendó a la empresa realizar un 'contrasplit' con el fin de que recupere algo de pulso bursátil. Pero nada. La empresa no lo tratará en su próxima junta general.

1 junio, 2018 04:00

A punto de cumplirse tres años desde que la compañía de ingeniería solicitara un preconcurso de acreedores y tras una dramática restructuración de la mano de la banca acreedora para evitar la mayor quiebra empresarial de una empresa española, la negociación bursátil de las acciones de Abengoa se ha convertido enuna auténtica pesadilla para los inversores minoritarios que se han quedado atrapados en el valor.

Desde 2015 el precio de las acciones se ha diluido casi el cien por cien al precio mínimo permitido en bolsa de 0,01 euros por acción. Las órdenes de venta en el mercado superan de lejos a las de compra, lo que limita su negociación, ya que caerían por debajo de un céntimo, algo que no permite el reglamento de la Sociedad de Bolsas. El volumen de acciones en venta asciende a 131,5 millones de títulos frente a una demanda de 2,8 millones de euros, una situación ha llevado a que la negociación de los títulos de la compañía esté inhibida y se limite a la subasta del cierre de mercado para intentar casar un mínimo de operaciones, según fuentes de BME.

FRENO A LA NEGOCIACIÓN

Los títulos de Abengoa clase B sólo se negocian en subasta de cierre y no se han movido de los 0,01 euros por acción desde finales de abril. Algo que no parece inquietar a la empresa a la empresa que preside Gonzalo Urquijo

Desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha aconsejado a la compañía la conveniencia de realizar un 'contrasplit', una operación societaria que permite reducir el número de acciones aumentando el valor nominal en la misma proporción, pero la empresa de energía ha rechazado esta medida por segundo año consecutivo. El próximo 25 de junio se celebra la Junta general ordinaria de accionistas y no lo contempla en la orden del día.

¿El año pasado nos anticipamos la conveniencia de aplicar el 'contrasplit' porque entendíamos que era lo mejor para el interés de todos los accionistas y se propuso a la junta de accionistas, sin que mediara ninguna petición de la CNMV, pero no pudo votarse porque no hubo quorum, señalan fuentes de la empresa. ¿En esta ocasión hemos entendido que no era procedente volver a plantearlo¿, justifican. Por otra parte, aseguran que no han recibido ninguna comunicación oficial de la CNMV en ese sentido.

Mientras tanto, los analistas recomiendan mantenerse fuera del valor y la mayoría de ellos han dejado de seguirlo. A grandes rasgos consideran que el deterioro de la cuenta de resultados de Abengoa continúa y mantiene una débil estructura de balance, además de una elevada deuda y patrimonio neto negativo. Además, algunos analistas creen también que las cuentas están muy distorsionadas.

Uno de los aspectos más valorados como un paso adelante para la viabilidad del grupo ha sido la venta de la participación del 41,7% de Atlántica Yield, la joya de la corona de la compañía, a Algonquin Power & Utilities, un conglomerado de energías renovables y activos regulados en América del Norte. La desinversión en la empresa, que cotiza en EEUU, formaba parte del plan de viabilidad acordado con la banca acreedora para reducir deuda y evitar el concurso de acreedores.

El pasado mes de marzo realizó una venta del 25% por importe de 607 millones de dólares  por un  total de 510 millones de dólares (unos 414 millones de euros) con la que obtuvo una plusvalía de 108 millones de dólares (unos 88 millones de euros). Este dinero ha supuesto un balón de oxígeno para la viabilidad del grupo y permitió que la deuda financiera asociada al ¿dinero nuevo¿ de Abengoa, recibido como parte del proceso de restructuración, se redujera un 7%, hasta los 5.080 millones de euros  en el primer trimestre del año respecto a la que tenía al finalizar 2017. El 16,5% restante lo vendió en abril por 345 millones de dólares, unos 279,5 millones de euros al precio de 20,90 dólares por acción (16,9 euros). 

La venta de la participación que le quedaba de Atlántica Yield fue recibida por el mercado con subidas del 14% en bolsa pese a que el precio pagado fue inferior al fijado inicialmente de 24,25 dólares, en la opción de compra, el mismo al que compró el 25% anterior. Al igual que con la participación anterior el dinero se destinarán a repagar la deuda de los créditos suscritos en el marco del plan de refinanciación que le permitió eludir el concurso de acreedores tras llegar a un acuerdo con la banca acreedora.

VISIBILIDAD DE LOS CONTRATOS

En el contexto de esta operación los dos grupos han firmado un acuerdo mediante el que se comprometen a constituir una nueva compañía que se dedicará al desarrollo estratégico y construcción de infraestructuras de energía y agua. La venta de la participación en Atlantica Yield se suma a las anunciadas en los últimos meses de la planta desaladora de Ghana, la central de ciclo combinado Norte III, Bioenergía Europa, Bioenergía USA, la planta termosolar Ashalim en Israel, la desaladora Qingdao en China o la filial Abentel a Ericsson, entre otras. Queda pendiente la venta de la planta de generación de México, otra de las joyas de la corona de Abengoa.

La cartera de contratos también comienza a dar una mayor visibilidad a la compañía. Uno de los más llamativos ha sido el proyecto solar en Dubai por 548 millones de euros. Abengoa ha sido seleccionada por la china de Shanghai Electric Group para proporcionar la tecnología termosolar y construir un campo solar de tres plantas cilindroparabólicas  para  la cuarta fase de un gran complejo solar en Dubai. Este campo será el segundo proyecto termosolar que Abengoa desarrolla en Emiratos Árabes 

La compañía completó su proceso de restructuración financiera en noviembre de 2016 al tiempo que ejecutaba un aumento del capital social y la emisión de warrants aprobados por la junta general de accionistas. La reestructuración financiera ha implicado una reducción significativa en el endeudamiento financiero bruto consolidado de la compañía, que ha pasado de 12.258 millones de euros a cierre del ejercicio 2016 a 5.734 millones de euros a 31 de marzo de 2017. De estos 5.734 millones  2.257 millones de euros corresponden a deuda de sociedades clasificadas como mantenidas para la venta. En el primer trimestre de 2018, la compañía anunció un beneficio de 33 millones de euros.