¿Qué ha pasado estos días para que la entidad, en plena remodelación de su cúpula, con una multitud de frentes abiertos y sin tener claro su futuro, se haya disparado en Bolsa?

Curiosamente el impulso en la cotización, de más del 15% en cuatro días, ha venido acompañado de unas no muy buenas recomendaciones de firmas de Bolsa. Los más críticos con la entidad han sido Bankinter y BBVA. Ambas entidades han valorado el banco en 0,5 euros, tanto si se decantaba por la ampliación o por una Opa. Esas advertencias se produjeron el pasado 20 de abril. El valor, apenas se resintió en bolsa y cerró ese día con una ligera caída del 0,15%, hasta los 0,68 euros.

Según los últimos datos que publica el consenso de Reuters, el precio objetivo de Popular es de 0,89 euros; hay 12 firmas que aconsejan vender Popular frente a seis que optan por mantener, y cuatro por comprar. El más crítico con el banco es Kepler Cheuvreux, que ha revisado hoy su consejo, hasta reducir, con un precio objetivo de 0,25 euros.

Morgan Stanley y Barclays han sido de las últimas casas de análisis en fijarse en Popular, y sus estimaciones han coincidido con la presentación de las cuentas del primer trimestre de 2017. Las rebajas de precios objetivos, (de un euro a 70 céntimos, según Barclays; y de 0,85 a 0,75, según Morgan) se producían en medio de un desatado optimismo en su cotización. Los títulos se han revalorizado un 3,77% el jueves, un 8,85% el viernes, y más del 1% ayer.

Los inversores parecen tener más en cuenta las decisiones corporativas que los consejos de las casas de Bolsa. El principal movimiento de los últimos días ha sido el que protagonizó el viernes el grupo chileno Luksic, que se hizo con una participación del 3% (casi 95 millones) en el banco que  preside Emilio Saracho.

La espectacular subida del 8,85% que provocó la confianza demostrada por el principal accionista de la minera Antofagasta, sólo ha sido superada por la revaloración del 13% que se produjo el 1 de diciembre cuando fue nomnbrado Saracho presiente de la entidad. Antes de tomar el control el nuevo presidente, el banco valía 0,82 euros.

Ahora los accionistas están pendientes de los próximos movimientos, máxime cuando el flamante consejero delegado del banco, Ignacio Sánchez-Asiaín, dijera el pasado viernes que las próximas deciciones de Popular se harán pensando en ellos.