"Esta cesión de títulos se ha desarrollado en muy buenas condiciones para los intereses patrimoniales del Estado", explicó en un comunicado el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que precisó que es "la primera etapa" del plan de cesiones de activos por un monto de 10.000 millones de euros que había anunciado en julio.

El dinero obtenido se utilizará para "alimentar el fondo para la innovación", cuya creación ha pedido el presidente francés, Emmanuel Macron.

Para el Ejecutivo, la operación efectuada ayer se enmarca en su política de gestión "más activa" de las participaciones en las que el Estado es accionista con el objetivo de utilizar los recursos "allí donde son más útiles".

Se trata en concreto de "financiar mejor la innovación preservando la influencia que el Estado ejerce en Engie".

Al respecto, el departamento de Economía y Finanzas hizo hincapié en que el Estado se mantiene como "el accionista de referencia del grupo Engie y plenamente comprometido junto a la empresa para acompañarla en la puesta en marcha del plan de transformación" anunciado en 2016.

La Agencia de Participaciones Estatales (APE) precisó ayer, al anunciar la cesión tras el cierre de la sesión en la Bolsa de París mediante una colocación institucional acelerada, que iba a seguir controlando "más de un tercio de los derechos de voto" gracias a una disposición legal de 2014, aunque su parte en el capital será menor.

De hecho, esa participación será inferior al 25 % de las acciones.

Engie, segundo grupo energético francés, por detrás de EDF, también controlado por el Estado, resultó de la fusión de la compañía estatal Gaz de France (GDF) con Suez. Hasta ayer, sus acciones se habían revalorizado casi un 16 % desde comienzos de año, aunque en doce meses acumulaban pérdidas de más del 4,5 %.