El presidente y consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán; el director general de Negocios, Francisco Martínez Córcoles, y el director de Finanzas, José Sainz Armada, han presentado hoy, en un encuentro con analistas, los primeros resultados en el año 2017.

En los tres primeros meses del año, el resultado bruto de explotación (ebitda) disminuyó un 8,2 %, hasta los 1.861,6 millones de euros, impulsado por el negocio de redes, principalmente en Estados Unidos, y la cifra de negocio del grupo creció un 1,3 % con respecto al primer trimestre de 2016 y alcanzó los 8.289,5 millones de euros.

Por áreas de actividad, destacó el crecimiento del negocio de redes, de un 9,1 %, que sitúa su ebitda en 1.020,9 millones, mientras que las ventas aumentaron un 5,2 %, hasta los 2.522,4 millones de euros.

La mayor caída, de un 32 % en el ebitda, la ha sufrido el negocio de generación y clientes, que cerró el trimestre con 436,3 millones, y un descenso en las ventas del 0,4 %, que ha situado su volumen en 5.329,1 millones, afectado por el débil comportamiento del negocio británico, que también ha sufrido el efecto del descenso del tipo de cambio, y por los mayores tributos pagados en España por los elevados precios de la energía.

Además, el ebitda del negocio de renovables, cuya producción se ha visto especialmente afectada por la ausencia de viento en España, ha descendido un 5 %, hasta los 434 millones, y las ventas, que fueron de 719,5 millones, experimentaron un leve avance del 0,8 %.

También la falta de lluvias ha afectado a la generación hidroeléctrica en España y en Reino Unido el resultado se ve lastrado por el cierre de la central térmica de Longannet en Escocia, que se produjo a finales de marzo del año pasado, aunque Iberdrola ha dicho que prevé que las cifras se recuperarán a lo largo del año y en conjunto mantiene las previsiones para 2017.

En la conferencia de analistas y sobre la situación del parque nuclear en España, Sánchez Galán ha reclamado un marco económico que haga viable esta tecnología antes de tomar ninguna decisión sobre la solicitud de renovación de autorizaciones de centrales nucleares que van a expirar.

Ha dicho que Iberdrola ha pedido más tiempo al Gobierno, reduciendo a doce meses el plazo para solicitar la renovación de la autorización de explotación de las plantas frente a los tres años actuales, con lo que se habría más tiempo para decidir.

También ha señalado que es necesario que el Gobierno defina su planificación energética para saber cómo se va a retribuir la generación nuclear, a fin de conocer si será suficiente para cubrir los costes y generar "algún beneficio".

Se ha referido a la posible fusión de las empresas brasileñas Elektro y Neoenergía, en las que participa Iberdrola, y ha dicho que es "sólo una posibilidad", aunque hay y ha habido conversaciones sobre ello, sin que se haya llegado a ningún acuerdo ni se haya firmado "ningún documento vinculante".