Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa

Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa EFE

Empresas Prioridad para devolver 1.170 millones a los fondos

Goteo de despidos para que Abengoa resulte viable: 15 empleados menos cada día

Además de la venta de activos no estratégicos, se suceden los expedientes de regulación de sus filiales.

30 junio, 2017 03:26

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Hace un mes, cuando se convocó la junta de accionistas de Abengoa que se celebra este viernes, no pensaba el Banco Santander que su presencia en la misma iba a ser como principal accionista. Pero, tras la inesperada compra del Banco Popular el pasado 7 de junio, la entidad financiera presidida por Ana Botín se ha visto obligada a asumir, otra vez, casi un 7% de la multinacional sevillana.

El Santander se había apresurado a diluir su presencia en Abengoa nada más quedar registrada la ampliación de capital mediante compensación de créditos, pactada en el marco del acuerdo de reestructuración que evitó la entrada en concurso de acreedores del grupo de ingeniería. El pasado 28 de marzo salía el banco de esa ampliación con el 9,7% de Abengoa y, entre el 3 y el 6 de abril, lo dejaba en el 2,41%.

La compra del Popular, inscrita en el Registro el 20 de junio 

Ahora, el Banco Santander vuelve a sumar el 6,9% tras asumir el 4,57% del capital que tenía el Banco Popular en Abengoa. La entidad cántabra, como ha confirmado en un hecho relevante ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), inscribía en el Registro Mercantil, el pasado 20 de junio, la ampliación de capital en virtud de la que fueron emitidos los 4.200 millones de títulos, representativos del 100% del capital del Popular, adquiridos por el Santander por un euro.

En esta primera junta tras superar la situación preconcursal, de la que Abengoa sale con un reducción de la deuda financiera bruta de poco más de 5.700 millones, tras los 6.500 millones de quita aplicada, el consejo presidido por Gonzalo Urquijo dará cuenta de la evolución del grupo que, hasta 2021, tiene como objetivo prioritario devolver los 1.170 millones de euros de dinero nuevo, más intereses, aportados por los fondos de inversión.

Reducción progresiva de gastos de personal

Devolución que pasa inexorablemente por la reducción progresiva de gastos de personal, a medida que Abengoa -como recoge el plan de viabilidad- vaya desinvirtiendo en los negocios no estratégicas. Todos aquellos no relacionados estrictamente con la actividad de ingeniería y construcción.

El asunto se veía venir desde que, a finales de noviembre de 2015, Abengoa se acogía a la situación preconcursal. La multinacional, entonces en manos de la familia Benjumea, contaba con casi 30.000 empleados. Hoy apenas llegan a los 14.000. Menos de la mitad.

Una reducción de la plantilla, por encima del 50%, que queda evidenciada con los gastos de personal. En 2015 ascendieron a 713 millones, mientras que en 2016, con 12.000 empleados menos, se contrajeron un 38%, hasta los 440 millones de euros.

La nómina mensual, de 90 a 35 millones

Desde entonces, en los seis primeros meses de 2017, el goteo de bajas ha proseguido. Entre enero y marzo salieron 1.300 trabajadores y, aproximadamente, otros tantos, habrían abandonado el grupo durante el segundo trimestre. Un ritmo de bajas cuantificado en unas 15 personas cada día. De esta manera, la nómina mensual de 90 millones que Abengoa pagaba en 2015 se ha reducido ahora al entorno de los 35 millones.

A partir de aquí, como la idea inicial es que, al final de 2021, la plantilla se quede en unos 10.000 empleados, serían otros aproximadamente 4.000 los que deberían salir de la empresa, de manera que la nómina anual se estabilizará en torno a los 240 millones anuales.

Esperar a los inevitables expedientes de regulación de empleo

¿De dónde procederán los próximos recortes? No hay un plan concreto sobre la mesa y los trabajadores del grupo deben esperar al anuncio de expedientes de regulación para saber por dónde irán los tiros.

No obstante, tras idas y venidas entre la empresa y Boston Consulting Group -la empresa externa contratada para asesorar sobre estas cuestiones-, algo de luz se ha arrojado. Se pondrá el énfasis en las actividades de agua y de líneas y equipos eléctricos, a través de las filiales Abengoa Water e Inabensa, mientras que, poco a poco, se procederá a la desinversión, total o parcial, del resto de los negocios, como el de energía, agrupado en torno a Abener, o la actividad de I+D.

En julio, más despidos

De momento, sobre la mesa están expuestos nuevos expedientes de regulación de empleo, tanto temporales como definitivos, sobre algunas de sus filiales. En el caso de Abengoa EPC, a lo largo del mes de julio se acometerá el tercer expediente en menos de un año, que afectará a otros 104 empleados. A sumar a los 250 que se vieron involucrados entre los dos primeros. Desde agosto de 2016, la plantilla de esta filial ha menguado un 40%, hasta los actuales 335 empleados.

También en julio quedará firmado el segundo expediente de regulación de Abeinsa BD. Una filial que hace un año tenía una plantilla de 330 efectivos, y que ahora solo cuenta con 41. Todos ellos se acogerán al nuevo expediente, 34 dejarán la empresa y los 7 restantes quedarán excluidos de la empresa por un periodo de 10 meses.

Agrupación de sociedades para facilitar la venta

En este proceso de ajuste de plantilla, Abengoa está llevando a cabo una reestructuración societaria del grupo, al objeto de agrupar en media docena de nuevas filiales en las que agrupar a las numerosas sociedades que, hasta ahora, colgaban del perímetro consolidado del grupo. Así, en el primer trimestre de 2017 salían de ese perímetro 25 empresas dependientes y se incorporaban 4. Se busca excluir la deuda asociada y evitar la presencia de los sindicatos, de cara a facilitar su venta.

Dentro del capítulo de desinversiones, Abengoa tiene en el mercado la venta del 41,5% de Atlantica, la filial estadounidense por el que espera obtener unos 800 millones de euros de cara a empezar a devolver a los fondos esos casi 1.200 millones. Una cantidad que soporta un coste financiero del 25%.